Al día siguiente Justin bajó de su habitación para hablar con su tía pero ella ya se había ido y, al salir a la calle para hablar con Alex tampoco estaba, pero recordó que su abuela había muerto y seguramente estaba en el cementerio visitándola. Entonces fue a la plaza que era su lugar de concentración y por casualidad ahí estaba Mónica.
-Hola Mónica ¿como estás?.
-Mejor que antes gracias, veo que trajiste el conejo -dijo Mónica.
-Sí, Milo es mi compañero ahora.
-Lo entiendo, cuando yo muera seguro colocarán un monumento en mi honor en esta plaza -dijo Mónica.
-Jajaja, entonces a mi también porque yo igual vengo casi siempre.
-Si, mira a aquel chico, tiene rato sentado mirando el cielo -dijo, cuando Justin giró su rostro para ver ahí estaba Alex, enseguida fue hacia él.
-¿Estas bien amigo? -preguntó.
-Sí, es difícil procesar todo esto.
-Así me sentía al principio -dijo Justin.
-Es difícil saber que hay personas como tú -dijo Alex.
-Pero creo que yo soy el único que puede hacer esto -explicó Justin.
-Sí pero, ese niño se comunicó contigo para hacer actos horribles, ¿por qué tú?
-Yo tampoco lo sé, él dijo que no preguntara nada acerca de él.
-Te debe una gran explicación, ¿es un demonio o qué? -preguntó Alex.
-Amigo yo no sé nada de él, pero estoy seguro que lo puedo sacar de mi vida.
-Si tu lo dices, espero que Dios te ayude -dijo Alex.
-Por supuesto, ven conmigo te presentaré a una amiga -dijo Justin.
Enseguida lo llevó a donde estaba Mónica.
-Mucho gusto, soy Mónica -dijo.
-Y yo Alex, ¿conoces a Justin? -preguntó.
-Sí, él es mi mejor amigo -dijo Mónica, con una gran sonrisa.
-Parece que el mío también -dijo Alex.
-Tranquilos, oye Alex ella no me cree -dijo.
-No me digas que tu le creíste la historia de muerte, jajaja -dijo Monica, burlándose.
-Pero es verdad, él le quitó la vida a mi abuela y por eso estaba sentado en aquella banca sólo -dijo Alex. Aquellas serias palabras llenaron de tristeza el corazón de Alex e inmediatamente el de Mónica también.
-Cuanto lo siento, mi padre también... -dijo Mónica, en ése momento se dio cuenta que todo era verdad.
-Perdonen lo que hice, yo no quería hacerlo -dijo Justin.
-Te perdono -dijo Mónica.
-Gracias, el niño se hace llamar Gold pero dice que ése no es su nombre real, necesito eliminarlo para no asesinar a más personas -explicó Justin.
-Ahora entiendo pero de verdad ¿quieres eliminar a Gold? -dijo Mónica.
-Claro que sí, él hizo un trato conmigo pero si yo muero él tendrá que irse ¿cierto? -dijo Justin.
-Tiene sentido, si no hay alma no hay trato pero ¿qué quieres hacer? -preguntó Alex.
-Simular mi muerte y, seguramente se irá -explicó Justin.
-¿Cómo haremos eso? -preguntó Mónica.
-No se preocupen, existen químicos que pueden simular una muerte fácil -dijo Justin.
-Confiamos en ti, solo espero que no me mates antes de eso -dijo Alex.
-Igual yo -dijo Justin.
-¿Y cuándo haremos tu falsa muerte? -preguntó Alex.
-Puede ser cualquier día, pero necesitas de nuestra ayuda así que tenemos que estar ahí contigo -dijo Mónica.
-Ella tiene razón, mientras más rápido mejor así que vengan a mi casa cuando yo les diga -explicó-. ¿Mónica sabes donde vivo?.
-Creo que sí, igual te seguiré para estar segura.
-Bien, mañana nos vemos en mi casa y empezaremos -dijo Justin.
Todos estaban de acuerdo con ayudar a Justin, ya él no tendría que asesinar a más personas y por curiosidad su poder de regresar vida solo fue útil una sola vez, seguro era gracias a Gold.
-Chicos espero poder confiar en ustedes, adiós -dijo Justin.
-Adiós amigo, yo me quedaré aquí un rato más para pensar -dijo Alex.
-Entonces adiós, nos vemos mañana -dijo Mónica.
Se despidieron y cada uno se fue, él se sentía tan entusiasmado que esa pesadilla ya estuviera por terminar y por fin comenzar una nueva vida mejor y diferente. Sin el ojo de aquel niño que aportó una maldición a su vida.
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Lágrimas Invisibles
Mystery / ThrillerJustin, un joven trabajador y muy educado, es esclavizado por pensamientos suicidas. Su vida toma un giro inesperado cuando en un accidente pierde uno de sus ojos y un personaje aparece ofreciéndole un nuevo ojo, pero al aceptar esta ¨bendición¨ en...