Muerte al Despertar.

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Otra vez el anciano hablando con aquella niña en ese hermoso lugar, ésta imagen aparecía una y otra vez sin ningún sentido.

Sonidos de voces, ruedas y los latidos de su corazón, Justin sentía que estaba destrozado y no podía mover su cuerpo, estaba débil, había perdido mucha sangre, al abrir su ojo una luz blanca e intensa lo obligó a cerrarlo, luego notó que era una lámpara

-Está despertando -susurraron, al escuchar esto vio enseguida que se encontraba en el hospital otra vez.

-Bienvenido de vuelta -dijo Laura, él miró a su derecha y en otra camilla estaba su tía, parecía que todo se repetía de nuevo pero con algunos cambios.

-Tía, ¿qué pasó? -preguntó Justin.

-Intenta recordar -dijo Laura, concentrándose logró recordar lo que había pasado.

-Enfermeras, ¿nos dejarían sólos por un momento? -dijo Laura, las enfermeras salieron de la habitación, Laura observaba a Justin como si ya fuera el final.

-Perdoname Justin, todo esto es mi culpa -dijo, él no entendía nada, seguro estaba delirando.

-¿Por qué lo dices tía?.

-Todo esto de las muertes es mi culpa.

-¿Qué?, pero tu no me creías cuando te lo decía -dijo Justin.

-¿Recuerdas cuando te conté aquella historia?.

-Sí, por cierto no la terminaste.

-La verdad es que yo había quedado embarazada de dos niñas, pero tuve problemas y el doctor me dijo que si las dos sobrevivían entonces yo moriría -explicó.

-Qué cruel, pero ¿qué tiene que ver eso con las muertes? -preguntó Justin.

-Un niño apareció ofreciendome un trato, dijo que las tres íbamos a sobrevivir, pero luego de un tiempo una de las niñas moriría a manos de un familiar -dijo Laura llorando.

-No lo puedo creer, pero aún no entiendo muy bien lo que me quieres decir -dijo Justin confundido.

-Aquella niña que mataste era mi hija, al ver que llegaste contando lo que había pasado y luego en las noticias me lo confirmaron, mi mundo se cayó en pedazos -dijo Laura-. Yo las abandoné en el hospital solo para no tener que verlas morir luego, para no vivir con miedo sabiendo que algún día una de mis dos pequeñas moriría por mi culpa.

Ahora todo tenía sentido, ella se sentía infeliz, su vida había sido mala y Justin siempre pensó que sólo a él le pasaban cosas horribles. 

-Lo lamento tía, no sabía nada de esto.

-Además, ese niño nunca me dijo la persona que escogería para matar a mi hija.

-Pero no sólo pasó con tu hija, él me obliga a hacerlo a muchas personas -dijo Justin.

-Es porque es una maldición, pero supongo que ya no la llevas, porque tu ojo ya no está -explicó Laura.

Se dio cuenta que su ojo maldito no estaba, no lo había notado.

-Mira al otro lado, esa niña es mi hija supongo que ya la conociste -dijo Laura, cuando Justin miró era la hermana de Wendy.

-Está dormida, tranquila tía saldrás de aquí y regresarás a una vida normal -dijo Justin.

-No, nada de eso, mi camino llegó a su fin, el niño me dijo que te preguntara esto, ¿deseas una guía que te acompañe al principio de éste camino? -preguntó Laura.

-No sé a que te refieres, pero diré que sí.

-Buena elección, mi egoísmo me trajo hasta aquí, yo solo quería que vivieran un poco más, pero debí dejar todo a su curso natural, cuida a tu madre y por favor cuida a mi hija -dijo Laura.

Finalmente su vida había terminado, una mala decisión cambió su destino pero ya había pagado su error.

Al ver que su tía falleció Justin empezó a llorar, sus lágrimas caían por sus mejillas, pero las lágrimas que caían del lugar donde estaba el ojo, eran como un espejo, reflejaban todo, no sólo el entorno también su sufrimiento.

Las enfermeras entraron y enseguida asistieron a Laura, pero ya era tarde, la tía Laura había muerto.

Lágrimas InvisiblesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora