Prólogo

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-¡Señor Cho!

El corazón le dió un salto debido al susto, producto del grito de su profesor. Parpadeó varias veces y giró la cabeza en dirección de la voz que, en un tono que evidenciaba algo mas que molestia, provenía de un profesor con el ceño fruncido y una de sus manos en la cintura.

-Lo... lo siento...

-Con una disculpa no es suficiente, señor Cho. Quiero que mañana me entregue el trabajo final que le pedí.

-¡Pero es para fin de mes!

-Le estoy pidiendo para mañana y de eso dependerá si aprueba o no mi materia. O lo toma o lo deja, señor Cho.

Kyuhyun cerró los ojos, frustrado.
-De acuerdo, profesor. Mañana lo traeré.

Como si fuera eso posible. Ya se veía recursando.

Era de lo mas injusto. ¿Recursar solo por haberse distraído? Escuchó algunas risillas a sus espaldas. Las ignoró por completo.

-Ya Kyu. Yo te ayudaré. - le dijo por lo bajo una voz amistosa desde sus espaldas.

-Gracias Donghae. - respondió de forma cansina.

El timbre que anunciaba el final de la hora sonó y Kyu se incorporó de forma brusca, deseando largarse de alli lo mas rápido posible. Se despidió de su compañero y se encaminó hacia la puerta, antes de que se atiborre de alumnos intentando salir todos a la misma vez.

Quería estar solo.

En realidad siempre estaba solo y, aunque disfrutaba de la compañia de Donghae, esa vez necesitaba mas que de  costumbre no ver a nadie. Estaba de mal humor y no quería que Hae pagara por su mal genio.

El día estaba despejado y el sol relucía en el cielo. Eran las cuatro de la tarde y, a pesar de que estaban a finales del verano, la temperatura se hacía sentir y agobiaba.

Bajó la mirada y se apresuró a llegar a casa. Tenía que terminar ese estúpido trabajo. Sabía que era practicamente imposible, pero lo iba a intentar.

Iba tan concentrado que no reparó en el sujeto que venía en sentido contrario, hasta que chocó de lleno con él.

Levantó la vista y se encontró con un chico de pelo negro, ojos almendrados y mirada penetrante. Se detuvo en sus labios, delgados, pálidos y con un leve brillo natural. Besables. Palideció al darse cuenta del rumbo de sus pensamientos y se apresuró en salir de ellos, abochornado.

Algo en aquel joven lo hizo estremecer. No sabía exactamente qué, pero así había sido. Haciendo caso omiso a eso,  hizo una reverencia a modo de disculpa y prosiguió.

Sólo quería llegar a casa. Ahora, su cabeza estaba embotada y en cierta medida dudaba si iba a poder siquiera empezar con el dichoso trabajo.

Suspiró y se alejó, apurando su paso y sintiendo en su nuca los ojos de aquel desconocido.

Había renunciado. Por más que quisiera, no iba a poder terminar aquel informe. Entonces el timbre de su casa sonó.

Se levantó de manera cansina y caminó hasta la puerta.

-¡Donghae!

-Pensé que necesitarías ayuda, por eso vine. - dijo sonriendo.

Había veces en que el chico tenía esos detalles que lo hacían sentirse bien. Hae se hacía querer.

Lo hizo pasar y abrió el cuaderno que su amigo le había pasado.

-¡Pero si es tu propio informe! - exclamó Kyuhyun.

-Si. Te lo traje para que lo presentes. Yo ya lo había terminado porque no tenía mucho que hacer.

-Pero es tuyo. No puedo presentarlo como si fuera mio.

-Entonces usalo como guía para que termines mas rápido. Puedo ayudarte.

-Yo no puedo aceptar eso, Donghae.

-Mira Kyu. Me pareció muy injusto lo que pasó hoy. Por eso quiero ayudarte y así no le des con el gusto al imbécil del profesor.

Kyuhyun no tuvo mas remedio que aceptar la ayuda de su amigo. Muy a su pesar.

Cerró los ojos, abarrotado de cansancio.

-Creo que moriré...

-Kyu.... vamos.

-¿Donde?

-A distraer...

-Donghae, estoy cansado, no tengo gan...

-Justamente por eso. Necesitas distraerte.

Practicamente Donghae lo había arrastrado hacia el pub.

Estaba concurrido. Muy concurrido. Demasiado para su gusto. Pero Donghae tenía razón. Necesitaba despejarse, aclarar las ideas, relajarse. Había podido terminar ese maldito trabajo y se sentía en el derecho de divertirse. Por alguna razón, su mente evocó al sujeto de esa tarde con el que había chocado y sus deseos de querer probar esos labios.

No era gay, o por lo menos eso era lo que él había creído hasta ese día. Pero algo había hecho que sintiera aquel deseo un tanto estúpido por esos labios ajenos.

Se alejó de la pista, repentinamente mareado. No sabía porqué, pero se sentía ridículamente observado. Entró en el baño y se mojó la cara, dejando que el agua intentara llevarse el sopor en el que había caído.

Entonces un par de manos lo tomaron de los hombros y lo giraron con brusquedad, dejándolo frente a...

Pero antes de que pudiera preguntar de quien se trataba, aquel sujeto con el que había chocado aquella unió sus labios a los suyos, fundiendose en un beso y dejando a Kyuhyun descolocado, azorado y perplejo. Y, por sobre todo, con esa ansiedad producto de aquel beso sorpresivo y un tanto inoportuno y atrevido.

"¿Quien es este sujeto?"

-Kim. Kim JongWoon. - respondió el chico, separandose de él y mirandolo a los ojos, contestando de manera inexplicable aquella pregunta formulada en su cabeza. -Pero puedes llamarme Yesung.

Deseo Estocolmo [YeKyu] [+18] [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora