Dia 5

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Despertó agitado.

Un gran trueno sonó desde afuera y aquel ruido hizo que observara la ventana, que había quedado abierta y cuyas hojas se balanceaban de un lado a otro debido al fuerte viento. Una gran tormenta, sin duda.

Se levantó con agilidad y se acercó a cerrar la ventana, antes de que la tormenta entrara a su habitación de manera literal.

Estaba todo mojado en las cercanías a la abertura. Pero rno le importó. Sintió de pronto curiosidad, por lo que retiró la cortina para observar hacia la calle. Apenas se podían divisar las cosas por la gran cantidad de agua que caía. Un bulto en la acera de enfrente le llamó la atención, pero no pudo distinguir nada, la lluvia distorsionaba todo y apenas pudo ver un objeto de color negro y amorfo.

Un escalofrio le recorrió la espalda, al recordar de pronto la pesadilla que había tenido antes de dormirse.

Inspirando todo el aire que podía, se volvió hacia su cama. Cerró los ojos, pero no fué capaz de dormise otra vez.

La imagen de Yesung pegado a él se instaló en su mente de repente, hacieendolo dar un respingo interno.

Su boca, su lengua, su respiración acompasada mientras lo besaba. La forma de mover su lengua dentro de su boca.

El calor que había sentido encenderse en el estómago esa tarde, volvió a hacerse presente, en el mismo sitio. Cerró los ojos por inercia.

Dios. Aquel calor no podía ser... Sexual. ¿O si?

Nuevamente la sensacion de la boca de Yesung invadiendo la suya le nublo el pensamiento. Se dejó arrastrar por el recuerdo de aquella tarde en la tienda de antigüedades, haciendo practicamente caso omiso a las descargas eléctricas que inundaban el cielo, concentrandose a las decargas de calor que su cuerpo empezaba a experimentar.

Sin pensarlo, bajó su mano hasta el borde de su pijama. Sintió como su miembro había aumentado de tamaño en tan poco tiempo.

Suspiró al darse cuenta de lo que estaba pasando.

Él, solo con pensar en los besos de Yesung se había empalmado.  Se acarició con la yema de los dedos por encima de la tela del pantalon de dormir.

Si bien era verdad que había logrado hablar esa tarde con él, no había podido controlarse y se sintió débil en cuanto Yesung hubiese abordado sus labios, así sin previo aviso, y se habían fundido en aquella letanía de besos, que empezaban por ser dulces y terminaban siendo increiblemente lascivos.

"Me gusta. Yesung me gusta. No hay otra justificación."

Reconocer que aquel chico extraño le gustaba no aportaba claridad a su incertidumbre. Solo lo ayudaba a tranquilizarse de manera pasajera.

¿Porqué le gustaba? Ni siquiera él lo sabía. Había algo en Yesung que lo hacía acercarse sin remedio. Desear su boca.

Se tocó con mas aprehension. Se le escapó un gemido cuando su miembro se agitó dentro de su boxer.

¿Hacía cuanto tiempo que no tenía sexo con alguien? No lo sabía. Tampoco es que le importaba demasiado. Es mas, nunca le había llamado la atención el tema, aunque si lo había hecho con una ex novia que habí tenido y luego unas cuantas veces con personas que ni siquiera recordaba su nombre ni su rostro.

Era la primera vez que sentía asi de atraido por alguien de su mismo sexo. Y era la primera vez que sentía esa clase de deseo.

De pronto, deseo hacerlo con Yesung. Por lo menos, avanzar de solo simples besos.

Se sorprendió y se espantó a la vez ante el curso de sus pensamientos.

Porque no conocía mucho de él.

Deseo Estocolmo [YeKyu] [+18] [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora