¿Qué pasaría si...? Esa era la pregunta, la pregunta que recorría su mente, que la amarraba por completa, "¿Qué pasaría si...?", era lo único en lo que se concentraba, pero era normal, sin darnos cuenta, todos vivimos lo mismo, esperando día tras día para obtener una respuesta, esperando semana por semana para confirmar si había una respuesta, simplemente, esperando. Sólo quería esperar porque sabía que si actuaba se arrepentiría, sabía que si interfería en la espera jamás podría esperar de nuevo porque no sería capaz de perdonarse, pero, ¿valdría la pena realmente? Porque puede que la espera nunca concluya, puede que haya desperdiciado su tiempo, porque por más que se mantenga con la esperanza, por más que trate de ser optimista, no sabe si va a pasar, no tiene los recursos necesarios para que pase, pero aún así, aunque sabe esto, por más que le duela... se mantiene firme. Lo que busca no es más que poder demostrar, demostrar lo que puede hacer, lo que podría llegar a ser, lo que busca es responderse, responder qué pasaría si tuviera la oportunidad.