Recuerdo

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    Hace un rato mi papá se sirvió licor en una pequeña copa de vidrio, tal como viene haciendo hace un tiempo cada día por medio, siempre se sirve media copa, lo justo para degustar y no excederse, casualmente sirve ¾ por si mi mamá quiere también, lo que hace diferente esta ocasión y por la cual escribo esto es que esta noche al terminar de beber estando recostado, se empezó a quedar dormido, y como era obvio soltó la copa, copa que no tenía par, era la última. Minutos después me quedé pensando de que ahora tiene cambiar de copa o simplemente comprar otra, y por alguna razón vino a mí un recuerdo de cuando tenía nueve años, en la escuela nos habían mandado a hacer la típica germinación de poroto en un frasco, para ver por nuestra cuenta como era su evolución. Un día mi mamá estaba limpiando la casa y sin querer tiró el frasco donde el poroto ya estaba terminando de germinar, y yo lo vi, claramente fue un accidente pero yo le eché la culpa a mi mamá de que lo hizo al propósito y me puse a llorar entonces fui corriendo hacia el patio trasero a acusar a mi mamá con mi papá, diciéndolo todo entre cortado por el llanto que mi mamá había roto mi frasco, y no era la primera vez que hacíamos esa experiencia, o sea que ya habíamos desechado otro frasco, pero por alguna razón esta vez me importó, le había otorgado un valor sentimental, lo había hecho mío y ahora estaba roto y si bien podía hacer otro o simplemente poner la planta en otro frasco, estaba empecinado en que ya no era lo mismo, cuestión que todo este recuerdo pasó por mi cabeza en cuestión de segundos, y lloré sin razón aparente, tras diez años de completa ignorancia acerca de este suceso, sólo hicieron falta unos segundos para ponerme sensible, me di cuenta que hay cosas que no son reemplazables, por más que el tiempo pase, por más que se cambie el envase, hay cosas que ya no vuelven a ser las mismas.

Pueden decir que es una tontería, que es algo básico y evidente de la vida, pero les aseguro que no, porque hasta que no sentís eso no estás viendo completamente el panorama, y eso es algo importante, sentir las cosas, sentir lo que hacemos o decimos y no soltar pura palabrería vacía y sin sentido, y en estos días en lo que todo es espontáneo y cada segundo cuenta, qué mejor que actuar con sentimiento.

La lista de las dudas y las emocionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora