Morir, una palabra corta, sencilla de pronunciar, con un significado que a todo el mundo asusta, que nadie quiere aceptar, es el simple hecho de dejar de existir, y pueden que digan que una persona no muere mientras que se la mantenga en la memoria, pero tarde o temprano esa persona que te mantiene es su cabeza, también morirá, con suerte, nuestro nombre, con el que alguna vez nos identificamos, quedará en un registro, con suerte... Pero, más allá del miedo que produce esta palabra, también trae consigo incertidumbre, porque nadie sabe que pasa cuando se muere, por eso el miedo a dejar de existir, y entonces comenzamos a preguntarnos, cuál será la reacción de los que nos conocen, ¿Estarán realmente tristes por dentro? ¿O sólo lo hacen automáticamente por "respeto"? ¿Ocurrirá algo cuando muera? ¿Estaré en otro lugar? ¿Re encarnaré? Y lo que más pavor produce es saber que todo, absolutamente todo, seguirá funcionando con normalidad, que no seremos más que otro cadáver de los millones y millones que hubo en este planeta, porque tan sólo somos un grano de arena en un desierto. Pero hay otra pregunta que contra resta esto ¿Por qué tenemos miedo a morir si ni siquiera sabemos por qué vivimos? Y ahí es cuando se empieza a perder el miedo a morir y comenzamos a cuestionar el vivir, ¿De qué sirve estar vivo?, ¿Por qué necesitamos creer que existe un ser superior a nosotros? ¿Realmente importa si seguimos viviendo? O sea, cuando muramos pasará exactamente lo mismo como si no hubiéramos nacido, todo seguiría exactamente igual, porque con nuestra ausencia no generamos consecuencias. Dejando esto de lado y volviendo a lo de "¿Cómo es morir?" la experiencia más cercana que tenemos a esto es nacer, simplemente un día tomamos conciencia, sin saber por qué estamos acá, ahora pongámoslo al revés, no sabemos por qué estamos acá y simplemente un día dejaremos de estar conscientes.