Nuevo Mundo

Descubrimiento

Hace meses que esperaba este momento, desde que llego ese sobre sellado con la invitación a la demostración del científico más grande en la historia del siglo XXI, Max Dowell había descubierto la forma de “crear mundos”, de un simple átomo más ingeniería muy avanzada era capaz de hacer réplicas exactas de planetas a tamaño escala, en el cual se veía vegetación, e incluso vida, la cual no había perdurado mucho en el tiempo, según sus pruebas aquellos micro mundos no perduraban más de algunas semanas, se hacían inestables y se destruían, pero según él había conseguido un mundo perfecto, en tal armonía que había superado sus problemas y llevaba casi 3 años de existencia, En la ceremonia haría una demostración de sus avances y así hacer públicos sus descubrimientos.

Estaba muy emocionado por aquella situación, yo aún estudiante de Ingeniería podría conocer al cerebro más iluminado de la tierra, habían sido meses difíciles en la facultad, mi tiempo se dividía en las clases, los laboratorios, y una que otra vez alguna fiesta, que a regañadientes me habían obligado a asistir, nunca he sido muy asiduo a las multitudes bebiendo y dejándose llevar por sus instintos más bajos, yo era un hombre de ciencia alejado de las banalidades del mundo.         

Ya eran casi las 4, hora en la cual Alex mi compañero de cuarto pasaría a buscarme para ir al salón en donde se realizaría la demostración, yo me había puesto mi mejor traje, que para un estudiante sin recursos, 2 tallas más grande, una corbata desastrada, y unos zapatos a medio gastar, era lo mejor que podía conseguir, esperaba dar una buena impresión con el Dr. Dowell.

   -Soy yo - se oyó fuera del cuarto, apurémonos para no llegar tarde, no quiero entrar cuando haya comenzado y todos nos queden mirando, dijo Alex con voz apurada.

   -Ya voy amigo, no es necesario que me grites, el show comienza en 1 hora aún tenemos tiempo para llegar tranquilamente - le dije, e hice la última revisión de mi traje, parecía que en la noche me hubiera encogido y mi ropa ya no me quedaba.

   -Vamos, vamos. Se oyó nuevamente desde afuera.

Abrí la puerta y vi a Alex, con su traje nuevo, zapatos lustrosos y un peinado que hacía ver lo calvo que estaba. Luego de un gran estrechón de manos, nos dirigimos al auto de su padre que esperaba afuera.

La universidad estaba con su movimiento natural, las hojas caían de los árboles, el sol reinaba por esos días de verano, el equipo de futbol entrenaba sus estrategias para derrotar, por fin a la universidad del Este, en un rincón de la cancha se podía ver las porristas ensayando con mucho entusiasmo un nuevo baile para alentar al equipo.

   -Cómo es posible que todo el mundo siga como si nada, sabiendo en menos de una hora presenciaremos el descubrimiento más grande de la historia- dijo Alex, en voz de descontento.

   -Tranquilo amigo, miles de cosas pasan en el mundo en este instante y ni nos percatamos- le dije esbozando una sonrisa.

   -Tienes razón- replico- pero no todos los días se presenta ante tus ojos la posibilidad de ver un nuevo mundo, es como un dios, ¿lo has pensado?

   -De cierto modo sí, pero la historia y la evolución dicen lo contrario, pero es un tema del cual no volveré a discutir contigo, de la última vez que lo intente no nos hablamos por días - dije y caminamos hacia el auto.

   -Alex era un científico brillante, pero el hecho de que su padre sea el pastor de la ciudad, no facilita mucho la conversación, fue un gran alboroto el hecho que el hijo del pastor sea científico, son como el agua y el aceite, pero en su familia se había llegado a la decisión de no hablar de eso en cuanto estuvieran en reuniones sociales.

   -Cuando nos acercábamos al auto pude ver la cara de descontento del padre de Alex, era un hombre alto, con poco cabello y casi un aire celestial, pero en ese instante parecía que le habían dado la peor noticia del mundo, su cara lo decía todo no estaba de acuerdo en lo iríamos a presenciar, atentaba contra miles de años de creencias.