Día 1: ¿Como dar felicidad?

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Tony se levantó un poco aturdido noto que se encontraba en su habitación, estaba un poco confundido, realmente lo que vivió fue un sueño, era lo que se preguntaba se revisó y entonces reparo que en su muñeca derecha llevaba una pulsera de plata, comprendió rápidamente que todo lo vivido la noche anterior si había sucedido. Sabiendo esto se levantó dirigiéndose a la ducha, después de vestirse, salió de su lujoso departamento y se dirigió a su empresa. Manejo de forma moderada recordando los eventos anteriores para cuando llego a Industrias Stark todos lo miraban sorprendido ya que normalmente nunca llegaba temprano a no ser que se tratara de una junta.

Estaba tan concentrado que choco con una muchacha haciendo que ambos cayeran al suelo, todos miraban a la chica con lastima, sabiendo la actitud de su jefe.

-Lo... Lo la-mento.- tartamudeo la chica, no llevaba ni una semana y lo había arruinado.

-No.- aquello provoco un estremecimiento, ya se preparaba a suplicar. – Perdóname tú a mí, no me prestaba mucha atención.- contesto el castaño para levantarse y ofrecerle una mano a la chica.

-¿Ah? –Aquello no lo espero, sus compañeros le advirtieron sobre el carácter de su jefe, pero no era lo que se imaginó.

-¿Te quedaras tirada todo el día?

-Per... Per-don.- Acepto la mano de su jefe, y se levantó.

-Oye cómo te llamas.

-Me llamo Friday señor.- Bajo la mirada un poco avergonzada.

-Qué curioso nombre, muy bien a partir de ahora serás mi nueva secretaria.

Todos los presentes miraban impactados al millonario, nadie comprendía lo que le pasaba. Por su parte Tony ignoro las miradas de sus trabajadores, imaginaba que todos estaban sorprendidos por su cambio de actitud pero no era el momento de prestarle atención.

-Es mejor que tomes tu puesto de inmediato ¿Entendiste?

Friday asintió con la cabeza, mientras que el simplemente camino a su oficina tenía cosas que hacer y solo tenía 12 días para lograrlo.

Parte de la mañana hizo una lista de las personas a quienes lastimo, y tratando de buscar maneras de hacerlas felices, eso sonaba fácil pero por algún motivo no sentía que fuera así.

-Permiso señor.- La chica aún se encontraba temerosa ante su jefe.- Le traje su almuerzo.

-Gracias.- Noto que caminaba de manera torpe hasta su escritorio, le causaba un tanto de gracia pero aprovechando que ella estaba ahí, podría ayudarle. – Friday ¿Hay algo que te haría feliz?

-¿Qu-é?

-Sucede que...-Lo peso por un momento, no podía decir que se trataba de él, sería algo ilógico sabiendo de la fama que tenía. – Un conocido quiere hacer felices a personas que lastimo anteriormente y estaba con la idea de regarles o darles algo.- Noto que la mujer lo miraba con duda.

-Señor espero que no se moleste, pero no siempre los regalos hacen felices a las personas.

-¿Por qué no? Todo el mundo siempre quiere algo.

-Ciertamente, pero a veces no se trata de lo que das sino las acciones que realizas y si realmente se hacen de corazón.

Las palabras de la chica se clavaron en lo profundo de su ser, sonrió en su interior no se equivocó al preguntarle.

-Entonces no hay nada que pueda hacerte feliz.

-No señor.- respondió bajando su mirada y apretando sus manos fuertemente.

-Puedes retirarte.

-Me retiro, por cierto como cada mes hoy vendrá la Señora May Parker.

-Cuando venga, hazla pasar.

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

Se encontraba mirando un enorme edificio, después de que llegara de la señora Parker a su oficina y de que le reclamara por su falta de interés a la fundación que dejo su madre para después irse, decidió ver por su propia cuenta, aquel orfanato que su madre año con año apoyaba. Noto un enorme edificio, pero que con el paso del tiempo se había descuidado.

-Oye que haces parado como tonto.

El multimillonario, busco al dueño de la voz y noto a un niño de al menos 8 años, cabello plateado y ojos color miel.

-Venía a ver las instalaciones de este lugar.

-¿Acaso es otro comprador? –El niño le miro de manera molesta. –Váyase, aun cuando este descuidado, tenga goteras incluso si la calefacción no funciona, este es nuestro hogar.

-¿Niño cómo te llamas?

-Pietro.

-Discúlpame pero yo no vengo a comprar, yo venía a ver a los niños.

-¿Acaso piensa adoptar?

-Eso tenía pensado.

-Pero la señora Parker no está.

-Vamos solo quiero ver, puedes vigilarme y si notas algo sospechoso llamas a la policía.- respondió mientras le daba su celular.

El niño estaba un poco dudoso, pero viéndolo bien no se veía como una mala persona, a lo que simplemente acepto.

Pietro le dio un tour por todo el lugar, Tony observaba con detalle todo lo que ese lugar necesitaba para verse en mejores condiciones, pero no pudo reprimir una pequeña sonrisa ante la felicidad e inocencia que expresaban los niños, vio habitación por habitación hasta que en una noto a varios niños sentados alrededor de una niña de cabello castaño, que a su parecer leía un cuento (ya que de donde leía, era un pequeño cuaderno viejo)

- Cuando llego las cosas no serían como lo imaginaba. Su padre y su papa tuvieron una pelea, en el cual el rey acuso a su esposo de alta traición y lo exilio del reino. Y como todo rey, necesita alguien con quien reinar. Este estaba a días de casarse con la princesa Sharon.

La niña dejo de leer, al sentir la mirada de alguien.

-Perdona no quise interrumpir.

Los niños al notar que la castaña no seguía con el cuento, se levantaron y se dispusieron a salir a jugar al patio.

-Hermana, este hombre vino a adoptar a un niño.

-Mucho gusto señor mi nombre es Wanda y creo que ya conoce a mi hermano Pietro.

-¿Ustedes son hermanos?

-Si.

-Oye... ese cuento...

-Es un cuento que invente, lo escribí en este cuaderno a los niños les gusta mucho pero ya casi está rompiéndose.

-Me lo podrías prestar, conozco a alguien que podría escribirlo.

-¿Y tendrá imágenes? Desde que lo escribí eh deseado que tenga imágenes pero no soy muy buena dibujando.

-Claro, te lo prometo.

La niña le entrego el cuaderno viejo, y él lo acepto como si de un tesoro se tratara, cosa que alegro a la pequeña Wanda.

-Creo que es hora de irme, pero vendré pronto para traerte tu cuento.

-Lo estaré esperando.

Tony fue despedido en la entrada por el par de hermanos, ya estando lejos de ahí saco su celular, y marco un número que hace años no marcaba pero estaba seguro que ella le ayudaría, quizás no por amistad pero si es por trabajo lo haría. Porque en ese momento por primera vez deseo darle felicidad a esos dos pequeños.

12 DiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora