Día 11: Estaba Escrito

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Eran las 2 de la tarde y comprobaba los últimos detalles, quería que todo saliera a la perfección, por lo que mientras trataría de mostrar normalidad hasta la hora indicada.

-Señor Stark tiene una visita.- aviso Friday a través de una llamada.

-Hazlo pasar.- No pregunto de quien se trataba, porque asumía que se trataba del tonto de Thor que como casi a diario, se presentaba para convencerlo.

No levanto la mirada, estaba muy concentrado en firmar documentos.

-¿Necesitas decirme algo? – No dudaba de lo que el fortachón le pediría, pero ya se le hacía costumbre preguntarle lo mismo.

-Solo quiero saber si serás capaz de responderme con la verdad.

Levanto la mirada y no pudo ocultar su sorpresa de todas las personas que espero apareciera ante él, se encontraba la única persona a la que no deseaba ver (no por el momento), dejo sus documentos a un lado y le prestó atención al rubio.

-Rogers, me alegro verte aquí.- hablo con evidente sarcasmo, en verdad no quería verlo, se encontraba muy distraído con el evento que pasaría esa tarde. – ¿A qué se debe el honor de tu presencia en mi humilde empresa?

-Ya lo dije Stark, quiero ver si serás capaz de responderme con la verdad.

-¿Y esa seria?

-Si la razón de que cambiaras de actitud y que terminaras conmigo fue por los pequeños accidentes que los chicos empezaron a tener.

-¿De dónde sacas esa tontería?

-Ayer hable con los chicos y rememorando cosas del pasado note que poco tiempo después del fallecimiento de tus padres, los chicos y yo empezamos a sufrir pequeños accidentes. Semanas después terminaste conmigo y cambiaste radicalmente.

-Rogers no sé qué habrá pasado por tu cabeza al tener semejante idea, pero te equivocas, te lo dije en aquella ocasión.- desvió la mirada, le dolía repetir aquellas palabras. – Deje de amarte. Así que hazte un favor y márchate.

-Por lo menos ten la decencia de mirarme a la cara y decírmelo.

-¿Por qué tanta insistencia en que repita lo obvio? – Seguía negándose a verlo, porque sabía muy bien que diría algo que no debía decir.

-Tony... Aun te amo y eso jamás va a cambiar.

Apretó sus manos fuertemente, porque tenía que decirle eso, porque no fue capaz de quedarse callado. El ambiente se encontraba muy tenso, Steve miraba fijamente al moreno, mientras que este seguía desviando su mirada, y mordiendo su lengua fuertemente para que esta dijera aquellas palabras que ansiaba decir.

-Señor, lamento la interrupción pero los mensajeros han llegado.- Entro la rubia rompiendo toda tensión, aunque sentía que había interrumpido algo importante.

-Gracias Friday, en un momento iré.- estaba agradecido por la aparición de la chica.

La mujer se retiró silenciosamente, mientras que Tony se levantó de su lugar y con su típica sonrisa miro a Steve.

-Al parecer alguien me necesita, ya conoces la salida.- trato de pasar a su lado, pero el ojiazul lo detuvo.

-No creas que esto se acabó.- acaricio su mejilla suavemente. – Hasta que no seas capaz de mirarme a los ojos y decirme que no me amas, yo no me rendiré.

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Wanda estaba muy contenta el hombre llamado Steve le había prometido que le pondría dibujo a los cuentos que ella escribiera, ella ya tenía 3 cuentos más que cuando el apareciera se los entregaría, ahora la pequeña castaña se encontraba en una pequeña mesa donde se encontraba escribiendo otra historia.

-¿Qué haces hermana?

-Escribo un cuento.

-¿Otro más?

-¿Qué tiene de malo Pietro?

-Nada, solo que estoy contento porque me gustan tus cuentos. ¿Este de que tratara?

-Este tratara de que el Príncipe Tony tiene 12 días para hacer feliz a muchas personas.

-¡Genial! Como terminara el cuento.

-Eso es un secreto.

-No seas así, yo quiero saber.

-Lo sabrás cuando la termine de escribir, además cuando la cuente quiero que Tony este presente.

Hizo un mohín en señal de disgusto pero ya no dijo nada, estaba emocionado por escuchar el nuevo cuento de su hermana, pero también quería que el moreno los acompañara en ese momento. Por lo que esperaría pacientemente a que llegara el momento.

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Se miraba al espejo notando que se veía fabulosamente bien con ese traje, miro su reloj y noto que ya era la hora, salió de la habitación en donde estaba, camino por un largo pasillo, hasta ver una puerta, al abrirlo fue recibido por Friday, que llevaba un hermoso vestido de gala.

-¿Están todos aquí?

-Sí señor, hice que todos cambiaran su atuendo y están afuera esperándolo.

-Excelente.

El castaño salio detrás de una cortina que lo había mantenido escondido momentos atrás con su asistente, todos sus empleados lo miraban entre desconcertados y curiosos por estar vestidos de esa manera.

-Buenas tardes a todos. Sé que algunos estarán preguntándose por qué están aquí y vestidos de esa forma.

Miro a todas las personas antes de continuar con su discurso.

-Verán, durante años eh escuchado rumores sobre mi forma tan cruel de tratarlos.

Todos se encogieron no esperaban que él lo supiera, temían que este los fuera a despedir.

-El cómo aun siendo fechas para pasar con sus familias me negaba a permitírselos, pues eso está por cambiar. Hoy 24 de Diciembre festejaran la navidad entre ustedes, ya que mañana tendrán el día libre para pasársela con sus familias.

Nadie se había esperado semejante declaración. El silencio estaba presente, pero al fondo se escuchó un aplauso, y poco a poco todos empezaron a aplaudir, todos estaban contentos.

-Antes de que pasen por la puerta que está a su derecha que los llevara a que disfruten de una magnifica velada, también quiero decirles que su bono navideño se verá duplicado, espero que disfruten de la fiesta.

Todos aplaudieron con más fuerza, incluso se escucharon chiflidos y palabras de agradecimiento, entraron al lugar donde un enorme banquete estaba servido se veía a varios meseros moverse de un lado a otro, todos conversaban mientras disfrutaban de los aperitivos, pocos trabajadores se acercaron al millonario aún estaban un poco temerosos por la presencia del castaño, hablaban brevemente con él, pero era una charla muy entretenida pero preferían no tentar su suerte y enojar a su jefe.

Tony estaba un poco alejado del festejo veía alegremente, la felicidad de los empleados y como disfrutaban, la alegría de ellos era enorme. Entonces observo a cierta chica ponerse a su lado y observar lo mismo que él.

-No deberías estar festejando con los demás.

-No hay ninguno en esta empresa al que considere como amigo, aunque todos han sido amables y divertidos. Además la única persona con quien eh cruzado más palabras en esta empresa ha sido usted.

-¿Entonces me consideras un amigo?

-Sería muy presuntuoso admitirlo, pero eso es lo que pienso de usted. Quizás mis compañeros no lo digan en voz alta, pero sé que le agradecen de todo corazón todo lo que hace por ellos.

-Bueno, alguien me dijo que para hacer feliz no es necesariamente dar regalos, sino de las acciones que se realizan y si se hacen de corazón.

-Esa persona debe ser una persona muy sabia.- se permitió bromear ante el castaño, ya había visto que este no se molestaría.

-No tengo dudas, en realidad es alguien extraordinario.

La fiesta paso de manera tranquila y divertida, por unos momentos Tony Stark se permitió olvidar que su destino ya estaba escrito.

12 DiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora