Día 3: No eres egoista

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Todo a su alrededor era de color blanco, aquello se le hacía vagamente familiar.

-No me sorprende la rapidez con la que trabajas.

-Jarvis ¿Por qué estoy aquí otra vez? Todavía no se acaba mi plazo.

-Descuida vine a verte, y a decirte que me siento orgulloso de lo que haces.

-¿Aun cuando eh sido una mala persona?

-Tu concepto de maldad difiere mucho del mío.- le dedico una amable sonrisa. – Hijo fuiste un humano, y los humanos comenten errores.

-¿Cómo que fui? Aún sigo vivo.

-Te equivocas en el accidente que tuviste tu moriste, pero debido a que aceptaste el trato aun eres visto por las personas.

-Es por la pulsera ¿No es así?

-¿Cómo te diste cuenta?

-Cuando desperté por primera vez, y trate de quitarme esto.- señalando la pulsera. – Sentí algo en mi interior que me gritaba que no lo hiciera.

-Eso se debe a que la pulsera, te mantiene "vivo" y si por alguna razón te es arrebatada morirás en menos de 5 minutos.- Lo miro seriamente. – Pase lo que pase no permitas que te la quiten.

-¿Cómo están ellos?

-No están enojados, si es lo que quieres saber. En realidad están felices porque a pesar de todo lo sucedido no te derrumbaste.

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Despertó entre feliz y nostálgico, hablar con aquel hombre le hacía tanto bien, noto que su reloj marcaba las 8:00 am por lo que decidió vestirse para dirigirse al orfanato necesitaba hablar, con la señora Parker.

Cuando salió de su departamento el reloj marcaba las 9:00 por lo que en menos de 30 minutos había llegado al lugar, toco la puerta y fue recibido por la pequeña Wanda quien al verlo lo abrazo inmediatamente, el millonario no sabía qué hacer. ¿Cuándo había sido la última vez que recibía un abrazo? Eso no lo recordaba.

-¿Señor Stark? –May Parker estaba sorprendida de ver al muchacho, pensó que después de lo sucedido este retiraría la poca ayuda económica que aportaba a su orfanato.

-Dígame Tony, me hace sentir viejo el que me digan señor.- trato de separarse de manera sutil de Wanda pero esta no lo dejaba. – ¿Puedo hablar con usted?

Ella le dejo entrar más que nada sorprendida por la actitud de la pequeña Wanda, sabiendo que ella no se acercaba a los desconocidos, por lo que verla actuar de esa manera la intrigaba.

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Quería golpearlo, eran a penas las 9:00 de la mañana y su amigo la había levantado.

-Espero que me des una buena explicación el porque me levantas a esta hora Steve.

-Perdona Nat, pero es raro verte dormir tan tarde.

-Eh estado trabajando con un nuevo cliente.- No podía decirle que había visto a Tony, y menos que lo investigaba porque las actitudes del moreno no le daban buena espina.

-¡Oh! No lo sabía, lo lamento. Pero es que necesito que me digas quien es el dueño de este cuento.

-¿Por qué quieres saberlo? –Miraba el manuscrito, ciertamente fue rápido para transcribirlo.

-Léelo.- entregándoselo.

Natasha lo tomo, y empezó a hojearlo, noto los bocetos que tenían, a primera vista no eran mucho pero sabía que al final serian excelentes dibujos, y se detuvo en una página para comenzar a leer.

12 DiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora