Día 6: Si hoy fuera el ultimo dia

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-Muy bien que es lo que ocultas Thor.

-¿De qué hablas Natasha?

-No finjas ayer cuando Loki dijo que la única manera de que Stark cambiara seria a menos de que estuviera a punto de morir, tú te alteraste.

-Cla... Claro que no.

-No me mientas Odison, tú sabes algo. Dímelo de una vez.

Recordaba cuando la gente decía que alguien como él no temía a nada, si supieran que existían personas capaces de infundirle miedo, una de ellas se encontraba frente a él, mirándole de forma amenazante, como si de un asesino se tratara acercándose a su víctima.

-Te juro que no es nada.

-Mmmmm... espero que no me mientas, porque si no me las pagaras.

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Estaba frente al orfanato, durante los últimos 2 días estuvo meditando una decisión que sería muy importante, entro y vio a Clint pintando.

-Trabajas duro.

-Bueno algunos debemos trabajar duro para ganarnos el dinero.- le contesto de manera brusca sin dirigirle la mirada.

-Que bien, pero no todo en la vida es el trabajo, aunque dudo que a estas alturas hayas tomado el valor de confesarle lo que sientes.

Dejo de pintar, para mirar a su interlocutor. – No tienes derecho a decirme algo, cuando tú dejaste a la persona que decías amar.

-Ciertamente, no tengo el derecho.- cerro sus ojos, y sonrió de manera leve. – Pero es patético verte seguir enamorado de Natasha y que desperdicies el tiempo. Pero da igual has lo que te plazca.- paso a su lado para dirigirse a la oficina de la señora Parker. – Si mañana fuera el último día de tu vida, se que harías lo que fuera para estar con ella, pero porque esperar a eso, cuando puedes disfrutar toda una vida junto a quien amas, y cuando mueras podrás decir que no te arrepentiste de nada.

Clint medito las palabras del castaño, en verdad él no tenía derecho, pero sus palabras sonaban con tanta melancolía.

-¿Si fuera el ultimo día de mi vida? – saco su celular, y marco un número, se oía los pitidos de llamada, después del tercer toque se escuchó como respondían.

-¿Qué sucede Clint?

-¿Nat estas ocupada mañana?

-No ¿sucede algo?

-Quisiera hablar contigo, podemos vernos mañana al medio día en la cafetería donde solíamos ir.

-Muy bien, te veré mañana.

El rubio colgó sentía que se liberaba de un peso, era irónico que aun detestando a ese castaño, tomo su consejo, decidió no darle vueltas al asunto y mejor continuar con su trabajo.

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Bruce caminaba rumbo a la clínica, estaba distraído leyendo un libro que sin querer choco con una persona.

-Lo lamento, fue mi culpa.- Se levantó, y ofreció una mano a la otra persona.

-Descuida, igual estaba distraída.- Cuando alzo el rostro el medico se sorprendió al ver de quien se trataba.

-¿Vir-Virginia?

-¿Bruce? –Acepto la mano de este, y se levantó.

-Es... es una sorpresa verte.- se quiso golpear, como podía tartamudear de esa manera, no negaba que aún seguía enamorado de ella, pero no podía actuar como si de un adolescente se tratara.

-Lo mismo pienso, estoy tan feliz de verte. No sabes cómo los extraño a todos.

-Eh... si... -menciono de forma distraída, estaba desilusionado por las palabras de la mujer.

-Pero te extrañaba más a ti.- Hablo con un leve sonrojo que le hacía ver linda.

-Igual te extrañaba.- sonrió ante su respuesta. - ¿Te gustaría ir a comer algo?

-¿No estas ocupado?

-La verdad iba a la clínica, pero mi turno empieza en dos horas.

-Está bien, será entretenido ponernos al corriente.

-Lo mismo digo.

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Termina aquella charla con May Parker, la mujer había estado contenta con su petición además de que había prometido tratar de acelerar los trámites caminaba de manera distraída, sin darse cuenta que alguien lo observaba muy de cerca, entonces alguien se acercó por detrás tratándole de arrebatarle la pulsera, trato de evitarlo pero el sujeto fue más rápido y consiguió quitársela, para salir corriendo.

En ese momento Tony, empezó a marearse sentía que le faltaba aire, poco a poco todo se volvía borroso, su cuerpo estaba dejando de responderle, por lo que logro llegar al callejón, donde después de dar dos paso cayo sentado, recostándose en la pared. "No puedo morir aquí" "Aun tengo muchas cosas por hacer" fue lo que pensó el castaño, y de pronto a su mente vino la imagen de cierto rubio "No puedo morir, no hasta que se lo diga". Sus parpados empezaban a pesarle, poco a poco iba cerrando los ojos.

-¡Tony!

Como pudo abrió los ojos y lo vio parado preocupado.

-¿Steve? –Noto la mirada llena de preocupación que le daba. – Pulsera. Hombre. Tiempo límite.

-No te entiendo, pero vi al hombre que te robo, lamento no haber podido atraparlo, pero pude recuperar esto.- mostrándole la pulsera, y poniéndosela al castaño.

Tony al fin pudo respirar con normalidad, pero aún se sentía demasiado cansado, no creía poder moverse por un buen rato.

-¿Te encuentras bien? Te vez muy pálido.

-Digamos que este era el último momento de mi vida.

-Eso no es gracioso Stark.

-No trataba de decir ningún chiste. Pero te agradezco por haber recuperado la pulsera, esto es mucho más importante que mi vida.

-No crees que exageras.

-Un poco.- trato de sonreír pero solo hizo una mueca debido al cansancio.

-¿Y? ¿No piensas levantarte?

-Lo haría si pudiera, pero no me eh sentido bien en los últimos días.- Era mejor decirle eso, notaba que su apariencia no sería de las mejores. – Cuando me sienta un poco mejor, me levantare y me iré.

Antes de poder decir algo sintió como alguien lo cargaba, y noto que se trataba del rubio.

-¿Qué carajos crees que haces Rogers?

-Cierra la boca Stark te vez muy pálido, y no voy a dejarte tirado en el callejón. Te llevare a mi casa y cuando te sientas mejor podrás irte a la tuya.

-¿Estás loco? ¡Bájame! ¡No pienso ir a ningún lado contigo!

-¡Pues yo no te dejare que te pase algo! Así que cállate, y déjame ayudarte.

-Pero no quiero ser visto así, es vergonzoso.- contesto al verse cargado al estilo princesa por el rubio.

-Pues te aguantas.

El millonario no dijo nada, solo cerro los ojos para evitar las miradas curiosas de los demás, y sin darse cuenta se quedó dormido mientras recargaba su cabeza en el pecho de Steve. Por su parte Rogers sonrió ante la adorable imagen del castaño, y disfruto de la agradable sensación de tenerlo entre sus brazos.


12 DiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora