12 Dias

Día 7: Cosas Extrañas

Se sentía relajado, era la primera vez que dormía tan bien, ya que normalmente las pesadillas impedían que durmiera por más de 5 horas seguidas, entonces sintió un peso anormal en su cintura, abrió los ojos y noto que lo tenían abrazado, volteo su rostro y se topó con el rostro de un dormido Steve, estaba tan cerca que podía sentir su respiración por lo que no pudo evitar sonrojarse.

Trato de soltarse pero el rubio lo tenía fuertemente sujetado, tardo alrededor de 10 minutos para poder liberarse, busco su celular y lo encontró en la sala. Noto que tenía 3 llamadas de Friday entonces vio que eran las 8:45 am, no podía creer que había dormido más de 12 horas, busco sus zapatos, lavo su rostro. Debía irse, pero al menos quería agradecer la ayuda del rubio, sea como sea este no lo dejo en el callejón a su suerte, dio un fuerte suspiro y salió del cuarto rumbo a la cocina, quería irse sin que se diera cuenta pero imaginaba que con el ruido que iba a hacer este se despertaría, cosa que milagrosamente no ocurrió, así que terminada su tarea se dirigió nuevamente a la habitación del rubio.

Estaba por irse pero estaba dudoso si debía despertarlo para despedirse, entonces recordó que no podía hacer tal cosa, así que simplemente se acercó y le dio un beso en la frente.

-Adiós Steve, gracias por todo.- susurro suavemente, y de la forma más silenciosa salió de aquel lugar.

Al mismo tiempo que salía del apartamento, la puerta de junto era abierta, dejando ver a una mujer rubia, quien lo saludo amablemente, correspondió el saludo y rápidamente se fue a su apartamento debía cambiarse antes de poder ir a la empresa.

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Estaba un poco nervioso, no sabía cómo terminarían las cosas pero no deseaba vivir pensando en el "hubiera" por lo que pasara lo que pasara seguiría avanzando sin remordimientos.

-Perdona la tardanza Clint.

Se quedó callado por unos instantes, Natasha se veía mucho más hermosa y deslumbrante, no recordaba verla así, en alguna otra ocasión.

-¿Clint? ¡Clint!

-Perdona, dijiste algo.- se quiso golpear, no debía distraerse pero no había podido evitarlo

La pelirroja suspiro.- Dije que porque me habías citado en este lugar.

-Bueno esto es un poco difícil para mí, así que no me interrumpas por favor, no hasta que te diga todo.

Estaba un poco dudosa ante la petición de su compañero, pero guardo silencio esperando que continuara.

-Recuerdo que cuando nos conocimos creía que eras una niña como las otras, pero me equivoque porque esa niña de 9 años era capaza de ganarle a niños más grandes, los primeros años te considere una amiga y con el paso del tiempo te convertiste en mi mejor amiga y hermana.- Bajo la mirada donde tenía su café, que por la espera ya estaba frio. – Pero me di cuenta que me estaba engañando... perdona creo que has de estar confundida lo que quiero decir es que desde hace mucho eh estado enamorado de ti.

Todo estaba en silencio, cosa que tomo a Clint de forma negativa, al menos debía sentirse satisfecho por haber dicho lo que tanto tiempo había estado guardando, de pronto sintió un golpe en la cabeza.

-Auch, porque me golpeas Nat.

-Porque eres un idiota.- contesto enojada.

-Pero...

-Porque te tomo tanto tiempo decírmelo.- interrumpió, y antes de que este pudiera decir algo, lo agarró del cuello de su camisa, jalándolo para poder besarlo.

Clint pudo esperarse cualquier cosa pero no lo que vivía precisamente en ese momento, sin poder evitarlo sonrió, pero no dudo en corresponder aquel anhelado beso, y por un momento agradeció las palabras de Stark, quien le había permitido vivir el momento más feliz de su vida.

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Friday no sabía si estaba volviéndose loca, pero juraba que la pulsera de su jefe que tenía una gema, era de color rojo completamente pero ahora que lo veía, aquella gema era mayormente rojo pero luego noto que tenía 2 esquinas de un llamativo color azul, pero ahora observaba que en realidad eran las 4 esquinas y eso era muy extraño porque no sabía de una joya que existiera con ese tipo de características.

-¿Te sucede algo?

-No señor. Perdone mi falta de atención.

-Descuida. ¿Hiciste lo que te pedí?

-Sí, todos aceptaron y me dijeron que antes de las 7 llegaran los pedidos.

-Muy bien, conseguiste las medidas.

-Así es, no fue tan difícil y los trajes de todos se están preparando, inclusive ya planee la excusa para que lo vistan.

-Muy bien... Espero que los dos eventos salgan a la perfección.

-Descuide, ya me encargue de las reservaciones de ese lugar y hable con los encargados, entienden que usted solo exige lo mejor.

-Por cierto que averiguaste de la otro que te pedí.

-Por supuesto, encontré su dirección y los datos necesarios.-entregándole una carpeta.

-Excelente trabajo Friday, puedes retirarte por el momento. Ah cierto puedes pedirme algo para comer, no creo poder salir, hay demasiado papeleo.

-Claro.- le regalo una sonrisa. – Permiso señor.

Empezó a leer los datos que la chica le había dado.

-Mmmmm que deberé hacer contigo... - era lo que se cuestionaba el castaño, pensando muy seriamente.

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No dejaba de leer la nota una y otra vez. En verdad que era un tonto pero no podía hacer nada.

Gracias por ayudarme.

Honestamente no soy bueno cocinando pero al menos quería agradecerte de alguna manera.

p.d. Si no es de tu agrado no lo comas, no quisiera que luego me acusaran de homicidio premeditado.

Atte. Tony Stark

Había tenido un sueño agradable, y de alguna forma sintió una suave caricia en su frente tan cálida no deseaba que esa sensación desapareciera, escucho a alguien decirle algo pero no logro entender, rato después se sintió vacío, abrió los ojos y noto que Tony ya no estaba. Aquello lo deprimió bastante pero era su culpa por ilusionarse de manera estúpida.

Ciertamente al moreno no le había interesado que lo ayudara, salió de su cama desanimado, se dirigio a la cocina a prepararse algo, cuando noto un plato, trataba de un omelett, pan tostado y un jugo de naranja. A lado de ello noto una hoja con algo escrito, al terminar de leerlo no pudo evitar sonreír, tenía sus dudas al ver los alimentos recordando que Tony no sabía cocinar, pero el desayuno se veía muy apetecible, por lo que decidió probarlo al menos. Se sorprendió al descubrir que todo estaba delicioso.

Y ahora se encontraba leyendo la nota, ciertamente las palabras sonaban tan frías y distantes, pero no podía negar que el moreno, se tomó las molestias de prepararle algo, y le hizo feliz saber que el millonario pensó en él.

Más animado por aquel desayuno se decidió por terminar las ilustraciones para ese cuento, realmente se sentía muy contento y lleno de ideas. Pasando el día con una enorme sonrisa en su rostro.