Capitulo 2. De las posibilidades terrenales

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"Todo lo que existe en este mundo es posible, aunque no se vea aun es posible, pero si no se puede llegar a lo posible por cualquier medio, entonces no existe."

Posibilidad. Una palabra cuanto menos mágica en cierto contexto. ¿Qué es la posibilidad? La posibilidad es como una fisura en un enorme e imponente muro. Puede ser imperceptible para muchos o puede ser vista a kilómetros por los ojos cuidadosos. Puede ser insignificante para para algunos o enorme que puede romper la estética misma del muro para otros.

Lo cierto es que la fisura es capaz de romper el muro si se ataca correctamente así como puede resanarse para que el muro regrese a la normalidad. La posibilidad no es más que una oportunidad, una oportunidad de generar un cambio sin importar la índole a la que pertenezca. En este mundo, cualquier cosa siempre tiene un porcentaje de posibilidad y al tenerlo, implica que es capaz de existir en algún momento, o en su defecto, que existe una realidad donde eso efectivamente ocurre.

Por el contrario, cuando hay una posibilidad de cero de que algo ocurra, no importa que tanto se haga para lograr que cierto suceso ocurra o no, es imposible cambiarlo. Al ser imposible, implica que es inexistente y no hay realidad alguna donde eso pueda suceder de alguna manera.

Este es el principio de la posibilidad, un principio que se manifiesta prácticamente diario y es el más visible de todos, porque las posibilidades en la vida humana se manifiestan a través de las decisiones que tomamos. Una decisión genera una realidad, un camino por el cual seguir con una forma determinada, pero este camino no es el mismo que el que se trazaría si no se hubiera tomado esa decisión.

Y el simple hecho de que no pudo tomarse esa decisión genera una posibilidad de que no pueda tomarse, por tanto de su existencia. El árbol de probabilidades es indefinido, porque cada decisión que tomemos u omitamos genera más de un ramal de realidades que pueden ocurrir. También se debe de saber que este principio es el más difícil de predecir, pues su naturaleza inestable apenas puede ser medida en cierta parte gracias a la aplicación del primer principio fundamental (aplicando su derivado conocido como "Probabilidad y Estadística"). Tal es así que no en todos los casos podemos determinar si existe posibilidad de cero para ciertas decisiones de la vida. 

Es aquí cuando el principio te golpea de manera contundente, porque cuando aún cuando algunos estiman que la probabilidad de cierta acción sea de cero, resulta lo opuesto.

Hay algunas cosas en esta vida que solo pueden estimarse, pero nunca cerciorarse completamente de ello. En base a esto, el secreto para poder usar este principio a nuestro favor es realizar todo lo que nos propongamos en esta vida como si la probabilidad de éxito fuese del 100% aún cuando se estime en 0.000000000001%.

¿Parece mensaje de libro de auto-motivación? Puede ser, no lo niego, pero siempre hay una cosa en nuestras vidas en las que nos hemos dicho a nosotros mismos: ¿Cómo rayos se supone que sucedió eso? Algunos lo llaman suerte, otros fe, hay incluso personas que lo llaman destino. A mi me gusta decir en lo personal que es la fuerza de la voluntad, sea humana o de la naturaleza, no solo un simple milagro de la vida como se le conoce más popularmente hablando. Porque bien manejada, la voluntad rompe las imposibilidades establecidas (como explicaré después en el capitulo 12).

Esta manifestación del principio recuerdo haberla visto hace algunos años y en más de una ocasión, de hecho debo decir que la más reciente la presencie hace algunos meses (3 meses como mucho desde que me dedique a escribir de manera más formal). El primer golpe lo recibí a la edad de 11 años, cuando me encontraba en quinto de primaria. En ese tiempo batallaba contra una sombra familiar en el sentido académico, de modo que la presión se volvía hasta cierto punto extrema.

Recuerdo tener todo en contra porque en la casa estaba amenazado de cierta manera si no lo superaba (a pesar de que procuraban que estudiará todo el tiempo, supongo que esa era su manera de ayudarme). La escuela no me tranquilizaba, porque si era destacada era porque fue esa sombra la que los hizo sobresalir, de modo que las comparaciones, los insultos y los desalientos por parte de quienes me odiaban estaban a la orden del día.

Sin embargo, en vez de ignorar todo eso se acumulo como si fuera una olla a presión. Así que no tardó mucho para que estallará, pero cuando lo hice sucedió de tal manera que toda irá se convirtió en esfuerzo, de modo que llegue incluso a dejarle de hablar a mi familia por ponerme a estudiar. Para cuando llegó la prueba donde se mostraría de lo que era capaz, supere de manera efímera esa sombra, aún cuando el pronostico me contradecía (esta última parte la pude corroborar gracias a que supe que al resto de mis compañeros que hicieron la misma prueba la consideraron bastante difícil, mientras que yo sinceramente lo tome como un juego de niños).

No podía creerme hasta cierto punto los resultados cuando me los dijeron, pero era un hecho lo ocurrido y la sensación de satisfacción es de las más placenteras y reconfortantes que se puede llegar a tener en esta vida.

El saber como canalizar los factores en contra a tu favor es la artimaña que vuelve tu aliado este principio. Porque por más mínima que sea la probabilidad para lograr algo el hecho es que existe, de modo que es ahí cuando se presenta la oportunidad para pelear por ello, por minúscula que esta sea.

Sin embargo, este principio es un arma de doble filo, porque así como puede hacerte ganar cuando tienes todo en tu contra, también puede hacerte perder aun cuando tengas todo a tu favor. Esto sucede porque todo tiene su par opuesto en esta realidad o en las otras. Y existen para mantener el equilibrio natural de las cosas.

Pero para este principio, influyen unos factores contrarios a la voluntad lo que permite que te volteen la balanza: arrogancia y miedo. Si eres demasiado arrogante, por más que tengas todo servido en bandeja de plata, la sed de poder y control nublan el buen juicio, lo que provoca que se llegue a actuar sin pensar, cometiendo errores que desvanecen tu oportunidad de cambiar algo.

Por otra parte, el miedo impide que las cosas se realicen por creer que no funcionaran, con el tiempo se vuelve un ancla que te impide avanzar, porque desde tu zona de confort la realidad se te vuelve limitada.

Pero esto es natural, son emociones humanas, pero al ser parte de nosotros tenemos la capacidad de controlarlo, en vez que nos controlen a nosotros. La confianza en uno mismo es necesaria, pero solo cuando estés listo para prevenir lo peor, porque demasiada alta se vuelve arrogancia y te ciega. El miedo es necesario, pues es un instinto que previene el peligro, sin embargo en algún momento harás un salto de fe, e independientemente de si lo logras o no, habrás ampliado tu perspectiva y las posibilidades serán mayores que antes, pues la experiencia te habrá servido de algo.

Esta es la reflexión de la probabilidad, porque al no tener certeza de que algo sea cero por ciento probable de ocurrir, debemos dar todo para hacer que esa pequeña oportunidad valga para todo lo que se desea en esta vida. Entiende la probabilidad y busca la oportunidad, o resígnate a ver el mundo moverse sin ti. Este es el segundo principio fundamental de la vida.

Cae, incendia, alza el vuelo y resurge de tus cenizas, Fénix. 

La Fuerza FénixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora