Éxtasis [ Terminada ] #SinsajoAwards

Epílogo

♡Epílogo.

Theo James

Soy consciente de lo maravilloso que es mi vida ahora. Nunca antes me había detenido a pensar en lo que el mundo depararía en mi futuro, de ser así, seguramente lo hubiese dejado suceder al azar.

Hubiera despertado como todas las mañanas, haría toda la mierda que siempre hacia, como siempre la misma rutina y quizás le pediría a mi buen amigo Jake, que me dejara el taxi. Suena a una locura, pero la verdad es que, mi vida siempre ha sido muy monótona, sin nuevas experiencias. Por ello, conducía ese viejo taxi y trataba de distraerme, solo por diversión, sin sueldo claro. Ese era yo conduciendo por toda la cuidad.

Había veces en que los días eran aburridos mientras conducía, no todos los clientes eran algo entretenidos de ver. Muchos de ellos solo eran adultos maduros vistiendo sus trajes, hablando por horas en su teléfono, otras veces se subían adolescente con las hormonas alborotas, que se la pasaban besuqueando en todo el camino. Y el peor de todos los clientes eran esas mujeres que babeaban cerca de mí, mirándome, eso era escalofriante.

Cada día era algo diferente, gritos, besuqueos, tipas babeando sobre mí y luego llego ella.

Con su carita triste y su impresionante belleza abordo el taxi que manejaba. La primera impresión siempre es importante y ella me noqueo, literalmente lo hizo. Mi cerebro hizo combustión al instante, trate con todas mis fuerzas reprimir el impulso de salir del asiento del copiloto e ir atrás con ella y abrazar, sentirla entre mis brazos y decirle que todo está bien, que estaría bien mientras este con ella.

Tuve que aferrar las manos en el volante, mientras escuchaba sus pequeños sollozos que trataba de esconder. De vez en cuando mirada por el espejo retrovisor para verla, pequeñas gotas de lágrimas recorrían su bello rostro, mientras veía por la ventana en un estado de trance.

Mi sangre hirvió en segundos sin motivo aparente, trate de controlarme mediante pequeños suspiros, que disimulaba. La sangre caliente fluía a través de mis venas, mis manos picaban y mis nudillos palidecieron a causa de la fuerza que ejercía. Y el pensamiento de golpear a quien sé que fuera que la hacía estar esa situación, no fue tan descabellado.

Visualicé en mi mente, estar golpeando a esa persona -un el-, por la que ella lloraba, en mi mente lo golpeaba tan fuerte, que la satisfacción la sentí al cien en mi sistema mientras conducía, era tan reconfortante. Reí para mi mismo viendo tal escena en mi mente.

La hermosa chica del asiento trasero, la pelinegra, poso su mirada en mi por unos segundos, sus ojos escaneándome por un momento. Su rostro se ruborizo en el momento que su mirada se puso en mis labios.

Lucia avergonzada y no tenía por qué. Era consciente de las miradas de las mujeres en mi todo el tiempo, soy el prototipo de casi todas las mujeres. Alto, listo, simpático, caballeroso, atractivo y sobre todo, muy caliente.

En otra ocasión, le abría devuelto la sonrisa de una forma sugerente, una de esas en las que las invitas a pecar con tu cuerpo, pero con ella era diferente. La sonrisa que le brinde fue amable, genuina, una sonrisa verdadera y no de cortesía.

Tras conducir varios minutos, por las calles al azar, fui consciente de que la bella chica nunca me dio su dirección. Visualizo la manera en que debo preguntarle su dirección y no sonar muy alegre, no cuando ella está en ese estado.

Al cabo de un rato obtengo unas palabras de ella, y siento un extraño escalofrió al escucharla hablar, la manera en la que arrastra la voz suena demasiado sensual para mí. Lucho con las diferente imagines que llenan mi mente, y ser capaz de concentrarme en conducir.