¿Alguna vez te has sentido que te duele algo pero no sabes qué? Físicamente estás bien pero hay algo que impide que estés completamente cómodo, estable.
Padres abusando, compañeros burlándose, personas juzgando a cada rato, corazones rompiéndose, problemas familiares, abandono, rechazo, soledad.
En la vida siempre llevarás heridas, algunas muy profundas, otras no tanto. Te lastimarán demasiado, incluso las personas que más amas. Sentirás un vacío dentro de ti que no sabrás como llenar, buscarás amor y atención en lugares equivocados, te perderás. No verás las salida y te quedarás estancado en un mismo lugar todo el tiempo.
No sabrás que hacer, y pensarás que la única forma de salir de ésto es solo dejarlo ir, dejarlo pasar y callar. Irte a dormir y nunca despertar.
Pero ¿Sabes? Si hay una salida. Llegará alguien o algo que hará que veas la salida que siempre estuvo ahí, verás oportunidades para escapar del abismo en el que estabas, enfrentarás tus problemas y poco a poco saldrás vivo.
Todo tiene solución, o al menos eso es lo que creo. No hay herida tan profunda que no se pueda curar. No te digo que sea fácil, solo que lo intentes. No esperes a que te diga que no va a ser doloroso, porque lo será. No esperes a que te diga que todo va a estar mejor, porque no lo sé realmente, eso depende de ti.
Desahógate, llorar, canta, baila, pinta, escribe, crea, sueña... Haz todo lo que necesites para salir. Sal a buscar ese alguien o algo que te haga bien, que te llene el vacío que llevas dentro y camina. Camina y sigue adelante. Y cuando lo hagas, no mires atrás, deja de pensar, detente y respira.
Sueña y se feliz, hasta que llegue el día de mañana y tu alma se haya ido a descansar para siempre.
