Emma y Henry
Supe de los movimientos de Emma y Henry por ellos mismos un tiempo después, pero aquí está lo que pasó.
Emma Swan había visto muchas cosas en su vida. Había estado con padres de acogida con demasiada afición por la bebida, madres con más preocupación por lo que otros miembros del pequeño e insulso mundo pensaban que por el bienestar de los niños que acogían o padres que ni siquiera se molestaban en fingir interés. Pero nunca, en sus casi treinta años de vida, había sentido un horror comparable al que sintió cuando vio como su propia madre gritaba y zarandeaba a una pobre e indefensa niña. A su hija, por el amor de Dios.
Se quedó inmóvil, incapaz de reaccionar, demasiado impactada, demasiado horrorizada como para poder hablar porque era incapaz de creer que aquella escena, totalmente loca y deplorable, estuviera pasando realmente.
Henry sintió algo parecido. Para cuando ambos quisieron reaccionar, la pequeña Emma ya estaba poniendo a Mary Margaret en su lugar. Emma se lanzó sobre ella, tomándola de los hombros, obligando a la morena a alejarse de la asustada niña.
Para cuando terminó, la pequeña Emma y yo lejos de aquella casa de locos, Henry y Emma se concentraron su mirada en Mary Margaret.
- ¿Pero qué demonios te pasa?- Gritó Emma. – Es solo una niña.
- Emma, tenía que abrirle los ojos. Tú la has visto, Regina la tiene hechizada...
- ¡No! Mary Margaret, no está hechizada. Está feliz y es gracias a Regina, no a ti.
- Pe...pero Emma. – Casi parecía a punto de llorar.
- No hay excusas, lo que has hecho es imperdonable. Es una niña.
- Sí, abuela, lo que has hecho no es guay. O sea, mi madre ha hecho muchas cosas, vale, pero es buena ahora y cuida muy bien a la Emma pequeña...- Dijo Henry. – casi... bueno, igual que cuando yo era pequeño. Es una buena madre.
- Sé que Regina ha cambiado. – Se quejó la antigua princesa. – pero yo soy tu madre.
- ¡Pero no para ella!- Gritó Emma. – No para ella. Regina es lo más parecido a una madre que ha conocido. Y, sinceramente, estoy muy agradecida de que sea ella la que cuida de mi mini-yo y no tú, Mary. Henry, nos vamos.
Mary Margaret siguió quejándose mientras se marchaban por la puerta.
Una cena para llevar en Granny's y unos batidos de chocolate para las penas después, Emma y Henry paseaban cerca del parque del castillo, donde Henry solía ir a pensar, dando vueltas y más vueltas, sin atreverse a poner rumbo final a la mansión de Mifflin.
- ¿Qué te pasa, chico? – Emma se decidió a hablar tras varios minutos viendo cómo golpeaba a piedras inocentes.
- Mamá va a estar enfadada.
- Bueno, conmigo probablemente, quiero decir, probablemente me lanzará una bola de fuego. Pero no contigo, chico, tranquilo.
- No la he defendido. Una niña de 5 años la ha protegido, ha creído en ella, ha visto más que el bien y el mal. Yo, en cambio, la taché de malvada, la dejé de lado... le dije que la odiaba.
- Henry, tu madre te quiere y te ha perdonado por todo eso. Puede que ni tú ni yo hayamos sido las personas más útiles en esa cena, pero, bueno, no sé tú, pero es que yo no podía ni hablar. Mary Margaret, alias Blancanieves, quien se supone que es una dulce princesa, gritándole a una niña. Surrealista.
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Mi Pequeña Emma (Original)
FanfictionUn deseo formulado en la más terrible soledad traerá una consecuencia inesperada. La pequeña Emma Swan, de 5 cinco años, aterriza en Storybrooke. Pero solo una persona es capaz de comprender realmente lo que la niña necesita, que alguien la quiera t...