Anaide Westbay

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Llegó la coordinadora a nombrar lista mientras nuestros asistentes nos retocaban. Yo me despedí de Joseph y de Iirina, ellos fueron las primeras 2 personas ajenas a la Casa a las que guardare en mi memoria con mucho cariño. La despedida fue corta, al parecer teníamos que agilizar todo para poder llegar a tiempo al Centro de Exhibiciones, el lugar donde supuestamente será la subasta, y con lo que dice la Señorita Hebbans está un poco retirado de Moddante.

Volvimos a los camiones por 3ra vez en el día, ya estaba harta, aunque preferiría pasar toda una vida en estos vehículos que ser vendida a un engreído adinerado, lamentablemente no tenía otra opción.

Al llegar me quede absolutamente boquiabierta, el lugar era enorme, y estaban mis 500 compañeras paradas en la entrada trasera esperando por instrucciones. De nuevo pasaron lista y qué cuando me di cuenta que por mas que deseara escapar no podría hacerlo debido a la multitud de guardias y los enormes muros. Prácticamente entre a la especie de camerinos en automático ya que mi mente estaba bastante perdió en mis pensamientos. Estando ahí, volví a la realidad y me di cuenta que todo ahí dentro era un completo caos. Los trabajadores andaban a mil por hora de un lado a otro esquivándonos a todas, la coordinadora y los directivos de nuestra CESI también estaban revisando todo como un millón de veces, y miré a mi alrededor y había 499 chicas con la misma cara de confusión que yo. 

Poco rato después me di cuenta que necesitaba ir al baño urgentemente, supongo que tenia que pedir permiso, si no podría ocasionar un caos sobre todo por que están pasando lista cada 2 minutos. Luego de esquivar un mar de niñas y unos cuantos docentes llegue por fin con la Sta. Hebbans.

-Señorita, me preguntaba si podía ir al baño...- casi ni me dejó terminar la oración y ya estaba asintiendo

-Sí niña, ve ve-

-Per...- no me dejó ni terminar de preguntarle hacia donde tenía que ir, siento que ni siquiera me había puesto atención, pero por lo menos le pregunté

Qué todo un hallazgo llegar a los sanitarios de el lugar sobre todo por que estaban exactamente al otro extremo de donde yo. Al entrar me di cuenta que había un solo baño y una señorita parada observándome con una sonrisa no tan convincente.

-Hola- me dijo ella pero no le veía el punto a mantener una conversación en el baño

-Hola?- le respondi mientras me metía al cubículo cerrando la puerta, antes de que ella la detuviera 

-Disculpa, es que no se si te dijeron o algo, pero debes tener una acompañante para ir al baño. Ya sabes, por todo esto de el vestido y eso- yo hice una mueca, aun que lo que decía me hacia bastante sentido - Se que es ridículo, pero si intentas ir tu sola verás que es todo un drama-

Asentí con la cabeza y deje que me sostuviera el vestido mientras yo me sentaba para ir al baño, aunque me costo un poco de trabajo concentrarme teniendo a una extraña ahí enfrente, pero bueno, debo admitir que fue una ayuda el hecho de que no haya volteado en ningún segundo.

-Recuerdo los días de la subasta...- comenzó a decir ella mientras me acomodaba de nuevo el vestido- la primera vez me puse bastante nerviosa, incluso me emocioné con todo esto de la imagen y de más...- no estaba entendiendo ni un poco de lo que me hablaba la chica - pero a partir de la tercera perdí cualquier gramo de sentimiento a la hora de pasar allá afuera-

-Disculpa, creo que no te estoy entendiendo...-

-Descuida, no tienes que hacerlo, hablo para mi- a pesar de sus palabras yo la mire a los ojos y le hice un gesto de interés, ella soltó un suspiro y continuo -Hablo de que hace 8 años yo fui una chica mercancía y no fui vendida en la subasta, hay muy pocos casos, pero los hay- al escuchar eso se me heló el cuerpo- y el gobierno me trasladó a la siguiente Casa, y unos meses después todas cumplieron la mayoría de edad, excepto yo que era 1 año mayor que todas ellas, y de nuevo no fui vendida- se le resbaló una lagrima por la mejilla lo cual extrañamente me hizo temblar - en fin, el proceso se repitió y cuando cumplí 26 me trajeron aquí, y ahora pase de ser una aspirante de esposa de millonario, a asistente de sanitarios.

Mi mente trataba de procesar toda la información que no podía relacionar, pero dudo que la chica estuviera mintiendo, a decir verdad me parecía muy bella como para estar simplemente levantando vestidos en un baño.

-Perdóname -dijo ella secando sus lagrimas con su uniforme- es solo que al ver tu vestido y tu tocado pensé que si a mi me hubieran arreglado así tal vez no estaría hoy aquí-

De pronto me percate de que aun si no eras vendida, ese no era el fin, la historia se repetiría 5 años y después terminarías trabajando para el sistema, y no irías de nuevo con tu familia o vivirías en libertad. Miré a la señorita y se veía desconsolada, así que intente animar un poco las cosas

-Oye, pero mira el lado bueno. Por lo menos no estas viviendo una vida esclavizante a lado de un hombre engreído que prácticamente pagó por ti-

-Niña. Esto, es la esclavitud misma-

Tras decir eso senti un nudo en el estómago, jamás creí que la subasta tuviera tanto impacto.

-Cual es tu nombre?-

-Anaide Westbay-

-De acuerdo Anaide, escuchame si? Te prometo que no vivirás así el reto de tus días, okay?- 

No se por que dije eso, quería calmar a la chica pero acabo de hacer una promesa que ni siquiera se si podré cumplir, tal vez y hasta acabo como ella o peor. Por lo menos lo que le dije la calmó y pude salir del sanitario justo a tiempo por que estaban por dar instrucciones para dar inicio a la "esperadisima" subasta.

C O M P R A D ADonde viven las historias. Descúbrelo ahora