Capitulo 10. Comprensión

255 32 11
                                    


No me importa si este camino me lleva al infierno, no me importa si en este camino yo me pierdo, no me importa....

De cuando el amor es tal que se llama devoción.

Las horas pasaban para Daring sin mayor demora, después de todo el baile era algo importante, cualquier baile, cualquier fiesta.

E iría con Apple White, nada podía ir mal, aunque sus dudas siguieran carcomiéndole el corazón cual dagas perfectamente afiladas, afiladas con una intención fatal.

Para Daring, para quién el amor verdadero, el futuro brillante, y la razón de su existencia se resumían en una sola persona era algo difícil expresar sus dudas, nunca le habían explicado que ocurriría si por algún azar se decidía a dudar, a pensar, a dolerle, estaba seguro, auqnue fuese un pensamiento muy femenino, que el amor no debía de doler, ni ser incomodo, ni nada por el estilo.

¿Entonces qué pasaba?

Por algún azar ¿No había posibilidad de amarla? ¡Era su destino por el mismo cielo de escarcha de los cuentos de hadas!

Las campanas del reloj tocan hoy un corazón, un llamado... mi amor, cuéntame que callas hoy.

El silencio de Daring al respecto lo lastimaba más de lo que él mismo pensaba, puesto que callaba tercamente sus dudas, dispuesto a creer que sin duda era él quién estaba en un error, cuando llegara el momento, él la amaría, estaba seguro, elevaría una espada perfecta de fuego envenado, lucharía contra la búsqueda incansable y entonces, cuando la manzana envenenada tocara sus labios rojos como la sangre...

Yo creí más de una vez, que te amaría solo a ti, y aun no siendo así, te miré tan solo a ti.

Cuando aquel sueño de muerte cayera contra ella, él la buscaría incansable, o quizás no tanto, los viajes a lomos de un caballo sufriendo privaciones no era algo que le atrajera, pero si al final estaba su destino, el futuro brillante, ella... estaba seguro de que haría lo que fuera por ir con ella, que haría lo que fuera por seguirla y amarla más que a la misma vida.

Pero... pero ¿y si el beso no funcionaba? ¿Y si el amor no existía? ¿Y si, por algún error en el destino, en él, no lo lograba?

Las campanas del reloj, tocan hoy tu corazón, un llamado... el amor, cuéntame que callas hoy.

A lo lejos oyó el nuevo pasar de las horas, campanadas que parecían cantar, aun no sabía que le ocurría, paseaba inquieto, con la mente agitada apenas caía en la cuenta de cómo podía funcionar aquello del amor, se detuvo a los pies de una torre y bajo el espejo de su rostro, definitivamente no se veía tan bien aquel día.

Sonrió turbado, recordando cuantas veces casi sin querer había salvado a alguna princesa en peligro, cayendo de la torre y la había sostenido en sus brazos sin mayor esfuerzo que aquel, el de hacerlo.

Nuevas campanadas tocaron de vuelta y se topó con que quizás el tiempo se hubiera terminado para él, pero no aún quedaban un par de horas para ir a vestirse, a recoger a Apple, admirar su tez de porcelana, sus ojos como gemas, sus labios rojos, sus largos cabellos rubios... ¿rubios? Se detuvo y miro congelado al frente... Bueno, era algo que siempre había notado... ¿A que venía pensar en eso ahora?

Las campanas del reloj, tocan hoy mi corazón, un llamado... es tu amor, cuéntame que callas hoy.

¿Qué debía hacer? Se preguntó, caminando de vuelta, definitivamente no podía ir a expresar sus dudas a nadie, sería una locura, algo inadecuado de su parte, por supuesto.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Dec 19, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Amor Verdadero (HIATUS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora