UNO.

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Entramos al gran comedor, en dos filas. Newt y yo estábamos todo el tiempo juntos, pues si teníamos la misma edad y no conocíamos a nadie aquí y mucho menos yo, ya que no sabía nada de este mundo, hasta que mi abuelo me lo tuvo que explicar cuando recibí mi carta de Hogwarts. Aparentemente mi madre era una hechicera pero mi padre era un "muggle". Pero ellos fallecieron y jamás me han querido decir el porque. Mi abuelo es una persona maravillosa y muy gentil. Aunque muchas personas lo veían como un loco, yo lo veía como mi héroe.
Incluso el fue quien me acompañó mis libros y mi varita cosa que no uso mucho por que tengo miedo de usarla mal o que explote en mi cara.

Cuando entramos al gran comedor todos los demas alumnos nos daban su total atención, intimidante, pero no tanto ya que tenía un amigo quien compartía la misma emoción que sentía en ese momento. El profesor que nos escoltaba nos dio la instrucción de detenernos, estábamos en medio de cuatro largas mesas, con espacio para más. El director se presentó, Phineas Black. El director comenzó a dar su discurso de bienvenida y todos prestaban su atención, excepto yo, solo miraba todo a mi alrededor, las velas flotantes, algunos juegos que otros alumnos hacían el silencio por que no prestaban en más mínimo interés en lo que sucedía.

— Y por favor ustedes deben tener en claro que los estudiantes no pueden entrar al bosque prohibido bajo ninguna circunstancia, gracias—terminó de hablar el director Black, fue lo único que escuché.

— Las instrucciones son las siguientes—un profesor comenzó a hablar, delgado y joven, cabello castaño claro— los nombrare uno por uno y pasaran al frente para descubrir en que casa quedarán. ¿he quedado claro?—todos volvieron a afirmar.

— Esto es demasiado inquietante—comentó Newt, en tono muy bajo, casi susurrándome—. ¿Tú crees que... nos toque juntos?

—Nos toque juntos o no, somos amigos y nos veríamos diariamente, eso te lo prometo— sujete fuerte su mano y pude notar que el imitó mi acción.

Cuando fue nuestro turno, el quedo en Hufflepuff y yo en Gryffindor. Me decepcione un poco al no pertenecer en la misma casa que él.

Pasaron los días, meses y seguíamos siendo amigos, nuestra amistad estaba fortaleciéndose, éramos inseparables, si el tenía una duda en su clase, yo le brindaba mi ayuda, y viceversa.

— Profesor Dumbledore—habla uno de mis compañeros— Un integrante de mi equipo se desmayó.

Me reí al escuchar eso, no podía esperar a contarle a Newt, así que lo escribi en una nota pequeña, hice un origami mágico en forma de pájaro para que volara hacía donde estaba Newt.

— Joven Goldstein, ¿Lo que acabo de ver es algun pergamino?—preguntó intuitivo.
— No profesor, era un pájaro.
— Si vuelvo a ver eso en mi salón de clases, estará en serios problemas, Goldstein.
— Si profesor.

Al salir de clase, Newt y yo nos vemos en el lago de siempre, para charlar de cosas de nuestras clases o alguna otra anécdota.

Estaba sentada en un viejo tronco, mientras leía un libro en compañía de las aves y sonidos de insectos, interrumpidos por los pasos de alguien, las hojas crujían a la par de pasos.

—  Hay algo de frío para estar aqui, ¿no lo crees?— me dijo algo tembloroso, producto del frio. Yo aún leyendo, tome en cuenta su comentario. Se sentó a mi lado.

— Podemos irnos de aquí si quieres, no tenemos que estar aquí para que te congeles— Newt negó rápido— ¿Estas seguro?
— Lo estoy. ¿tú no tienes frío?—preguntó, yo negué.
— Estoy algo acostumbrada.
— De igual forma...—intentó quitarse su abrigo para dármelo a mi.
— No, Newt, no es necesario tú tienes más frío que yo.
— Tengo un abrigo extra.
— Te lo agradezco mucho.

El silencio invadio, exceptuando el sonido de las aves e insectos, todo estaba tranquilo. Cerré mi libro, y comencé a admirar al lago que estaba en frente a mi. El sol estaba por salir, eso quiere decir que el frío disminuiría, cosa que era muy bien recibida.

— Melody— Su llamado atrajo mi atención. , mis ojos estaban enfocados en él—. ¿Siempre seremos amigos, verdad? ¿Sin importar lo que pase?— temeroso, su pregunta es suave.

No pude evitar sentir una ligera incomodidad, no por su compañía, si no por que con el paso de los días, mis sentimientos hacia el estaban evolucionando a algo más. Mis sentimientos hacia no eran tan exactos, razón por la cual no decía nada y no lo aceptaba.

— Sin importar lo que pase. Es una promesa— aseguré con una ligera sonrisa.

— Aunque no lo parezca, me siento cómodo al estar contigo—comenzó a hablar—. Quisiera agradecerte por escucharme todo este tiempo.

—Cuando hablas de tus criaturas y tu interés hacia ellos...—pause—Es por que me fascina la manera en la que tú me hablas de ellos. Suele ser adictivo, además de muy interesante ya que aprendo un poco más que en clase—burle.

El me dedico una sonrisa, le agradaba lo que le decía, y mas el apoyo que le brindaba, así como el me brindaba el suyo.

— De eso se trata ser amigos Newt.
— Me gusta mucho.
— ¿Leíste la nota que te mande hoy?—cuestione. Sacando tema de conversación.
— ¿Dices que se desmayó por que le explotó un hechizo a la cara?
— Fue sorpresivo así que se desmayó, y el profesor casi me descubre cuando te mande el origami.
— Me ha sucedido igual hoy. Improvise muy bien—sonrió. Orgulloso de su acción.

Pasaron las horas y continuamos hablando del día que tuvimos, era la ventaja de estar en dos casas distintas, tenemos mucho de que hablar, y muchas cosas que compartir.

Después de varias horas, regresamos a nuestros dormitorios, ya era tarde y los prefectos son unos estrictos a morir.
— Mañana nos vemos después de clase, ¿esta bien?
— Estaré ansioso— me sonrió— Solo ya no me mandes más pergaminos, casi me metes en un lío—comentó.
— Entonces enviaré más—burlé.

Amortentia (Newt Scamander) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora