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Estábamos en el séptimo mes del año, el frío estaba muy presente y mis padres no me despegaban el ojo de encima por la simple razón de que había comenzado a tener fuertes dolores de cabeza que me obligaban a dormir profundamente, pero cada vez que despertaba podía ver más cosas, ya podía moverme sin chocar con los muebles, distinguía colores y la luz, cuando mis padres salían Natt venía a cuidarnos a mí y a Mati, pero más a Mati en uno de esos días Mati salió con una burla hacia Natt que no entendí muy bien él solo lo rodeaba y cantaba se casaran, no, no, saldrán, tal vez, tal vez, lo amara, quien sabe, quien sabe lo hizo hasta que le sacó de quicio y le mando a su cuarto sin cenar.

Esta tarde mis padres volverían a salir, pero esta vez llevarán a Mati con ellos a una presentación o aun concurso de bandas, ya que el pequeñajo tocaba muy bien la guitarra eléctrica, pero aun así Natt no vendría, mi madre dijo que estaba ocupado, entonces cuando ellos se fueron me sentí solitario, la casa estaba completamente vacía así que una idea se cruzó por mi cabeza, tome las llaves y Salí de casa de todas formas si Natt estaba ocupado no llegaría a hacerme compañía.

Camine despacio y con cuidado por la calle

cruce de acera a acera corriendo entonces llegue al cementero norte, el lugar estaba oscuro aun así yo me sabía el camino de memoria, avance hasta llegar a la tumba de mi hermana, pero para asegurarme toque la lápida

—hola—me sentía estúpido hablando exclusivamente para mí, pero a la vez sentía que ella me escuchaba –perdón por no venir a verte muy seguido, mira te traje un libro, lo leeré para ti, se titula La casa de los espíritus—

así como le dije comencé a leerle el libro sin tomar en cuenta la hora así que lo leí completo, al terminar sentía bastante sueño y me quede frente a la tumba unos minutos mientras dormitaba Una mano me sujeto del hombro y me levanté de inmediato

—sé artes marciales—dije exaltado y haciendo el ridículo, pero solo sentí un suspiro

—tu madre está preocupada—era Natt—que ya regresaron, pero si aún e tem Temprano?— pregunté algo desorientado.

—Jace son las tres de la mañana—

me comencé a rascar la nuca, me sentía mal por mi madre, ya que debía estar hecha un atado de nervios

—perdí la noción del tiempo—me excusé sintiéndome lamentable

—únicamente dirás eso, te he estado buscando desde que llegue a tu casa—Natt estaba muy preocupado y molesto casi gritaba—dios porque eres tan desconsiderado no sabes lo preocupado que estaba—

quede con la boca abierta, su actitud se parecía a la de mi madre, en ese momento me sentí como una pequeña rata siendo amenazada por un feroz gato, entonces me tomo de la mano y me llevo casi tirando a mi casa, no dije nada, no quería que se molestara más.

Al llegar a casa mi madre me regaño de la misma forma que Natt, pero ella si estaba gritándome y lo único que hice fue disculparme

aun así fui castigado a ir a mi cuarto, sin la cena o mejor dicho el desayuno, no podían reclamar, ya que ellos tenían razón yo era un desconsiderado.

Mi madre no me hablo por una semana y Natt por un mes.

Mi padre y Mati me dijeron que no lo volviera hacer, pero que mama y Natt no me hablaran me hacía sentir mal, yo tenía tendencia a deprimirme algunas veces, entonces todo callo en un saco mental y termino en un mal resultado.

Combinar mi ceguera, la muerte de Lía, y que ellos dos no me digieran la palabra, se volvió una tortura para mí, no quería salir de mi cuarto e incluso me encerré en él, Mati iba a tocar mi puerta todas las mañanas y tardes.

Era al único que dejaba entrar a mi cuarto, jugábamos a cualquier cosa, él me leía cuentos infantiles, aunque yo ya no tuviera edad para ellos y contaba chistes.

Entonces así pase el octavo mes

La Primera Vez...(chicoXchico)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora