El corazón habla

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CAPITULO 6

Karen ha entrado a la habitación sin cuidado alguno, haciendo que Rodrigo despertase de aquel tan deseado sueño. Rodrigo amaba realmente a su esposa, o al menos eso antes de reencontrarse con Miriam, aunque realmente todo lo hacía con tal de cumplir sus sueños y no por "amor" en realidad. Y Miriam, la pobre mujer tan bella, a pesar de todo ese vacío que llevaba en su ser por culpa de ese gran rechazo y desamor de parte de Rodrigo, aún seguía amándolo con la misma intensidad.

Rodrigo miró a su esposa cariñosa mente, ella no dudó en abrazarlo

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Rodrigo miró a su esposa cariñosa mente, ella no dudó en abrazarlo.

-Te amo- Rodrigo besó su frente.

Karen al oír y recibir tal caricia de su esposo, se acurro aún más.

-Te amo también- Se mantienen unos segundos abrazados –Si no fuera por esa buena mujer que te trajo al hospital a tiempo, y que te trajo a un hospital muy caro, dice que se va a encargar de pagar la cuenta- Karen le cuenta ingenuamente a Rodrigo.

Rodrigo se asombra al escuchar eso, se siente satisfecho por dentro y sonriente, tanto que no evito hacer una encantadora media sonrisa.

-¿No sabes quién era?- Preguntó con insistencia.

-No la conozco, y no me ha dejado su nombre- Se extraña al ver la insistencia de Rodrigo -¿La conoces o qué?- Preguntó un poco celosa.

-¿Cómo es ella?- Preguntó desesperado.

Karen se empieza a extrañar aún más al ver la actitud de Rodrigo.

-¡No sé, no sé!- Se exalto- Mediana estatura, delgada, ojos claros y... es muy bonita- Lo dijo tranquilamente mirando a Rodrigo fijamente.

-Miriam- Pensó Rodrigo regocijándose de felicidad -¿Ya me habrá perdonado?- Pensó.

Mientras tanto Miriam permanecía en la sala de espera del hospital, aguantando las lágrimas y dolor que lleva dentro, en cuanto vio a la esposa de Rodrigo entrar a su habitación, controló la furia y la envidia que sentía hacia ella a pesar de que Miriam era muchísimo más bella que esa señora. Pensaba en que no soportaría perder a Rodrigo nuevamente, ella lo amaba a pesar de todo ese dolor que llevaba dentro pero su orgullo no le permitía perdonarlo.

Abdiel se enteró mediante la esposa de Rodrigo del accidente de su buen amigo, no dudó en ir a visitarlo en cuanto le dieron la noticia. Se encontraban en la habitación del hospital conversando sobre lo que había pasado con aquella mujer.

-Abdiel... creo que ella me sigue amando- Lo dice muy entusiasmado demostrándolo con una sonrisa coqueta –Ella me salvó y yo...-

-A ver, a ver- Abdiel lo interrumpe haciendo ademanes de que parará –Amigo, ¿Estas bien? ¿Qué dices?- Lo dice con cierto tono de burla.

-Lo mejor de todo es que me ha perdonado... ¡No fue un sueño!- Rodrigo sonríe en victoria.

Abdiel lo mira con las cejas fruncidas.

-¿En realidad es tu sueño que esa chica te perdoné?- Lo dice con un tono totalmente de burla.

-Ella me abrazó y lloró en mi hombro... ¡Necesito buscarla!- Rodrigo se exalta y quiere pararse de su lugar

-¿Qué tanto se han hecho ustedes dos? ¿Cuál es la historia?- Se mostró curioso.

-Es una larga historia, que cuando quieras te la puedo contar- Le dice Rodrigo con amabilidad y confianza que tienen como amigos.

-Está bien, tienes que recuperarte y cuando sea así, con gusto lo platicamos todo- Le da una palmada brusca en el hombro, Rodrigo se queja.

Se saludan en señal de despedida y Abdiel sale de la habitación, caminó unos pasillos adelante y sin esperarlo se encontró con ella, la que le robaba el sueño.

-¿Miriam?- Lo dijo deteniéndose frente a ella con una gran sonrisa.

-¿Abdiel?- Miriam miró un tanto extrañada a Abdiel -¿Qué haces aquí?- Le sonríe.

-Yo vine a visitar a un amigo- Se acercó a ella para besar su mejilla"amistosamente" -¿Y tú-

-¿Yo?- Preguntó un poco nerviosa Miriam –Vine a dar una vuelta- Hizo ademanes señalando su alrededor con una sonrisa inocente-

-¿Al hospital?- Abdiel habló en un tonó divertido.

Miriam trató de mostrarse seria nuevamente.

-Me gustan los hospitales- Lo dijo casi segura –Bueno, ¿Vamos por un café?- Le propuso con una encantadora sonrisa.

Frente al hospital había un café, ahí decidieron tomárselo. Abdiel se sentía el hombre más afortunado al tener a esa hermosa mujer a su lado como amiga, aunque tal vez no iba ser siempre así, pensaba ingenuamente.

 Abdiel se sentía el hombre más afortunado al tener a esa hermosa mujer a su lado como amiga, aunque tal vez no iba ser siempre así, pensaba ingenuamente

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-En realidad, estoy en el hospital porque la persona más especial en mi vida tuvo un terrible accidente- Tomó asiento.

-¿De verdad?- Abdiel se asombra al escuchar a Miriam decir eso -¿Quién?- Preguntó insistentemente.

-Es el.... Hombre de mi vida- Sonrió tímidamente –Aunque el muy estúpido me hizo mucho daño en el pasado, aún lo sigo amando- Miriam empieza a contar un poco de aquella historia triste de su vida –Te confieso que las pocas horas que pude estar con él, estaba inconsciente y me aproveche para poder decirle lo tanto que lo amé en mi vida y... para mi desgracia- Se le hizo un nudo inmenso, intentó controlarlo aguardando silencio un par de segundos –aún lo sigo amando-

Abdiel se queda pasmado en su silla mirando detenidamente a Miriam.

-Lo conocí desde que tenía dieciséis, fue como una amor a primera vista –Le da detalles –Nunca me había enamorado así, tanto que le pedí a Dios... No, más bien ¡Le suplique a Dios! Que él estuviese a mi lado toda mi vida, fue tan grande mi ilusión que a pesar de su traición y sus mentiras, -Sonríe tristemente –Sobre todo su olvido- Sus ojos se cristalizan completamente –Por eso jamás lo voy a perdonar pero no merece la muerte-

Es la primera vez que Miriam contaba sus verdaderos sentimientos y heridas que traía dentro, al hacerlo se sintió un tanto liberada, Abdiel no dudó en abrazarla ni Miriam en correspondérselo, lo quería, pero sólo como un buen amigo, como ese ángel del cielo que tanto le pedía a Dios.


LO IMPOSIBLE DE UN DESTINO TAN DESEADOWhere stories live. Discover now