Propuesta inesperada

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  CAPITULO 11
Después de aquella noche llena de verdades ocultas, el tiempo ha pasado tan rápido que Miriam y Abdiel ya iban a cumplir su primer aniversario de noviazgo, se encontraban muy felices y enamorados, Abdiel no se hablaba con su padre desde esa fuerte discusión a pesar de que él lo ve más de una vez cuando va al trabajo de Miriam, y Alfredo seguía siendo el mismo hombre acosador con la pobre Miriam, sólo que ahora era más atrevido; Miriam se lo callaba pues no quería causarle más decepciones al pobre de Abdiel y menos ahora que sabe la historia de su madre. Abdiel tenía preparada una noche especial, de hecho era muy especial, una cena romántica que tenía un objetivo. Miriam no había vuelto a ver a Rodrigo, ya no pensaba tan seguido en él pero aún estaba en su pensamiento, de vez en cuando lo extrañaba y se arrepentía de haberlo dejado ir. Abdiel amaba inmensamente a Miriam, ella sólo estaba muy enamorada de él.
Miriam se arregló muy entusiasmada por aquella noche, parecía broma que ella estuviera celebrando su primer aniversario con otro hombre que no fuera con el de su vida, pero a pesar de eso le tenía un cariño muy especial a Abdiel pues era muy sincero, cariñoso, alegre; Abdiel la recogió en su lujoso convertible, Abdiel seguía teniendo dinero pues su madre le heredo sus bienes y la sra. Karla era de la única hija de los dueños de una empresa millonaria, sus padres murieron en un accidente cuando él era muy pequeño, salió del auto y caminó a la puerta tocando el timbre.
-¡Abre! ¡Aún no termino!- Gritó Miriam desde arriba.
Abdiel sonrío y pasó a la casa, se sentó en un mueble a esperar, miraba las fotos que ella tenía colgadas, le encantaba mirarlas e imaginar que algún día tendrían una familia, esperó unos veinticinco minutos y vaya que valió la pena pues Miriam se veía espectacular con ese vestido color coral y ajustado, su cabello suelto y peinado, y sus ojos lucías espectaculares, Abdiel abrió bien los ojos y se paró casi enseguida le extendió el brazo para que ella se apoyara de él, Miriam sonrió y se lo tomó.
-¡Wow- Lo dijo admirándola –Que hermosa te vez- La miró a los ojos.
Y le robó un pequeño beso en sus labios recién pintados, Miriam se sonrojó.
Subieron al auto y se dirigieron al lugar especial de la noche, al llegar Miriam no adivinaba a donde iban, sí reconocía el lugar pero ella no conocía algún buen restaurante por ahí. Se bajaron del auto, agarrados de la mano, caminaron por el parque que se conocieron y justo debajo de un hermoso árbol Miriam notó la gran sorpresa, un camino de abundantes pétalos de rosa llevaba a una mesa bien decorada, con orquídeas, un mantel bastante fino, velas y habían puesto una luz tenue al lugar y para poner ambiente Abdiel contrató a un grupo de violinistas, había gastado mucho en esa cena, pero valía la pena pues Miriam merecía todo, flores de muchos tipos rodeaban la mesa y un mesero sofisticado que les atendiera, había mandado a comprar una cena especial.
Miriam se sorprendió al ver tal panorama, ¡Y todo era en el parque! Parecía que lo había rentado o algo así porque no había gente por ese lugar, Miriam se sintió tan alagada en esos momentos, esa cita superaba las otras expectativas, lo miró con una sonrisa penosa, Abdiel acarició su rostro y beso la punta de su nariz, le abrió la silla y se sentó.
-Soy el hombre más feliz a tu lado- La miró con una ancha sonrisa.
Miriam se sintió muy alagada pero estaba completamente sonrojada.
Había un vino finísimo y un par de copas, el mesero les sirvió.
-Brindo por nosotros- Abdiel levantó la copa, Miriam hizo lo mismo.
Y las chocaron tomando un par de tragos después.
-Eres única, mi amor- Abdiel le tomó la mejilla acariciándola.
Miriam cerró los ojos un par de segundos disfrutando la caricia.
-Que afortunada soy al encontrarte- Dijo suavemente Miriam.
Se acercaron lentamente y se dieron un apasionado beso, duró varios segundos, después ella se recargó del hombro de Abdiel.
-¿Te gusta el lugar?- Le dice Abdiel señalando su alrededor.
Miraim sonrío anchamente y lo miró.
-Claro que sí...-
-Aquí nos conocimos- Dijeron juntos.
-Aún recuerdo la cachetada- Abdiel bromeó sobándose la mejilla.
Miriam río escandalosamente y le dio un leve empujón, Abdiel se sentía tan feliz de ver esa ancha sonrisa en Miriam pues no olvidó en qué condiciones la conoció, Abdiel le estaba cumpliendo la promesa a Dios de hacerla muy feliz.
-Todos los días que pasó por aquí, recuerdo cómo nos conocimos- Abdiel toma sus manos y las acaricia.
-Vaya que fue una bendición de Dios muy grande para nuestras vidas- Miraim le dijo mirándole a los ojos.
Tomaron de su copa. Abdiel no le quitó la mirada de encima a Miriam.
-¿Y el Hombre de tu vida? ¿Lo has visto?- Dijo Abdiel algo inseguro.
Y fue un error preguntarle pues Miriam empezó a pensar en él, en esas cortas citas que solía tener con él, esas palabras, esos besos... esas caricias. Aguardo silencio un par de segundos perdida en la luna.
-No- Por fin contestó segura de la respuesta.
-¿Has pensado en él?-
Miriam lo miró extrañada.
-No- Volvió a contestar segura de la respuesta aunque sabía que no era verdad pues en esos momentos lo invocaba con la mente y el corazón.
Miriam agachó la mirada para evitar esos pensamientos, pues en realidad extrañaba tener a su lado a Rodrigo. Abdiel tomó su mejilla y le levantó la cara.
-Tú eres el amor de mi vida- Le dijo mirándola a los ojos -¿Me amas?- Le preguntó algo inseguro Abdiel.
Miriam lo miró atentamente y lo abrazó.
-Eres la bendición más hermosa de mi vida- Le susurro.
Abdiel sintió electrificaciones en su espalda.
-Me encantaría estar siempre a tu lado- Le susurro Abdiel.
Miriam cerró los ojos fuertemente, respiró hondo e intentó contestar algo lindo.
-¿Es enserio?-
Abdiel metió sigilosamente una mano en su bolsillo, buscando el "obsequio", se separan y se miran de frente. Abdiel se inca, a Miriam se le abrieron los ojos de sorprendida, en ese momento se sentía tan confundida pues creía saber lo que Abdiel tramaba.
-¿Estarías dispuesta a pasar el resto de nuestras vidas juntos?- Le dijo abdiel abriendo la pequeña cajita de terciopelo azul.
Abdiel tenía un costoso anillo de compromiso en esa lujosa cajita. ¡Le estaba proponiendo matrimonio!
ESCRITA POR CECILIA CHAMPS  

LO IMPOSIBLE DE UN DESTINO TAN DESEADOWhere stories live. Discover now