Tipo de novio Akatsuki.

Lo que nunca fue.

Y todo había terminado.
Lo que creí habría de ser eterno se caía a pedazos con cada lágrima que esa pelirrosa derramaba, cada palabra que salía de su boca en un grito desesperado me arrancaba a mí las esperanzas, cada paso que él daba hacía ella lo alejaba más de mí y con cada mirada que recibía de la multitud a mi alrededor me sentía más pequeña he indefensa, pero él ya no estaba para protegerme. Se había marchado de mi lado en el momento que ella lo había llamado por su nombre.

—Sasuke —un susurro ahogado en llanto fue proferido de su garganta en el momento que él la abrazo.

Lo vi todo. Lo vi a él irse, vi a mis amigos irse también aunque a diferencia de Sasuke ellos no habían tomado la decisión, los habían apartado de mi lado, arrancando un trozo de mi corazón fracción por fracción hasta dejar solo el que él conservaba y que justo ahora se había ido junto a la brisa que cruzaba importuna aquel prado en esa -ya de por sí- fría noche.

—Sasuke, es bueno que estés de regreso amigo —¿amigo? Tal vez Naruto tenía razón y no se estaba yendo, estaba regresando. Había vuelto a donde pertenecía, junto a las personas con las que debía estar.

Si era así entonces no tenía mayor caso continuar ahí, si me quedaba la siguiente en desaparecer seria yo, después de todo, continuaba siendo una criminal ante los ojos de esa aldea y de todo el mundo shinobi, yo no tenía amigos que pudieran ayudarme como a él.

Mire una vez más en su dirección, no podía ver su rostro pues se mantenía dándome la espalda. Intente recordar cada detalle de su rostro y memorizar hasta su aroma. Una lágrima callo y un "gracias" fue articulado, pero mis labios no emitieron sonido alguno.

Lo último que vi fue su furtiva mirada que conecto con la mía antes de partir.

No sabia a donde iba, en realidad no tenía a donde ir y tampoco había alguien esperando por mí para tenderme la mano y ayudarme, estaba sola, tal y como Pain lo dijo alguna vez.
"El mayor error que puedes llegar a cometer es creer que alguien caminara a tu lado en todo momento. Todos llevamos un camino distinto en esta vida."

Mi cuerpo y mente estaban cansados, mi cuerpo lleno de cortes recientes producidos por las ramas y otros cuantos golpes y heridas más profundas debidas a la guerra. "Todos peleamos con valentía, defendimos a nuestros amigos y familia." Eso fue lo que escuche decir a un hombre cuando la guerra termino. Todos a su alrededor lo corearon y apoyaron sus palabras, todos menos yo. Yo no había defendido a mis amigos, los había traicionado, les di la espalda y cerré los ojos para no ver como me miraban pidiendo ayuda en el momento que les era arrancada la vida. Si estaba viva era a costa de las suyas.

El sonido del agua me llevo hasta una cascada que desembocaba en un lago un par de kilómetros más abajo. Revise el área de forma cautelosa asegurando mi soledad en aquel lugar. Me deshice de la ropa y entre a la fría agua dejando que mi cuerpo se entumeciera debido a la baja temperatura.

Vi mi rostro reflejado en la cristalina superficie y quise creer que lo que impacto contra mi reflejo fue una gota de agua caída de mi cabello, pero mi vista nublada y el escozor en mis ojos delataban que había sido una lágrima. Lloraba. Y ahí, bajo la luz de la luna como única compañera me permití derramar todo el llanto que había estado guardando.

Maldije su nombre y al que lo portaba, maldije su linaje, a su aldea, a la chica de rosados cabellos, a mí misma, al momento en que acepte darle la espalda a mis amigos -mi familia habría de corregir- he irme junto a él, he incluso maldije al destino por tirano y cruel dictador.

Los recuerdos se agolparon en mi mente con punzadas dolorosas que hicieron a mis manos ir hasta mi cabeza y presionar con fuerza. Grite, no importó que alguien pudiera escuchar, solo quería sacar el dolor de mi cuerpo y de mi atormentada alma, pero no funciono.