Capítulo 4: "Reencuentro y olvido"

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-¿Cariño?

-¿Sasuke? –le contestaba Gaara adormilado- ¿qué hora es?

-Sólo puedo decirte que ya es tarde. Apresúrate o llegarás tarde al trabajo

-Oh por Dios...no entiendo cómo pasó –se levantaba con premura a desvestirse para abrir la regadera del baño-

-Ya he hecho el desayuno, así que es cuestión de que te arregles...

-Gracias amor –pasaba a darle un beso en la frente- al parecer tuviste una linda noche...

-Sí... esta vez no soñé nada

-¿Lo ves? Te dije que esas medicinas te harían bien

-Sonreía leve- ¿podemos pasar con Tsunade por las pastillas, o no te da tiempo? Si no, no te preocupes, yo puedo ir y...

-No se hable más. Claro que pasamos, aunque, ¿te importa si te paso a dejar ahí y te regresas a la casa?

-Está bien...métete a bañar

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-Bueno, te dejo el tarjetón para que puedas registrarte. Te veo en la noche

-Sí...

-Te regresas con cuidado Sasuke

-No soy un niño...

-Pero sabes que no está demás –lo besaba- procura investigar hoteles o lugares en donde quisieras quedarte; al rato veo lo de los boletos

-Está bien

-¿Alguna fecha en especial?

-Cuando tú creas que sea especial –sonría- no te quito más el tiempo. Te veo en la noche –Sasuke le robaba un beso a la par que se bajaba del carro-

-Nos vemos...

-Sólo levantó la mano, en forma de despedida, dio la media vuelta y entró en el edificio que tenía detrás de él. Era alto, con treinta pisos, de color rojo, blanco y negro. Llegó a la recepción y le entregaron otra tarjeta para poder subir a los pisos posteriores; lo entregó y subió al elevador....

De nuevo una extraña sensación lo llenó hasta el fondo de su corazón; una ansiedad tan grande, que sentía que iba a explotar, que sus pulmones por más que trataban de hacer sus funciones, parecía que la vida se le iba...algo estaba pasando. Colocó su mano en su cien, una fuerte punzada cruzó de un lado a otro de su cabeza, miró al reflejo distorsionado del elevador...estaba a punto de ver algo...pero llegó...

-Sasuke-kun, que gusto verte por aquí –le hablaba la secretaria de piso- ¿vienes a ver a Tsunade-sama?

-Ah, sí...-hablaba aun con algo de confusión. La sensación había desaparecido, y ver la cara tan amable enfrente de él, de aquella chica, lo tranquilizó bastante. Estaba seguro, definitivamente ahí estaba seguro-

-Adelante por favor, ¿me prestas tu tarjetón para registrarte?

-Claro –se lo entregaba y seguía viendo a su alrededor; a la derecha estaba sólo el gran ventanal de cristal que daba a una maravillosa vista de la ciudad. Del otro lado, una pared amplia y ancha, de color rojo, que en el centro de esa zona tenía una mesa de cristal con rosas blancas; hacía un contraste un tanto oscuro, pero aún así se veía tan tentador y pasional. Al fondo y detrás de la recepción de la chica, estaba el pasillo, largo, largo, que llevaba a los diferentes consultorios que ahí se encontraban-

-Muy bien, adelante por favor –unos torniquetes electrónicos que impedía el paso al largo pasillo se prendieron y en un pequeño recuadro, se prendía una luz pequeña de color verde. Sasuke empujó de ellos, para dirigirse a la puerta trece, caminó lento, sin ganas, mirando hacia el fondo y final del pasillo. Terminaba de nuevo con un ventanal de cristal que daba vista a otro lugar de la ciudad. Sus pasos sonaban en todo el lugar, eran fríos, sin vida...absurdos.

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