Capítulo 5: Agradecimiento

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Volví mis amigos ¿alguien me echo de menos? ¿No? Bueno :')

Por fin termine con los exámenes y estoy libre para escribir más riren para vosotros nwn

-Narra Eren-
me desperté al día siguiente de la marcha de Rivaille y sus soldados. Creo que aún no volvieron pues era ya bien entrada la mañana y aquel hombre sádico no me había despertado para mi entrenamiento. Aunque más que agradecido por eso, pues tenía agujetas por todas partes de mi cuerpo.

Me levante perezosamente y me vestí, cabe decir que me empezaba a acostumbrar a esa ropa de campesino, no era muy suave pero mucho más cómoda, ligera y menos aparatosa que mis anteriores vestimentas. Después baje a desayunar, empezaba a acostumbrarme a la rutina en aquella torre y Hanji hacia mi estancia la mas de divertida, aunque a veces decía alguna de sus locuras y asustaba un poco.

- Buenos días a todos. –saludé

- Buenos días Eren. –contestó muy feliz petra. –tenemos una sorpresa para ti

- ¿para mí? ¿el qué? –pregunté confuso

No pude averiguarlo, al menos con palabras, pues una fuerza mayor se había abalanzado sobre mí con tal rapidez que no salía de mi asombro para procesar que pasaba. Cuando deshice el abrazo de esta persona sobre mi cuerpo contemple con gran estupefacción que se trataba de Mikasa, y que a su lado estaba Armin

- ¡¿Chicos?! ¡¿Que hacéis aquí?! –pregunté, mirándolos con ojos como latos

- ¿Estás bien eren? ¿Te hicieron daño? ¿Comiste bien? –me preguntó Mikasa muy preocupada

- Estoy bien. –conteste molesto por la revisión de las manos de Mikasa sobre todo mi cuerpo para comprobar si seguía de una pieza

- L-Rivaille vino al castillo en la noche a informarnos de tu estado, estábamos muy preocupados .-me explico Armin

Les abrace a los dos y les pregunte sobre cómo estaba la situación en el castillo tras mi desaparición

- Los reyes están destrozados, Erwin tomo las riendas del ejército en palacio y dice que anda buscándote y no parara hasta que encuentre tus secuestradores

- ¡debéis decirle enseguida mi paradero! –hablé rápidamente

Ellos se miraron y asintieron con la cabeza, después me miraron con caras serias, yo hice una mueca de confusión, algo malo me temía

- No podemos hacer eso eren... -habló Armin

- ¿Qué? ¿Por qué? –dije enfadado

- Es un malnacido, solo te quiere por las posesiones del reino que heredaras. –continuó Mikasa muy convencida de lo que decía

- ¿pero que insinúas Mikasa? El me ama. –aseguré con lágrimas en los ojos

- Solo es un matrimonio de conveniencia para él, mocoso, me extraña que te dejases engañar, en verdad eres tonto –hablo el enmascarado apoyado en el marco de la puerta

- ¿¡tú qué sabes!? –le grité muy enfadado. –no sabéis lo que decís, ninguno de los tres lo sabe, habéis dejado que os coman la cabeza

- No es eso Eren. Él quiere...

- Para. –detuve a Armin.- no quiero escuchar vuestras mentiras

Entonces hui del lugar y me encerré en mi habitación a llorar. No quería creer que eso era cierto, pero una parte de mí, la parte que me decía que mis amigos nunca me traicionarían me decía que así era

Esto no es un cuento de hadas, príncipe.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora