Capítulo 4: Entrenamiento

97 6 0
                                    


HEEEEY, aquí pezgato-senpai de nuevo (-w-)/

¿Pensasteis que ya me había muerto? ¿Sí? ¿No? ewe...bueno, no importa. La verdad es que he estado de exámenes esta semana y no he podido escribir, pero ya estoy aquí de nuevo con otro capitulo, espero que os guste.

Bye~

-narra Eren-

Me removí en la suavidad de mi nueva cama, no era lo mismo de cómoda que la de palacio, pero era bastante suave y calentita, empezaba a amanecer pero yo aún quería dormir un poco más, pero se quedó en el intento. Justo cuando más a gusto me encontraba para volver a dormir la puerta de mi habitación se abrió estruendosamente, sacándome de mi momento de paz y haciéndome girar rápidamente. Frente a mi estaba el enmascarado y a juzgar por su violencia y su aura rabiosa (ya casi común en él) estaba molesto conmigo por algo.

- ¿Qué pasa? –pregunté molesto tapándome con las sabanas hasta el cuello.

- Mocoso sí que tienes agallas para olvidarlo

- ¿Olvidar que? –pregunté aun atontado por mi sueño

- Hoy empieza tu entrenamiento bastardo ¿Cómo te atreves a olvidarlo? –escupió las palabras cada una más amenazante que la anterior, eso fue suficiente para despertarme casi del todo.

- No, vera, es que yo solo estaba un poco despistado, me acabo de levantar y no atinaba a saber a qué se refería. –intente defenderme por miedo a perder mi vida en ese instante, ese hombre no parecía alguien a quien le gustase que sus planes no salieran a la perfección.

Recibí un chasqueo de lengua por su parte, avanzó hasta mi cama y me saco de allí cogiéndome del brazo y me arrastro hacia la puerta.

- Vamos, no hay tiempo

- Espere, ¡aún estoy en pijama! –grite sintiéndome acalorado por la vergüenza mientras me subía la manga de mi camisón hasta el hombro e intenta liberar el otro brazo.

Rivaille se giró y me miró de arriba abajo dejándome al final libre

- Te espero abajo, en el jardín

Asentí mientras ese sujeto salía de mi habitación y yo me vestía. A los minutos Salí al jardín que era simplemente un trozo de campo desierto -, donde apenas crecía un poco de pasto, alrededor del bosque. Sería fácil escapar de allí, prácticamente me encontraba fuera de la torre pero opte por fiarme de sus consejos y no enfrentarme a la naturaleza salvaje y desconocida que albergaba ese bosque

- ¿Por qué vamos a entrenar tan temprano? sería mejor empezar a buena mañana. –opiné somnoliento

- Ya está saliendo el sol, con eso es suficiente. –contesto mi acompañante a modo de respuesta, seca y fría, como todo en él. –empecemos con algo básico, algunos movimientos de defensa cuerpo a cuerpo, empecemos. –se posiciono en una postura de defensa y me hizo un gesto para que fuese a atacarle

Yo sin mucha idea de que hacer realmente dude un poco y pensé mis movimientos pero realmente no sabía mucho a parte de dar puñetazos a ciegas y eso era lo único que hice. Avance hasta mi contrincante con rapidez e intenté pegarle un puñetazo en el pecho. Rivaille se hizo a un lado antes de que simplemente le rozase y agarrándome de los hombros de la camisa me barrió la pierna de apoyo y me empujó contra el suelo dejándome caer de boca en este

- ¿memorizaste los movimientos?

- S-si .-articulé costosamente, su golpe había sido doloroso

Esto no es un cuento de hadas, príncipe.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora