Capítulo 9: Batalla -parte final-

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-narra Eren-

A la mañana siguiente desperté con un incómodo dolor de espalda. Ciertamente el suelo y el ambiente mojado de aquella noche no había sido la habitación perfecta donde descansar. Sin embargo, por culpa del cansancio no me dio tiempo a quejarme antes de caer dormido

Me incorporé lentamente mientras desempañaba mi vista con mis manos. Lo primero que percibí fue una luz brillante y cálida entrar a la cueva y a los pajarillos cantando, como celebrando el fin de la tormenta

- Por fin despiertas mocoso, has estado durmiendo demasiado tiempo y ya es pleno día.

- Buenos días Rivaille. –contesté con desgana. Que tus primeras palabras al despertar sean de reproche no es modo de empezar el día

- Andando, nuestros enemigos nos estarán buscando

- ¿Crees que aún nos persiguen? –pregunté asustado mientras me ponía en pie

- No creo que hayan mandado un ejército así solo para custodiar un botín. Ellos iban tras nuestros pasos. –sentenció

Tragué saliva y recogí mis pertenencias (véase la ballesta y un chaleco de piel que me cubría del frio) y salimos de la cueva para emprender la marcha de nuevo al bosque

- ¿queda mucho desde aquí?

- No demasiado, si nos damos prisas y bajamos por este sendero calculo que en media hora estaremos de vuelta

Suspire aliviado y esboce una pequeña sonrisa mientras caminaba detrás de Rivaille. Entonces como una estrella fugaz, por mi mente se cruzó el recuerdo de las palabras que anoche Rivaille me dedicó. Sin poder evitarlo me sonrojé y como si las palabras dentro de mi garganta ardieran, tuve que escupirlas con la mayor prontitud

- ¿a qué se refería con las palabras de ayer?

- ¿Palabras? ¿Qué palabras? –Rivaille parecía esquivo a lo que le preguntaba

- Ya sabe...lo de que lucharas a mi lado y me traerás gloria...o algo así –simulé no recordar bien sus palabras a pesar de que se me habían quedado grabadas a fuego en la mente. No obstante, sí que se me hacía difícil el pronunciarlas pues mi corazón se agitaba y mis mejillas empezaban a arder

- Creo que quedó bastante claro. Te estoy diciendo que lucharé en tu nombre en la guerra y te traeré la victoria. –sus palabras eran tan claras, implacables y llenas de confianza que me estremecían

- Preferiría que no fuese así...no me gustan las guerras. Me parece algo tan absurdo , injusto y cruel

- Lo son, pero por desgracia en este mundo aún no hemos aprendido a convivir en paz así que debemos aceptar los hechos y volvernos fuertes para ganarnos esa paz que estamos buscando. aunque sea a costa de otros lo hacemos por nuestro pueblo

- Visto así... -sonreí un poco conmovido.- parece usted mi mentor...

- ¿a qué te refieres? –noté cierto aire de incomodidad en sus palabras pero preferí ignorarlo

- Siempre está cuidando de mí, me entrena y me educa, por eso parece mi mentor... y la verdad no me desagrada, yo también he aprendido mucho sobre usted y realmente me parece una genial persona, como los caballeros de mis cuentos.-reí un poco rojo, quizás eso sonó demasiado infantil

- Esto no es un cuento de hadas mocoso...aun así me reconforta saber que empecemos a llevarnos bien

No pude verlo, pero creo que sentí que detrás de esa mascara una sonrisa se dibujó en la cara de esa persona. Sonreí y me acerque a él, hasta ponerme a su lado izquierdo

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⏰ Última actualización: Aug 31, 2017 ⏰

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