𝗔𝘃𝗮𝗹𝗮𝗻𝗰𝗵𝗮 / ˡᵘᵏᵉ ʰᵉᵐᵐⁱⁿᵍˢ

Tres.

—¿Ya se calmaron? —gruñí por lo bajo y aparté la mirada reacomodando mi abrigo. No escuché la respuesta de Luke.— Perfecto —lo escuché suspirar profundamente para luego tomar una bocanada de aire y continuar hablando como si nada hubiera pasado—, Alexandra, ¿te mencioné que estamos en una banda? 

  Alcé la mirada en cuanto mencionó mi nombre y asentí lentamente. En mi mente continuaba reviviendo una y otra vez la discusión de hacía un momento atrás sin control alguno. Dejé escapar el aire que contenía en un suspiro.

—Uh... ya lo sabía —murmuré por lo bajo. 

—Yo soy el baterista —comentó él animadamente, para luego continuar con lo que sería una larga charla.

—Qué bien... —asentí. No tenía ni idea de qué decir en una situación como aquella. ¿Asentir nada más y seguirlo escuchando? Lo más probable es que continuara haciendo eso. 

—Alexandra Eriksen —ladeó la cabeza pensativo—. ¿Te puedo llamar Alexa o Alex? 

  Negué velozmente. —No me gusta me digan así —me encogí de hombros— me gusta mi nombre.

—Es un lindo nombre —comentó Luke por lo bajo. Lo ignoré concentrándome en Ashton. Aún seguía molesto con él. Podía ser bastante rencorosa cuando me lo proponía.

—¿Tú nombre...? —divagó el castaño, negó velozmente y volvió a posar sus ojos sobre mí—. Tu apellido no es muy común. 

—Mi padre... él es de Noruega —expliqué entrelazando mis manos sobre mi regazo. Empezaba a helar aquí, no imaginaba cómo estaría afuera.

—Interesante... —comentó pensativo. 

  Por un instante me giré a ver a Luke, esperando alguna reacción simular por su parte pero ahora parecía estar demasiado concentrado en su teléfono como para prestarme atención. Las comisuras de sus labios se alzaron en una socarrona sonrisa al percatarse de que lo miraba. Diablos. No tardó en continuar ignorándome. Esperaba que este extraño sentimiento de impotencia creciendo en mi pecho no se debiera a él y la reciente indiferencia hacia mí. 

  Era justo eso lo que quería desde el principio. No podía molestarme ahora. Sin embargo, suindiferencia golpeó con fuerza a mi orgullo. La impotencia creciendo velozmente en el interior de mi pecho. Ni yo me entendía a mí misma.

—

  No tengo idea de cómo lo logró, pero Ashton me convenció de pasar el día con ellos. De todas maneras si no aceptaba, estaría sola haciendo quién sabe qué. Tal vez debí de haber traído a alguien más conmigo. Ahora que lo pienso, salir de vacaciones solo era algo un tanto... extraño. Se supondría que mi hermana menor vendría pero la muy traicionera prefirió quedarse con su nuevo novio. Si venía yo iba a pagar todos los gastos, qué malagradecida... No la volvería a invitar a ningún lado.

  Fue imposible negarme a las súplicas de Ashton, más aún cuando me tomó del brazo y casi me arrastró hasta afuera, sus infantiles risitas contagiándome y a Luke. Él podía ser demasiado hablador, pero también era agradable, podía ver en sus ojos el enorme corazón que poseía y me había robado algunas sonrisas con sus tonterías, lo cual era una gran hazaña tratándose de mí. En cambio a Luke... a Luke seguía sin soportarlo. Me causaba escalofríos siquiera pensar en él y cada que lo veía trataba de apartarme de su lado. Luke tenía algo... algo distinto, algo que me devolvía al pasado, a un pasado bastante desagradable. 

  Dejé escapar un suspiro lleno de cansancio y me giré sobre mis botas en la profunda y fría nieve para admirar el paisaje. Era espectacular. Las altas montañas nevadas parecían brillar aún debajo del encapotado cielo lleno de nubes blancas. El único color que podía encontrar estaba en los abrigos de mis acompañantes y claro, algún vistazo de las verdes hojas de los pinos.