Capitulo 10

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Estaba en mi casa arreglándome para mi boda. Por fin el gran día había llegado. Estaba con el peluquero que ya estaba terminando de peinarme dentro de la habitación. Cuando este se vaya, en la puerta de calle estaba una limusina esperándome para llevarme hasta el altar prefabricado dentro de las "Twins Towers" cómo solía llamarlas Liam. Sí, no quería que nadie esté conmigo. Obligué a todo el mundo a quedarse dónde se celebraría la boda y no dónde tenía que estar yo. Lo veía como algo completamente innecesario.

Bajé la escalera, ya que todo estaba listo para dar el gran paso hacia el altar, y me puse a repasar si no me olvidaba nada.

Peinado. Listo.

Maquillaje. Listo.

Algo azul y viejo. Listo. Era una cadena que me regaló mi madre que había pertenecido a mis antepasados y se iba pasando de generación en generación.

Algo nuevo. Listo. Mi vestido era nuevo, así que lo contamos como tal.

Algo prestado. Listo. Era la una liga blanca que había pertenecido a mi hermana.

Listo. Ya estaba todo preparado.

- Señorita, ya es hora.

Ahora viene la parte de los nervios.

Me subí a la limusina y esperé a que el chofer arrancase para así poder llamar a mi hermana y avisarle que estaba saliendo de la habitación del hotel.

Marqué su número de celular y esperé a que contestara pero nunca ocurrió.

- Usted se está comunicando con el celular de Alice, por favor deje su mensaje después de la señal.

Corté de inmediato, porque tenía un mal presentimiento. Yo no era de esas que sentían cuando algo iba mal, pero en este momento me empecé a preocupar. Seguro son los nervios, seguro son los nervios.

Aunque trataba de convencerme, algo me decía en mi corazón que tenía que preocuparme. Sentí el coche detenerse y le pregunté al chofer por qué había parado si todavía no habíamos llegado.

- Señorita, el tránsito está congestionado. Hay mucho tránsito varado.

- ¿Por qué? Si hoy es un día en el que no circulan muchos autos.

- No lo sé.

Traté de llamar, otra vez, a mi hermana pero el resultado fue el mismo de antes. Traté con mi madre, pero daba el contestador.

- Esto no puede estar pasando.- Susurré.

Miré por el parabrisas y vi algo que no tendría que haber visto.

Era un avión estrellándose por una de las torres dónde se iba a celebrar mi matrimonio.

- ¡NO!- Grité mientras bajaba del auto.

Traté de llamar otra vez al celular de alguien para avisar, pero otra vez no me contestaban. Debe estar todo el mundo afuera por eso no tienen los celulares. Evacuaron.

Diario de una muerte (Liam P.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora