Las luces de colores revoloteaban en el aire, en flashes, remarcando el contorno de parejas bailando, cuerpo con cuerpo, el sudor acompañando sus pieles, con caras de satisfacción mientras se movían al ritmo de la música. Lucas había olvidado cuanto le encantaba ese ambiente, con ese calor que se creaba en el aire, con parejas seduciéndose al ritmo de la música, acercándose, rozando piel con piel. Cuando tenía quince salía más a ese tipo de lugares, pero ese mismo año fue cuando su mamá se enfermo y el dejó de salir tanto, se puso a trabajar en el bar de su padre, y solo olvidó la buena sensación y esas ganas de seguir toda la noche sin parar que producía ese tipo de lugares.
El olor a alcohol cerca de la barra, junto con gente que sabían que se iban a arrepentir de lo que sea que estuviesen haciendo en cuanto despertaran de los efectos de las drogas y el licor también era una de las cosas que había olvidado. Y más que todo, le gustaba ese lugar, porque podía ver cuantos estaban haciendo eso; dejándose llevar y cometiendo errores... tal vez como el mismo iba a hacer esa noche.
Al ver hacía Andreas como la que parecía la veinteava vez, se lo encontró como había estado desde que se había alejado de él; sentado allí, con una expresión muy seria en la barra. Pero con solo esa mirada encima de él, había hecho su cabeza explotar, pero bajo los efectos del alcohol solo se dedico a disfrutar el momento. El plan que había llevado a cabo con ayuda de que su conciencia estuviese dormida estaba funcionando, y amaba la cara de Andreas cada vez que se acercaba a alguien para bailar.
Una explosiva canción electrónica había comenzado a sonar, con un ritmo seductor que hacia querer moverse descontroladamente contra el cuerpo de otra persona, mientras el aire se condensaba de sensualidad, y Lucas mordía su labio inferior. Aprovechó que estaban cerca de todas las personas bailando y se metió en la multitud mientras miraba a los ojos de Andreas, una miraba fiera y súper lasciva, relamiendo sus labios. Andreas le miró, y él rió un poco, hasta adentrarse en la gente, moviendo su cuerpo, pues, nadie ciertamente bailaba con alguien, era todos con todos.
Podía ver a Andreas todavía resignado a ir hasta él, mirándolo con sus ojos oscurecidos entre la gente. Soltó una risa, y siguió bailando, dejándose llevar, sintiendo la música hipnotizante, y atrayente, pues esa canción que sonaba desbordaba algo sexy. Cerró un tanto los ojos, y se rió, de verdad aquello de tomar funcionaba, se sentía libre; el éxtasis rugía en su cuerpo y le dejaba moverse a su gusto, y no había preocupaciones ni estúpidos sentimientos de por medio. Sintió unas manos posarse en su cuerpo, y al abrir los ojos, una menuda figura, le miraba a sus ojos, meneando sus caderas, haciendo que él también se moviera, regalándose una sonrisa de lado a la hermosa pelirroja. Sabía que estaba cometiendo un error, pero no localizaba cual era; él solo quería bailar, con o sin Andreas. La chica se acercó a él, mordiendo sus pintados labios rojos, y él la tomó de la cintura.
-¿Estás muy borracho, cariño? -susurró la chica al lado de su oído.
-Más de lo que debería.
La chica sonrió, mientras las luces jugaban en su rostro, haciéndole tener tantos colores compenetrándose a su combinación de rojos. Se acercó a él, sintiendo el aliento caliente de la chica en su boca, pero antes de que pudiera hacer algo, fue tomado del brazo, y arrastrado lejos de la chica, la cual se quedó haciendo una mueca viendo por donde se iba. Giró un tanto su cara para ver a Andreas, con su ceño un marcado, llevándoselo lejos.
-Oye...- rió un poco, con una sonrisa un tanto coqueta-. Ya, déjame... suéltame, Andreas. Estaba a punto de besarme con una chica muy linda allá atrás.- rió otra vez, sintiendo el agarre de Andreas apretarse más, pues sabía que eso le molestaba. La verdad nunca había comprendido muy bien esa fase de Andreas, pues este se molestaba si estaba con alguien más, pero no eran nada... no eran nada, no eran nada. Su cabeza lo repitió varias veces y su sonrisa se borro, empezando a negar con la cabeza-. Maldición, suéltame, ¡Ya!
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Danger Zone (Gay/Yaoi)
RomanceLucas Cafarelli nunca se pudo imaginar ni en un millón de años que conocer a Andreas Dangelo le iba a traer tantos problemas y a la vez tanta satisfacción. Durante años, las familias Dangelo y Cafarelli se han odiado mutuamente, con un rencor que qu...