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Lo comprendía. Sólo debía seguir lo que sea que hicieran los demás y lo lograría. Este no parecía que fuera a ser uno de sus mejores días, en momentos tendría que hacer sus ejercicios y el sol era tan fuerte que prácticamente podía sentir como si estuviera justo en su frente. Esto lo dejaba sin ganas de siquiera levantarse, con estar sentado ya era demasiado. Pero de igual manera se puso de pie para acercarse a ellos y en ese momento vio pasar al rubio frente a él, quien se encargaba de dictar las rutinas de ejercicios para todos.

  — Bien... Daremos unas vueltas a la pista para calentar.

Parecía serio con lo que hacía, y no había duda de que lo era, pero de todos modos había algo que era más que suficiente para dejar pensando por más de un rato a Kanade Amamiya. Y eso era simple, tan, tan simple que se perdía en nada. Chizuru se acercó lo más rápido que pudo a donde debía y comenzó a correr, seguido por Itsuki y más atrás por Junya, que tenía a Kanade casi pisándole los talones. Un caso aparte era el de Shin Oikawa, sabía que eso no era una carrera ni algo parecido, entonces dejó sus lentes donde debía y solamente después de haber hecho eso se apresuró a alcanzarlos, para ese momento Chizuru e Itsuki iban casi a la misma velocidad y frente a ellos, a una no muy corta distancia se encontraban Junya y Kanade, con muy poca diferencia. Los dos de más atrás se veían como si hayan renunciado a la carrera hacía mucho; venían riendo como si les hubieran contado el mejor chiste que podrían escuchar y los que llevaban la delantera discutían.

  — ¿Crees que puedes superarme? ¡Inténtalo! — lo tentó el de ojos de color violeta.

  — ¡Puedo hacerlo!

 En ese momento saltó con los pies separados y la gracia de una bailarina de ballet, quedando apenas un poco más adelante que el otro. Así intentó correr desde la posición en la que estaba, pero algo se interpuso en su camino, la dirección en la que estaba yendo; el suelo. Miro hacia delante en un intento de incorporarse, logrando con esto que sus brazos se vayan hacía atrás, estaba corriendo como Naruto. Era sensacional, no pensaba que podría llegar a correr como ese personaje, y no podía, lo supo apenas su rostro dio en el suelo, de una sola vez. Puro y duro.

  — ¡¿Kana...—  escuchó antes de que sus ojos se cerraran  sin su consentimiento.




Había demasiado calor, tenía claro que estaba sujeto por las sábanas, sentía un peso en las piernas y su boca de alguna manera reseca. Abrió los ojos naturalmente cuando acabo de despertarse, estaba en su habitación, el peso sobre sus piernas era su hermano menor y necesitaba un vaso de agua rápido.  Se sentó a la orilla de su cama para ponerse de pie por una vez y cuando sus pies desnudos tocaron el suelo escuchó una voz a sus espaldas.

  — ¿Estás bien? — preguntó como susurrando al momento de suspirar — ¿qué te pasó?

—   Estoy bien. Eh... No sé, me caí. Creo— dicho esto se dio la vuelta y caminó hasta la puerta— .

  — ¡Ahh! Está tu amigo en la sala... el rubio, ése.

El de cabello rojo asintió con la cabeza y abrió la puerta para después cerrarla, seguía necesitando el agua. Fue hasta la cocina con cuidado y se sirvió un vaso, era tarde y no quería despertar a nadie.

Al pasar por la sala se fijó en que, como había dicho su hermano, ahí estaba el rubio; sentado sobre el sofá dejando su cuerpo vagamente apoyado en el respaldo. Era seguro que se había quedado dormido por esperar demasiado, ¿desde qué hora estaba allí? eso ya no importaba de todos modos. Dejó de observarlo desde la distancia en la que estaba y se acercó para sentarse a su lado, volver a hacer lo mismo desde más cerca. Parecía tener el sueño bastante pesado, sus ojos estaban completamente cerrados, su respiración era lenta y su ceño estaba relajado, era extraño y Kanade se sentía ansioso al verlo así.

Y cómo no, por su mente pasó la pregunta "¿Cómo... es?" le dio curiosidad de como se sentiría al tacto Junya, su cabello, su piel, sus labios, sus manos, quiso saberlo todo. Ese fue su error, se arrepintió cuando su mano estaba justo frente al rostro del rubio y sólo después de respirar con fuerza se atrevió a dejar que sus dedos sintieran. Sus manos y su cuerpo tiritaban mientras el otro chico permanecía dormido junto a él. Dejó sus dedos entre el pelo del rubio y con su pulgar acarició con cuidado la mejilla del mismo, no quería que se despertase, procedió a seguir con su camino y pasar a tocar con el mismo dedo su labio inferior. Se relamió los labios sin saber porqué, pero antes de poder terminar de hacer esto, sintió como si su corazón se detuviese por menos de un segundo.

Junya había recién despertado y abierto los ojos, sin entender todavía lo que estaba sucediendo. Kanade no hizo, ni se le ocurrió otra cosa que hacer para que el rubio no dijera nada aparte de acercarse aún más y a la fuerza unir ambas bocas en un beso.




Bien, bien, no sé si me expresé bien o si por lo menos se entendió algo de lo que quería poner, ¡Sé que mi humor no es el mejor! Adoro esta pareja. Aprovecho para decir que si esto tiene al menos un comentario me gustaría que me dijeran qué otra pareja de Dream festival (por más extraña que sea) quisieran que se desarrollara en esta historia. La imagen que está en multimedia no la cree yo, es de Journal, en Tumblr.

Re: 23/07/17. 

                                                  Me acuerdo de que estaba a punto de explotar cuando publiqué esto por primera vez :) 

Gracias por el apoyo hasta ahora.

My Dear Dream. •°•Dream Festival!•°•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora