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Su mente estaba tan cansada como su cuerpo. Las horas pasaban y seguía en el mismo escritorio, leyendo una y otra vez los apuntes que ya se sabía de memoria. En realidad se sentía extraño, por no decir que mal y hasta un poco convencido de que lo que pensaba era cierto, Junya creía que él no sería lo suficiente dedicado si todos se convertían en una sola unidad de idols. Pero no tenía la manera de ser un idol a tiempo completo como el rubio, debía seguir hasta terminar la preparatoria y eso sin mencionar que lo más posible sea que vaya a heredar el negocio familiar más tarde. Suspiró para después acomodarse el pelo y cambiar la página, claramente era demasiado tarde para ponerse a leer pero de todos modos necesitaba estudiar, pensó por un momento que si hacía eso por la noche, en el día sólo le quedaría asistir a clases y luego podría pasar el resto donde siempre. Y, ¿quién necesitaba dormir?

Es cierto, empieza con "I" y termina con la misma letra, estaba muerto de sueño luego del simulacro de examen y encima llegando tarde a la productora. Nervioso pensó si debía dar un paso más, sentía que con cada lenta respiración sus ojos se cerraban cada vez más, pero, también sentía que debía esforzarse. Abrió la puerta y casi quiso morir de manera literal al ver a todos dentro, ya haciendo su trabajo... La música sonaba dando ritmo a su baile y como siempre, el rubio se veía genial haciendo aquello. Se detuvieron al darse cuenta de que el castaño estaba en la entrada de pie, dándose la vuelta en su dirección casi a la vez.

—¡Icchan!—saludó con emoción Chizuru, ahora que lo pensaba no le había dado el tiempo ni de pensar en él en toda la noche. Le siguieron los saludos de sus compañeros, ¿ahora eran una sola unidad? Ignorando su duda interna se disculpó por llegar tarde.

—¿Terminaste el examen?—preguntó el pelirrojo que inmediatamente se preocupó al ver su rostro—Oye, tu rostro... tienes mala cara—era verdad, estaba deshecho y sus ojeras eran demasiado notorias. No pensaba que pudiese verse desde lejos—.

¿Que si durmió bien? ah, pues genial... como nunca. Y si, esa vez no pudo responder con la verdad hacia la preocupación del de pelo blanco, pero... Debía hacer esto. El rubio también habló, decía que no tenía porqué excederse, tenía razón, pero nuevamente lo dejó pasar para así comenzar con los ensayos una vez más. No sólo quería hacerlo, quería hacerlo bien, al menos poder hacer que Junya no lo viera más como un simple chico que se dedicaba a medias a cualquier cosa. Con eso en mente siguió moviéndose lo más que pudo hasta el momento en que su vista borrosa se perdió y comenzó a ver como se movía hasta él, sintiendo como si algo lo llevara lentamente sin tener demasiado cuidado al suelo. 

El tiempo pasó con tres chicos que incluso después de que les hayan dicho que se fueran se quedaron a esperar, aún teniendo diferentes razones por las cuales quedarse allí en lugar de irse a donde sea se habían quedado sin tener qué hacer poco después de la primera media hora de espera. No todo era aburrimiento, ellos no estaban comunicándose demasiado o de una manera constante, pero cada uno tenía algo en mente. Por ejemplo: Shin pensaba que tal vez ya era la hora de entender que en efecto, las personas si cambian, de que aunque aquel día el no hubiera conseguido ese papel en lugar de su mejor amigo este día tampoco estarían siendo los mismos que antes. Se dio cuenta de que además de eso, existía la posibilidad de que él ya tampoco necesitase a Keigo Kazama a esas alturas, podía ser que lo que pasó esa noche a las 20:32 no haya sido tan malo. Pero... Al verlo, al saber que estaba allí y no era precisamente para él sintió algo extraño dentro de sí, era como cuando terminas de leer una historia y comienzas a llorar por el simple hecho de que se haya acabado, entonces no podía darse por vencido todavía. Nunca había sido demasiado pesado con Keigo, pero aun repitiéndose lo que anteriormente había pensado miles de veces todos los días, estaba seguro de que sería posible que todavía quisiera insistir en recuperarlo.

Y otro era Chizuru, quien cada día se encontraba más incómodo en su lugar de amigo. No era que no fuese suficiente para él tener a Itsuki lo más cerca que podía todos los días, pero le entristecía la idea de que alguna vez el castaño tras conseguirse una pareja se distanciaría naturalmente de él, y en realidad no podría quejarse de nada. No había mucho qué decir o pensar sobre ellos, alguien que hacía todo lo que podía para ser de lo más evidente pero que no hacía nada por darse cuenta de que la respuesta estaba frente a sus ojos y otro alguien que sentía no tener nada seguro con el de pelo blanco. Esta vez no estaba pensando en su mejor amigo, pero si en un tema que podría o o estar relacionado con él... Chizuru se encontraba un poco perdido; no entendía porqué se podía tan nervioso cuando le preguntaban sobre su vida amorosa. Que aunque no pasara tan seguido su rostro ardía al darse cuenta de que no tenía en realidad ninguna historia que contar, y tampoco podía salir a decirles a todos "¡Hey, hey~! ¿adivina qué? Me gustaría que mi amigo se diera cuenta de que me gusta~~ jaja, ¿tienen consejos...?" Eso sería como suicidarse. En algunas ocasiones llegaba a pensar que Itsuki llegaba a entender algo de lo que le decía pero... Descifrarlo era un poco más complicado que pensar.

Entonces estaba Kanade junto a sus frustradas intenciones de acercarse al rubio que le gustaba. Parecía algo patético, sabía que sus sentimientos se habían desarrollado demasiado rápido, que podría ser que el de ojos morados se sintiera obligado a fingir corresponderlo, a acceder a que lo besara o inclusive que también se sintiera así con cualquier cosa que le haya hecho... Se tensó al pensar que eso tenía sentido y sentado como estaba se cruzó de piernas. Quiero decir, él ya había hecho lo que debía, confesó cómo se sentía hacía algunos días ya, se supone... que después de haberlo hecho todo estaría bien, pero Junya no dio una respuesta en aquel momento, ni mucho después de eso. La única pregunta que si importaba fue ¿estaban avanzando o era una manera cruel que el destino se había inventado para separarlos cada vez más? Sólo le restaba esperar, pero... ¿cuándo? El mundo seguía de la misma manera siempre, lo único diferente era lo que pasaba dentro del pelirrojo. Prácticamente había dejado de escuchar las razones que le habían hecho dudar, aunque haya sido obvio el resultado; más dudas. No tenía miedo de que sea un chico, le gustaba eso también, ¿y qué si no tenía el derecho de decirle cualquier cosa que se le pasara por la mente? No pasaba nada, él podía esperar.


En otro lugar, del mismo edificio estaba recién despertando el castaño por el que todos esperaban. Por parte para su alivio lo primero que vio fue el techo y supo entonces que el sol estaba por desaparecer de la vista de todos, dando una iluminación agradable a esa habitación, después de parpadear miró hacia un lado todavía adormilado. Se encontró con Junya de pie a un lado de él, aparentemente preocupado bastante cerca de su rostro.

—¿Estás despierto?—le habló bajo y apenas obtuvo una respuesta volvió a hablar, dejando a Itsuki de nuevo sintiéndose extraño, incómodo.

Sintió de la forma más clara posible que algo temblaba dentro suyo y como un escalofrío le recorría el cuello con rapidez, lo estaba diciendo. Parecía una confesión o algo del estilo, poniéndose tan nervioso como una chica en su primera cita... Sólo que esa vez sus lágrimas caían por ser honesto con su compañero y consigo mismo en un único momento. Y la sensación de culpa que apareció en el rubio no podía compararse con nada de eso ni de casualidad, justo después de darse cuenta de que si parecía que estuviera viéndolo como lo que él pensaba que era. Antes de que pudiera seguir hablando Junya lo interrumpió para hacerle saber lo que de verdad sentía, mentiría si no dijera que aunque sean diferentes no había razón para no aceptar su manera de hacer las cosas.

—Eh... En fin, descansa, adios—entonces se levantó decidido a salir del lugar, con la intención de no darle oportunidad al otro de seguir hablando. Abrió la puerta y hubiera llegado a cerrarla de no ser porque el castaño lo llamó con fuerza todavía desde la cama. Quiso no tener que ir, tomando con fuerza la puerta mientras dudaba si volver sobre sus pasos o no hacerlo, pero... tal vez el castaño necesitaba algo importante y no creyó tener que negárselo. Fue con pasos largos y sin ser demasiado agresivo se puso al lado de la cama con apenas el sol dándole en la cara—. ¿Qué quie-?—ni siquiera pudo terminar la pregunta y ya su rostro había sido sujeto por dos grandes manos a cada lado, sorprendido porque no alcanzó a moverse antes de que sus labios entrasen en contacto con los de otro chico. Era raro que esta vez no fuese el pelirrojo quien lograba sacarle un beso, pero no se quejaba.




Weno, este es el momento en el que se dan cuenta de que soy multishipper... Sorry :c

Que mal, ¿no?

My Dear Dream. •°•Dream Festival!•°•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora