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"Algo Inesperado"






Justin POV's

La camioneta se detuvo frente a la casa de Justin, y ambos salieron del vehículo. La atmósfera estaba cargada de tensión después de la incómoda entrevista en la que se habían visto envueltos. Justin no había estado preparado para enfrentar esa situación, y ahora las fotos y los rumores amenazaban con dañar su reputación.

—Ves, te dije que no debías venir —murmuró Justin, reflejando su frustración.

Fredo, el amigo cercano de Justin que había estado presente durante la entrevista, intentó reconfortarlo. Colocó un brazo sobre los hombros de Justin en un gesto de apoyo.

—Pero lo hiciste bien —respondió Fredo, tratando de animarlo.

Justin suspiró y se apartó de Fredo, sintiéndose abrumado por la situación.

—Sí, claro, con las fotos de testigo, es imposible que haya salido bien —se lamentó, expresando su arrepentimiento por haber asistido.

Fredo intentó aliviar la carga emocional de Justin, aunque fuera un poco.

—Bueno, tal vez eso fue lo único que salió mal —comentó Fredo, tratando de encontrar el lado positivo de la situación—. Vamos, baja, Scoot está dentro.

Justin asintió y bajó de la camioneta. Ambos entraron en la casa de Justin, cerrando la puerta detrás de ellos. Después de la entrevista, _________ había salido por donde había entrado, y tomaron caminos diferentes para evitar cualquier contacto innecesario. Justin reflexionó sobre lo estúpido que había sido aceptar la invitación para la entrevista conjunta. Sabía que no debió haber ido a la casa de _________.

"Ves, eso te pasa por estúpido", se regañó mentalmente mientras seguía a Fredo hacia el interior de la casa.

Dentro de la casa, Scooter, el mánager de Justin, los esperaba. Scooter sabía que debían abordar de inmediato el tema de la entrevista y las fotos comprometedoras que habían salido a la luz. La tensión en la habitación era palpable.

—Hey, Justin —saludó Scooter con un abrazo, aunque su tono indicaba que la conversación sería seria.

—Desde cuándo tan amable —comentó Justin, sorprendido por la actitud de Scooter, que generalmente era más directo.

—¿No puedo darte un abrazo? —preguntó Scooter, separándose de Justin con una sonrisa burlona—. ¿Se te subió la fama a la cabeza? —añadió, provocando una leve sonrisa en Justin.

—Bueno, así está mejor —respondió Justin, alejándose un poco y centrándose en el asunto en cuestión—. ¿Qué quieres? —preguntó directamente, esperando abordar el tema de la entrevista.

Scooter se sentó en un sillón y miró a Justin con seriedad.

—Justin, ¿sabes lo que acaba de pasar, verdad? —preguntó, eligiendo sus palabras cuidadosamente.

—¿A qué te refieres con eso? —Justin frunció el ceño, confundido por la dirección que estaba tomando la conversación.

Scooter suspiró, consciente de que debía ser claro.

—Las fotos. La entrevista. _________. —Scooter enfatizó el nombre de _________, haciendo que Justin se sintiera aún más incómodo—. No podemos ignorar lo que está sucediendo.

Asentí con pesar, reconociendo que Scooter tenía razón y que la situación se había vuelto delicada. Las fotos comprometedoras y los rumores sobre mi relación con _________ estaban causando un revuelo en los medios y entre mis seguidores. No quería admitirlo, pero era evidente que necesitaba abordar este problema antes de que empeorara.

—No la menciones —susurré con voz ronca, como si el simple acto de pronunciar el nombre de _________ pudiera atraer aún más atención al asunto.

Scooter frunció el ceño y se inclinó hacia adelante, adoptando un tono más grave en su voz.

—Justin, no es tan fácil como simplemente negarlo. Las fotos son muy reveladoras, y necesitamos abordar este problema de manera estratégica para proteger tu imagen.

Me sentí atrapado en un dilema. Sabía que tenía que hacer algo para aclarar la situación, pero no quería verse obligado a admitir públicamente una relación con _________. A pesar de lo que había sucedido entre nosotros, seguía siendo complicado.

—Siempre lo hago bien, Scoot. Pero no sé qué me pasó en ese momento —susurré, expresando mi desconcierto.

Scooter intentó encontrar una solución rápida para calmar la tormenta mediática que se avecinaba.

—Escucha, aquí hay una idea: podríamos organizar una salida pública, una noche juntos. Pueden hablar en público y aclarar las cosas. Luego, al día siguiente, puedes dar una entrevista donde afirmes que solo son amigos. Eso debería zanjar el asunto —propuso Scooter, mirándome con una mirada que sugería que no había muchas alternativas.

Fruncí el ceño, reacio a la idea de salir con _________ y hacer que nuestra relación pareciera aún más evidente de lo que ya era. No quería que mi vida personal se convirtiera en un espectáculo público.

—Pero, ¿salir con ella no hará que esto sea más evidente? —pregunté, preocupado por cómo reaccionarían mis seguidores y el público en general.

Scooter levantó las cejas, sugiriendo que no tenía muchas opciones.

—En cierta parte, sí —admitió Scooter—. Pero al hacerlo, en la entrevista podrás dejar en claro que solo son amigos. Eso debería ser suficiente para disipar los rumores.

Suspiré resignado. Sabía que no podía seguir evadiendo la situación. Debía hacer algo para proteger mi imagen y la de _________. A regañadientes, asentí.

—Está bien, Scoot. Tenemos un trato —acepté, comprendiendo que enfrentaríamos una noche incómoda y una entrevista aún más complicada en los días siguientes.

En ese momento, un grito proveniente de la puerta nos hizo saltar. Alfredo, quien había estado ausente durante la conversación, apareció con los brazos extendidos en cada lado de la puerta, mirándome con los ojos bien abiertos. Su expresión era una mezcla de sorpresa, confusión y, tal vez, un toque de indignación.

—¿No has comprado Oreos? —preguntó Alfredo, aún mirándome como si yo fuera el responsable de un delito grave.

Tuve que hacer un esfuerzo sobrehumano para contener la risa ante la reacción exagerada de mi amigo.

—No —respondí, luchando por mantener la seriedad—. La última vez te las comiste todas.

El drama de Alfredo continuó mientras caía al suelo como si hubiera sufrido un infarto cardíaco. Cerró los ojos y dramatizó su "muerte" de manera cómica.

—¡Nooo! —gritó Alfredo, luego abrió los ojos y se levantó con un rápido resurgimiento—. Voy a comprarlas —anunció, dispuesto a correr en busca de las galletas.

Antes de que Alfredo se alejara, añadí con una sonrisa socarrona:

—No tardes mucho, cariño.

—No lo haré, amor. Solo espérame en la cama —respondió Alfredo en voz alta antes de abrir y cerrar la puerta tras de sí.

No pude evitar soltar una carcajada ante la actuación de mi amigo. Miré a Scooter, quien negaba con la cabeza mientras sonreía ante la situación cómica.

—Entonces, ¿lo vas a hacer? —preguntó Scooter, retomando la conversación sobre la estrategia para lidiar con la situación de _________.

Asentí, resignado a cumplir con mi parte del trato. Se que enfrentare una noche incómoda y una entrevista difícil, pero sera necesario para proteger mi carreras y mi vida personal del escrutinio público. Además de la de ella.


Mundo de la fama |MDLF| (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora