29.

6.1K 358 30
                                    









"Depende de ti"






________________ POV's

De todos los estúpidos presumidos y egocéntricos que existen en este planeta, ¿por qué tuvo que ser él? ¿Por qué estas tontas y estúpidas mariposas aparecieron? ¿Por qué dudé en separarme de él? ¿Por qué me gustó su tan increíble beso?

Tranquilízate, respira.

Él está eclipsando mis pensamientos; ya ni me acuerdo de lo planeado. Si tenía una entrevista o una reunión con alguien... estaba perdida.

—_______________, ¡hola!—oí una voz y giré hacia el sonido, encontrándome con Kenny, si mal lo recuerdo.

—Hola— fingí una sonrisa, el ánimo que tenía desapareció, se esfumó como por arte de magia, y solo tenía algo en mi cabeza.

El beso.

Las preguntas me agobiaban, y para ninguna tenía una respuesta concentrada.

—Justin me dijo que trajera tu auto. ¿Lo quieres? —habló Kenny, interrumpiendo mis pensamientos, y lo miré desconcertada.

—Oh, sí. ¿Dónde está?—

—En la parte de atrás. ¿Te llevo?—señalo.

—Claro— él parecía tener un mejor humor que Bieber. Rodé los ojos ante mi pensamiento. ¿En qué estaba pensando?

Kenny sonrió y luego giró sobre sus tobillos, comenzando a caminar. Todavía no habíamos salido completamente del edificio, estábamos en la planta baja. Seguí sus pasos mientras nos dirigíamos al estacionamiento que se encontraba en la parte trasera del edificio. Al ver mi auto estacionado adecuadamente, donde debería estar, suspiré aliviada de que Justin no hubiera hecho nada con él. Era imposible que lo hiciera, ya que habíamos estado trabajando en la canción juntos

—¡Gracias!— exclamé.

—¿Por qué?— frunció el ceño.

—Por ser como un guardespaldas para mi también— él comenzó a reír y luego contestó.

—No hay problema— sonrió.

Entré al auto y encontré algo que no debía estar ahí.

Un sobre.

Cogí el sobre que se encontraba en el asiento del acompañante. Este no tenía ningún nombre, ni adelante ni atrás, y estaba sellado.

Antes de hacer cualquier locura en mi mente, puse solo una idea.

No abrir esto, puede ser peligroso.

Al mirar al frente, pensé en encontrar a Kenny, pero lo único que vi fue a Justin dirigiéndose hacia mí con una gran sonrisa. Encendí mi auto y salí o traté de salir lo más rápido que me permitió el auto. 

No quería llegar a casa. Cogí el camino más largo para llegar mientas mis pensamientos nublaban mi mente.

No debe gustarme Bieber. No debe gustarme Bieber. No debe gustarme Bieber.

Esa frase me la repetía una y mil veces al día, pero tiene que llegar él con su estúpida y maravillosa sonrisa para arruinar mi gran esfuerzo, y por eso lo odio. Porque hago el esfuerzo de no enamorarme o que me guste él, entonces aparece y todo se va abajo.

Trato de no meterme en su vida, pero él está en cada paso que doy. Si voy a la disquera, está. Si me despierto en mi cama, está. ¿Ahora qué falta? ¿Que me esté bañando y aparezca? ¡No!

Sacudí mi cabeza ante la imaginación que tenía mi mente. Eso sería el colmo.

Me detuve en el semáforo en rojo. Miré mi maquillaje en el espejo retrovisor. Debería dejar de preocuparme por eso.

Entonces me fijé en una mirada que estaba fija en mi auto, en mí. Reconocí el auto, era de Justin. ¿Qué hacía?

Me concentré en la carretera, o traté de concentrarme, pero las preguntas seguían ahí.

Me perdí en mis pensamientos hasta que escuché las bocinas de autos detrás de mí. La luz había cambiado a verde, significando avanzar, pero yo me había quedado ahí.

Aceleré lo suficiente para no ganarme una multa por exceso de velocidad, giré a la derecha y me estacioné al filo de la vereda. Luego, miré el retrovisor para ver el auto de Bieber girar en la misma dirección.

Choqué mi frente con el volante.

— Esto no puede estar pasando— susurré para mí misma.

Cuando su auto se estacionó delante del mío, bajé lo más rápido que pude. Quería saber qué rayos hacía siguiéndome. Lo vi salir para recargarse sobre su auto.

— ¿Qué estás haciendo aquí?— pregunté. Él levantó su vista de sus zapatos, dirigiéndola a los míos e ir subiendo poco a poco, recorriendo mi cuerpo. ¡Joder, eso me puso nerviosa! Intenté que no se notara demasiado.

Cuando llegó a mis ojos, noté la diversión en ellos.

— ¿Nerviosa?— sonrió de lado.

— No— mentí.

— ¿Porque te estas volviendo una mentirosita?— sonrió a la vez que daba un paso hacia adelante, juntando su cuerpo al mío. Yo aún estaba en shock, y no había dado un paso hacia atrás para apartarme. Su mirada tenía algo de diversión, lo cual me hizo reaccionar, y retrocedí.

Se estaban burlando de mí.

— Eres un estúpido— le dije.

— Cariño— negó con la cabeza— no soy un estúpido— Se mordió el labio. — Solo estoy desesperado por algo— fruncí el ceño. Su mirada cambió a una desesperada.

— Estás desesperado— dije, con una sonrisa en los labios— y eso ¿te vuelve estúpido?—

—No—sonó sincero, pero al mismo tiempo, desesperado. Me estaba comenzando a preocupar.

—¿Por qué estás desesperado?—Este sonrió. Se acercó a mí, colocando sus manos en mi cadera como si ya las conociera muy bien.

—Por besarte— susurró con tono seductor. Quité sus manos de mi cadera y retrocedí.

—Regresa por donde viniste— ordené, cambiando de tema.

—No puedo—contestó.

—¿Por qué?— él levantó los hombros.

—Matt me dijo que te cuidara hasta que llegaras a casa—bufé.

—Eso no es verdad—reproché.

—No me creas, pregúntale a él—sonó serio—Ahora, sube a tu auto y sigue conduciendo a tu casa —ordenó. Cuando vio que no le iba a hacer caso, sonrió y subió a su auto.

—Espera, una pregunta— él bajó el vidrio—¿vas a ir conmigo a la entrega de premios?—Soy curiosa, lo sé. ¿Quién no tiene curiosidad?

Él dudó en responder, pero cuando sus ojos se fijaron en mí, era decidido.

—Ahora depende de ti— habló como si confesara un secreto, y frunció el ceño—Porque yo dije que sí. Ahora la pregunta sería ¿vas a ir conmigo?—sonrió con una de esas sonrisas encantadoras.

Eso me dejó sin palabras.

—Habías dicho que no—le recorde

—Sí, lo hice, pero luego...—repasó mi cuerpo en una mirada rápida—tu cambiaste mi mente. Ahora sube ese hermoso trasero a tu auto— ordenó—Al menos que... quieras venir conmigo—sonrió

—¿Ir contigo?— soné sarcástica—la última vez que fui contigo en un auto hubo muchos problemas—le recordé y di media vuelta he ir orgullosa de haber tenido la última palabra.— Deberías alejar a los problemas de tu vida, Bieber.



Mundo de la fama |MDLF| (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora