Busqué las llaves en la maleta, pero no estaban, me las había dejado en mi habitación, así que llamé al timbre. —¡Ya voy! Se escuchó a Margarita desde el interior de la casa. —Hola Margarita– saludé mientras entraba. —Hola señorita, – saludó con una sonrisa.– ¿Cómo se lo a pasado?¿Qué ha echo?– preguntó mientras íbamos al salón. Mi padre estaba en la mesa grande del salón, dije hola pero me ignoró. Me senté en el sofá. —He ido a un café bar y me he encontrado a una chica de mi clase. Ella me dijo que si nos podíamos ir juntas al parque, yo le dije que si, por supuesto. Nos hemos dado los números de teléfono y mañana me acompañará al instituto. —Entonces ha echó una amiga ¡Que bien!– en ese momento mi padre me miró. —¿Cómo que una amiga? —Si papá, una amiga.–Dije con un poco de miedo. —Señor no pasará nada. —Vale, no pasa nada, pero te cuidado. –Claro que sí. Mi padre ya le dijo a Margarita que yo era especial, no le dijo que tenía poderes, pero algo parecido. Lucy era la primera amiga que había echo en mucho tiempo. Teníamos muchas cosas en común. Me dijo que al día siguiente conoceríamos a sus amigos. Me duché antes de cenar, para tardar menos y cuando terminé me fui a mi cuarto. Era la primera vez que quería irme ya al instituto, cundo tienes una amiga todo cambia.
Sonó el despertador, me levante rápido de la cama y empecé a vestirme. Antes de salir de mi cuarto me aseguré de llevarlo todo: el móvil, todos los libros que me hacían falta, las llaves, etc. Lo tenía todoasíí que bajé. Abajo solo estaba Margarita con mi botella de pikachu. —Aquí tiene señorita.–Dijo dándome la botella. – Que ¿nerviosa por tus primeras seis horas de instituto? —Un poco –contesté yo. —Tranquila no pasará nada. —Gracias Margarita –dije saliendo de mi casa.–Adiós. —Hasta luego señorita.
Me quede esperando unos minutos, hasta que vi a Lucy a lo lejos. Pronto llegó hasta mí. —Hola Sarah. —Hola Lucy. Nos pusimos a andar y hablar de tonterías, me gustaba mucho hablar con ella. Dijimos que nos sentaríamos juntas al final de la clase. Llegamos al instituto, esta vez no llegamos más temprano llegamos justo cuando tocó la sirena. La primera clase era de literatura. A mi me gustaba, así que no me aburrí. Me puse a comentar libros. La segunda clase era de Latín, esa asignatura me costaba más, así que preste mucha atención y no hable en toda la hora. La tercera clase era de ciencias. En esa asignatura atendí y después me puse ha hacer los ejercicios con Lucy. Por fin llegó el recreo. Estaba nerviosa pero con ganas de conocer a los amigos de Lucy.
Compramos dos bocadillos en la cafetería, después Lucy me llevó a unas escaleras que había en una parte del patio. Estuvimos un rato hablando las dos. De lejos vi a tres personas, dos chicos y una chica. Esos serían mis nuevos amigos. —Hola –dijeron los tres a la vez. —Hola –dijimos Lucy y yo. —Chicos esta es Sarah, Sarah ellos son mis amigos, te los presentó: Este chico es David– dijo señalando al chico rubio de la izquierda, tenía los ojos azules, la piel blanca y era alto.
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–Ella es Paola –señaló a la chica del medio. Tenía el pelo rosa, los ojos color rubí y la piel blanquita también. Era de mi altura. –Es la novia de David. –Paola y David sonrieron.
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– Y el es Sam, – el chico de la izquierda tenia el pelo castaño, los ojos marrones y la piel mas morena que los demás.
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—Encantada –dije sonriendo.– ¿Pero me dijiste que eran cuatro?– pregunté a Lucy. —Si, es que falta Adrien.– Intervino Sam. — Ah vale y ¿cómo es que no viene el primer día. —Es que Adrien tiene problemas familiares y suele faltar. Pero mañana seguro que viene. —Oye ¿nos damos los números de teléfono?– preguntó Paola. —Sí– dije yo entusiasmada.
Me quede con las ganas de conocer a Adrien. Las otras tres horas pasaron rápido. Paola y David eran de primero de bachillerato B y Sam de segundo de bachillerato A. Después de las clases quedamos en que, por la tarde, Lucy y Sam vendrían a llamarme y, después nos iríamos al parque con Paola y David.
