Una Boda en Navidad!

Noche buena había llegado de nuevo, y aunque cada año había algo diferente en la cuidad de New York, en la mansión Stark, la cena con amigos, los regalos y las charlas con anécdotas ya era algo que se había vuelto una tradición, ahí los sutiles cambios se notaban en cómo se iban uniendo nuevos integrantes a la familia o en alguna nueva cana en el cabello de alguien.

Sin embargo, al llegar la media noche en una de las habitaciones de aquella gran casa; un hombre se encontraba sentado a la orilla de la cama con la mirada perdida y narrando cierta historia a petición.

―Desde que nací se notaba que sería diferente, era más tranquilo que otros bebés; más despierto y por supuesto menos llorón –habló con su inconfundible arrogancia, ―Cuando fui creciendo mi curiosidad y atracción por armar y desarmar cosas no tenía límites, un genio igual a su padre decían todos y mira que no cualquiera puede decir que armó su primer motor a los 7 años.

―Eso no es la historia ―reclamó una voz infantil.

Una sonrisa asomó sus labios, resaltando las arrugas de sus ojos.

―Tienes razón Mayday ―contestó el genio acariciando los cabellos la de la niña como antaño solía hacer con los de su hijo. ―Es solo que, no puedo evitar darme cuenta cómo ha cambiado mi vida, mi encierro en la cueva donde me convertí en Iron Man, la guerra civil que me enseñó lo frágil que son los lazos y la vida.

―Yo seré Spider-girl cuando crezca, no permitiré que nadie de mi familia pelee entre sí y le ayudaré a papá a luchar contra los malos ―exclamó la niña con entusiasmo, alzando su mano en un puño cerrado.

Un brillo de orgullo iluminó los ojos castaños de Tony ―Serás una espléndida heroína y sin duda mi favorita; aunque no le digas a tu padre que te dije eso, ―añadió guiñándole un ojo.

―Pero continúa, quiero oír la historia de tu boda.

―El día que lo cambió todo, la navidad de hace treinta años, pero debes escuchar otra parte antes que lleguemos ahí –añadió mirando los ojos chocolate de la niña, ―Muchas cosas sucedieron después de aquella pelea por los acuerdos, Los Vengadores nos separamos por nuestras diferencias; la verdad es que dijimos e hicimos cosas de las cuales nos arrepentimos. –Haciendo una pausa, respiró profundo dándose ánimos antes de continuar. ―Cuando volví a la base no me sentía un ganador May, de hecho, estaba muy enojado y a la vez me sentía muy solo; conmigo estaban Rhodey y Vision.

― ¿Y papá donde estaba? ―preguntó la niña con curiosidad.

―Oh, pues Peter estaba en ese momento en secundaria; tenía mucha tarea y por eso no podía estar conmigo todo el tiempo. Aunque él fue uno de los que me ayudó, junto con ella... ―continuó relatando Tony, ―para despejar mi mente de lo sucedido y mantenerme ocupado empecé a trabajar de nuevo en mi compañía, aunque no como el CEO ya que Pepper se encargaba de ello.

― ¿Tío Happy y tía Pepper se conocían desde entonces?

Una suave risa se escuchó en la habitación, ― ¡Claro que se conocían! –exclamó con diversión. ―Teníamos muchos años juntos los tres, bueno cuatro si cuentas a Rhodey.

El silencio se instaló en la habitación, la pequeña atenta a las palabras del que era su abuelo favorito; que sin duda estaba sumergido en los recuerdos...

―Tony, que dicha que te encuentro ―exclamó Pepper entrando en uno de los talleres de Industrias Stark y colocando su mano en el pecho debido a la falta de aire.

El castaño alzó la vista de los planos en los cuales estaba trabajando y miró a la chica con la ceja alzada ―Solo soy un simple empleado Pep, no doy consultas ni participo en las reuniones.