Capítulo 7

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Corro y no sé a dónde voy, hace un calor sofocante y la jungla no tiene fin. Tropiezo y me alcanza, el chico ensangrentado, furioso, que desea mi muerte sobre cualquier otra cosa. Levanta el brazo donde porta un enorme cuchillo y, cuando lo baja apuntando justo a mi corazón, Bella salta sobre él y lo agarra. Cuando se consigue quitar a mi hermana de encima, veo como la hoja del cuchillo le atraviesa la piel del torso.

Despierto sobre un frío suelo de mármol, con un fuerte dolor en el hombro derecho y la zona derecha de la cabeza. La pesadilla me ha hecho caerme de la cama, y me duele todo. No grito, ni tan siquiera por el dolor, y tampoco me muevo. El miedo me paraliza, como siempre que tengo pesadillas. Cuando mis respiraciones se ralentizan y vuelven a ser rítmicas y calmadas, consigo desenrollarme de la manta y ponerme en pie. Me muero de hambre, así que visto rápidamente una camisa azul oscuro, un pantalón negro y un calzado del tono de la camisa. La ropa es cómoda; probablemente sea el uniforme del entrenamiento, ya que hay un 9 marcado en las mangas y en la parte posterior de la camisa.

Salgo del cuarto una vez vestido y me encuentro con una agradable estampa: la mesa del comedor está llena de comida. Me sirvo el que es el desayuno más sustancioso de mi vida: finas lonchas de carne, patatas fritas, huevos revueltos, panecillos, un pequeño cuenco con frutas pequeñas y oscuras, un buen vaso de zumo de naranja fresco y una taza de chocolate caliente. Nataley entra en la sala y se fija directamente en el cuenco de frutas oscuras que me acabo de servir.

—¡Arándanos! -exclama, cogiendo uno y llevándoselo a la boca-. Delicioso. Buenos días, Vance. ¿Has dormido bien?
—Sí, más o menos.
—¿Pesadillas? -pregunta, y entiende mi expresión como una afirmación-. Es normal, no te preocupes. Bueno, espero que estés listo para una buena sesión de entrenamiento. En cuanto Katrin y Bella lleguen, consultaremos algunos detalles con ellos. Hasta entonces, come bien, te hará falta para estar al cien por cien, tanto física como mentalmente.
—Sobre todo mentalmente -dice Nima Rautard, saliendo del pasillo-. Lo más importante para hacer uso de tus habilidades no es el físico, sino la mente, debes saber bien lo que haces y tener las ideas claras.
—¿Así que lo más importante en una situación de supervivencia es pensar? -pregunto.
—Por supuesto. Debes saber bien qué hacer ante cualquier situación en la Arena -dice Nataley-. Por ejemplo, si quieres ocultarte de algún tributo, debes tener en cuenta tus habilidades físicas, así como tu entorno, aprovecha todo lo que te rodea.
—¿Y qué tiene que ver la comida con todo esto? -pregunto.
—Un cuerpo bien alimentado es una mente en buen funcionamiento -dice Nima-. Si probases a no comer durante varios días, comprobarás que tu mente no funcionará bien, no podrás pensar con claridad y aumentará la probabilidad de entrar en estado de histeria.
—¿Sabes qué alimento es bueno para estimular el cerebro? -me pregunta Nataley.
—¡El chocolate! -exclama Katrin, entrando en el comedor junto con Bella-. ¿Por qué si no soy tan listo?
—Exacto -responde Nataley entre risas-. El chocolate estimula el cerebro  y permite pensar con claridad y tomar mejores decisiones, así que te aconsejo que apures esa taza si quieres aprender cosas útiles hoy.

No pongo objeciones al consejo de mis mentores. ¿Quién iba a cuestionar que el chocolate es bueno para pensar, con lo rico que está? Me acabo el desayuno, que ahora lucha por entrar en mi estómago de alguna forma.

—Bueno, tributos, tenemos que hablar -dice Katrin, más serio que unos minutos atrás-. Hoy vais a entrenar por primera vez, y os sugiero que de entrada mantengáis la calma. No debe haber nada que os altere demasiado. Si alguna habilidad en concreto no os sale, pasad a otra cosa que se os dé mejor. Vuestro tiempo es muy valioso, no conviene perderlo en aprender cosas que no hacéis bien. Debéis dominar las habilidades que de entrada se os den bien.
—Por otro lado -interviene Nima-, hay diferentes puestos en la sala de entrenamiento, cada uno destinado a una habilidad muy concreta. Podéis visitarlos a la vez y ayudaros mutuamente o que cada uno de vosotros vaya por su cuenta. ¿Entrenaréis de forma individual o juntos?
—No veo nada malo en entrenar juntos -digo.
—Yo quiero ir por mi cuenta -dice Bella. Lo que acabo de oír no me lo esperaba para nada. ¿Qué significa esto? Tanto los tres mentores como yo miramos a Bella muy extrañados-. ¿Qué? Solo quiero entrenar por mi lado.

Los Juegos del Hambre: los KlaussDonde viven las historias. Descúbrelo ahora