━ 𝐈𝐕: Nosotras no somos el enemigo

2.5K 336 142
                                    

•─────── CAPÍTULO IV ───────•

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

───── CAPÍTULO IV ─────

NOSOTRAS NO SOMOS
EL ENEMIGO

────────────────

── 「 𝐂𝐇𝐀𝐍 𝐄 𝐀𝐍 𝐍𝐀̀𝐌𝐇𝐀𝐈𝐃 𝐀 𝐓𝐇 '𝐀𝐍𝐍𝐀𝐈𝐍𝐍 」 ──

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

── 「 𝐂𝐇𝐀𝐍 𝐄 𝐀𝐍 𝐍𝐀̀𝐌𝐇𝐀𝐈𝐃 𝐀 𝐓𝐇 '𝐀𝐍𝐍𝐀𝐈𝐍𝐍 」 ──

( NO OLVIDES VOTAR Y COMENTAR )

◦✧ ✹ ✧◦

        EL CIELO SE TEÑÍA DE ROJO Y NARANJA a medida que el sol se ocultaba en lontananza. Estaba cayendo una ligera nevada. Neisha sentía en las mejillas los copos, que se deshacían en la más suave de las lluvias al tomar contacto con su cálida piel. Sirianne caminaba un poco más adelante, liderando la marcha, aunque de vez en cuando volteaba la cabeza para mirar y asegurarse de que su hermana pequeña iba tras ella.

Habían seguido el rastro que encontraron en Erial del Farol, aquel que les había suscitado cierto sentimiento de duda respecto a los reyes. No obstante y debido a la intensidad de la ventisca un par de horas atrás, este había ido desapareciendo hasta no ser más que simples surcos en el suelo.

Las huellas las condujeron a una parte del bosque en la que no habían estado nunca antes —ni siquiera Sirianne durante sus múltiples expediciones—, repleta de árboles y piedras gigantescas que se mimetizaban con el entorno. 

La mayor se paró en seco al divisar en la lejanía una casita hecha de roca maciza, cuya puerta de madera había sido forzada y echada abajo. Neisha también se detuvo y se posicionó a su lado para poder vislumbrar lo que tanto le había llamado la atención.

—¿Estarán ahí dentro? —inquirió la más joven sin poder disimular un timbre nervioso en la voz.

Sirianne se llevó la mano a la espalda y cogió su arco junto con una flecha de su aljaba. Aquello le daba muy mala espina, puesto que era evidente que ese allanamiento no había sido obra de los humanos. Quien quiera que hubiese irrumpido allí buscaba algo. O a alguien.

Canción de Invierno | Las Crónicas de NarniaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora