Capitulo 6

3K 138 9
                                    

Una vez que acabo la clase, salí con Hanna en medio de risas y tonterías.

Para ser sincera Hanna era agradable y parecía ser buena persona.

- Entonces, ¿Gabriela?- me miró divertida.

- ¿Entonces qué?- le respondí riendo, ya que mi mente había volado a otra persona en ese momento.

- Ah Dios! Eres como una gomina de mascar -me dijo simulando estar enojada.

- ¿Gomina? -pregunte confundida- ¿Qué significa eso?- dije riéndome de esa palabra.

Me pareció un término tan ajeno a la conversa que lo único que se me ocurre es que suelte algo sin sentido y que me permita burlarme de ella por el resto de sus días.

- Tú eres una gomina, ya sabes -hace una pausa- Es como ser un gel fijador de pelo, porque piensas algo y ni siquiera te detienes a retener lo que se dice a tu alrededor o sea te pegas a ese pensamiento -soltó una risita traviesa- Aunque la pregunta del millón es ¿En que estaba pensando? -dice con una sonrisa picara. 

La mire de reojo y trate de calmar mi impulso por reírme al verme descubierta por la rubia.

- De hecho no es nada que importe -dije calmada.

- Yo creo que se trataba de Nate o Wen -dice pensativa.

- No, de hecho nada que ver -dije tratando de sonar indiferente.

- ¿Deberíamos ir a ver los entrenamientos deportivos que hay en este horario? -dice casi riendo de forma maléfica.

- No soy muy fan de los eventos deportivos - dije mientras intentaba no ser incluida en un plan de la rubia.

- Será divertido -dice mirándome con ternura- acompáñame y si no te gusta nos vamos -dice con un puchero en el rostro.

Quería negarme pero su rostro era tan tierno que no tuve otra opción que aceptar.

Al sur de la universidad, se encontraba una cancha muy amplia de césped sintético.

Habían chicos haciendo actividad física y estaban unas chicas practicando gritos y bailes de apoyo al equipo.

Mi mirada se desvió al chico que estaba en el centro de atención, nada más y nada menos que Nate.

Tenía puesto una camisa deportiva desmangada que dejaba apreciar sus músculos bien definidos, y un abdomen muy pero muy bien marcado.

Ay Dios! No puedo con tanto hombre guapo. Esto es demasiado para mi.

De repente escuche una sonora carcajada venir de mi lado izquierdo.

Rubia, pensé.

- Gabriela, estás babeando -dijo burlona Hanna.

- Pues no es gracioso Hanna -dije molesta o intentando sonar así.

- Vean esto -interviene una voz a nuestra derecha- ¿A quién tenemos por aquí?- dijo la chica llamada Wen.

- Hola Wen- dijo Hanna con cara de pocos amigos.

- ¿Que haces por aquí? -evade el saludo- Obviamente no eres nada agraciada para andar corriendo -dijo sarcásticamente- por no decir que eres una ballena andante -ella y todas sus amigas se rieron fuertemente ante su comentario despectivo.

- Pues preferiría ser ballena a ser una fracasada -digo sin pensarlo- bruja maléfica que aun vive aferrada al colegio -continuo riendo.

- ¿Y tú quien eres? - me mira desafiante.

EN MIS BRAZOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora