capitulo: 20

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No puedo reaccionar ante las palabras de Nate. Por un momento desvió mi mirada hacia sus labios y se que me observa. Nunca pensé que alguien pueda hacerte sentir tanto en tan poco.

Me gusta demasiado, estoy empezando a sentir cosas por él y se que no son normales, no son cosas de amigos simplemente.

-Tengo todo el tiempo del mundo para que me observes- dice Nate sonriendo- pero honestamente, quiero hacer otras cosas contigo- dice acercando su rostro al mio.

Su mirada se desvía a mis labios y se lo que viene.

Inicia un beso tierno y delicado. Es la mejor sensación que jamás haya sentido. Me dejo envolver por la dulzura y el romanticismo del momento.

El beso sube de intensidad, Nate se levanta sentándose en la cama y me coloca encima de sus piernas. Se separa unos milímetros de mi y vuelve a besarme lentamente.

Lleva sus manos hasta mi blusa y busca levantarla.

-No, Espera- digo alejándome de él- Eso no puede pasar, yo no estoy lista para ello- digo sentándome al filo de la cama.

-Lo lamento- dice colocándose a mi lado- es solo que quiero conocer todo de ti y quiero tenerte para mi- dice con una sonrisa tierna.

-Me gustas Nate- digo observándolo a los ojos- Pero por mas que sienta algo por ti, yo no me siento preparada para estar con alguien así, de esa forma tan "única"- Sonrío- Tengo una ideología de que para llegar a ese punto, debes estar seguro de amar a esa persona y a veces la gente cree que para amar hay que demostrarlo de esa manera- Nate me observa atentamente- y no creo que eso sea verdad.-

-¿Cúal es la manera correcta de amar?- me pregunta Nate mientras pasa una de sus manos por mi cabello.

 -Uno comienza a amar con gestos pequeños pero especiales- tomo su mano- a veces no se necesita exigir que las cosas pasen, las personas no entiende que amar es cuidar, no arrebatar- digo besando su mano.

Nate sonríe- no me importa esperar a un matrimonio o incluso  mas tiempo de ello,  tienes razón, amar es cuidar y respetar las elecciones del otro- me da un beso corto en los labios- y yo pienso esperar el tiempo que sea necesario- termina diciendo mientras nos observamos mutuamente a los ojos.

No puedo evitar sonreír, todo esto me parece irreal, él, la universidad, todos en este lugar parecen de ensueño.

Decidimos pasar el resto del día viendo películas, en su sala de cine. Nos acostamos en los muebles y sin darme cuenta me quede dormida.

Desperté con pereza, estaba durmiendo muy cómodamente que no quería despertar. 

Abrí los ojos y observe a mi alrededor, Nate no estaba en la sala.

Me levante con mucha pereza, y camine hacia la cocina. Una vez allí vi a marta.

-Hola marta- salude cortesmente.

 -que no soy marta, soy nana- dijo apuntándome con una zanahoria- ya sabes que debes llamarme nana- dijo en tono enojado.

- Perdón- dije sonrojada. Nana se rió

- Era de broma cariño, no estoy enojada, lo dije en ese tono para ver tu reacción- me reí de mi misma, seguramente nana se divirtió con mi cara.

 -¿Donde esta Nate nana?- no pude evitar preguntar.

-¿lo extrañas?- dijo sonriente.

-bueno... quizás.... ay! Sí- admití sonrojada.

- si es así, debo empezar a ausentarme más seguido- dijo Nate, mientras entraba en la cocina.

Me sonroje hasta ya no poder, el había escuchado parte de mi conversación con nana.

-Ya es tarde, te pediría que te quedes a dormir pero no quiero que nana piense cosas que no son y no hay ropa de mujer que pueda utilizar-  nana se rió por todo lo alto.

-yo creo que el no podrá controlarse si te quedas aquí- dice nana en carcajadas.

Nate la miro totalmente sonrojado y niega rápidamente con la cabeza.

-sera mejor que te vaya a dejar a tú casa- dice tomando mi mano.

Nate condujo hasta mi apartamento. Una vez allí, me miro.

-Espero que descanses y quiero que sepas que mañana pasare por ti para ir a la universidad- dijo dándome un corto beso.

-lo que tú digas- respondí entre sonrisas.

Nos despedimos con otro beso y Nate se fue en dirección a su casa.

Entre a mi departamento y me lancé contra mi cama, me quede mirando el techo por un pequeño espacio de tiempo. Hasta que decidí ducharme y secarme el cabello.

Sin pensarlo dos veces me quede dormida.

El sol entraba por mi ventana, haciendo que me despertara. 

De repente el sonido de una bocina de auto me hizo levantarme inmediatamente.

Mi teléfono comenzó a sonar. 

-Mi niña?- era Nate.- no me digas que te has quedado dormida- se escucha su risa ante tal comentario- vas a llegar muy tarde a la universidad- dice intentando sonar serio.

-no, de hecho ya iba de salida- digo aun somnolienta. Nate se ríe.

- que mentirosa eres!- dice con tono cargoso- he estado media hora llamándote con el sonido de la bocina y de seguro tienes como 10 llamadas perdías mías- dice en tono resentido.

Alejo el celular de mi oido y veo que efectivamente las llamadas eran ciertas.

-cuanto lo siento, no se como pude quedarme dormida- digo en tono de disculpa.

-vale, date prisa- dice tranquilamente- te voy a esperar- 

-no voy a tardar- le respondo a Nate y antes de obtener una respuesta me dirijo a desayunar y buscar ropa para usar en el día.

-Ya estoy lista- salgo 25 minutos después, de su ultima llamada.

-creí que no ibas a ir a la universidad- dice riéndose.

- nada de eso, es que no encontraba que ponerme- digo sonrojada.

-te ves linda de cualquier forma- dice abrazándome y dándome un beso de buenos días.

- siempre sabes que decir- le digo haciéndole una mueca.

-siempre- dice sonriente.

En el camino a la universidad fuimos en silencio pero no uno incomodo, al contrario era agradable.

Una vez en la universidad, saludamos a todos los chicos que para nuestra suerte estaban en un mismo lugar.

-ya oyeron de la fiesta de esta noche en la mansión Danna- dice una hanna muy emocionada.

-No iras- dice un Jeick serio.

-¿Qué tiene esa fiesta?- preguntó curiosa.

-No es para chicas decentes- responde Nate.

_¿en que sentido?- sigo indagando.

-la mayoría de chicas que asisten, pasan las noches en asuntos nada románticos- dice un jeick enojado- por eso, ustedes dos no irán- nos señala a mi y a hanna.

-¿y se puede saber, cuando decidieron eso?- digo en tono sarcástico.

-somos sus novios, no hay mucho que pensar- dice Nate.

-nosotros aun no somos novios- digo esperando sus reacciones.

-De que hablas Gabriela?- pregunta un Nate extrañado.

-hablo de que yo no he aceptado ser tu novia y tu tampoco lo has pedido- digo resentida.

-Gabriela, eso es infantil. Es decir, no es sobreentendido eso ya?- dice en tono penoso.

-Tu puedes tomarlo como gustes- digo antes de salir de ahí, enojada.

-¡Gabrielaaaa!- escucho el grito de Nate, tratando de alcanzarme.

EN MIS BRAZOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora