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Yoongi estaba caminando a casa de Jungkook cuando empezó a sentirse observado.

De vez en cuando, iba a visitar la casa de Jungkook, para asegurarse de que todo estuviera en su lugar y para mirar todas las cosas que habían pertenecido a Jungkook. Su cama todavía olía a él.

Yoongi se frotó la parte posterior del cuello, sintiendo una sensación de paranoia mientras caminaba por el callejón que unía sus calles. Aún así, caminó ligeramente más rápido.

Iba a mitad de camino cuando una figura oscura se posó frente a él. Yoongi hizo una pausa, mirando fijamente a la persona. Su corazón empezó a latir con rapidez cuando la persona se quitó la capucha, la luz de la luna iluminaba su rostro.

—Hola, ladrón.— dijo el chico sonriendo maliciosamente. A Yoongi le parecía un poco familiar su rostro. Dió un paso atrás, mirando por encima de su hombro mientras trataba de averiguar si valía la pena o no correr. —No haría eso si fuera tu, soy bastante rápido.

—¿Qué quieres?— Yoongi volvió a mirar al chico, que iba a dar un paso hacia delante. —¿Por qué me llamaste ladrón? nunca he robado nada en mi vida.

—Sí, lo has hecho.— Yoongi dió otro paso atrás cuando el chico dió un paso adelante. —Me has robado a Jungkook.

Yoongi jadeó ligeramente cuando oyó el nombre de Jungkook.

—¿Jungkook?— El hombre sonrió.

—Casi soy de su aprobación, sólo hay una cosa que se interpone.

—¿¡Qué le has hecho a Jungkook!?— Yoongi gritó, mirando al chico. —Será mejor que no le hagas daño, o juro por Dios que...

—No le haría daño, no tienes que preocuparte por eso, estoy cuidando bien de él.— Yoongi frunció el ceño, observando al chico. —De hecho, estoy bastante seguro de que disfrutó mucho mi atención anoche, al menos, habieron muchos gemidos.

—¿Qué le has hecho, monstruo?— Yoongi escupió. —¿Cómo te atreves a tocarlo así?

—Él vino a mí, pidiéndome que tuviera sexo con él.

—No lo haría.

—Lo hizo.— Sonrió. —¿Ves? Jungkook me quiere, sé que lo hace, pero lo estás haciendo difícil tratando de robarmelo.

—Ya he tenido suficiente de esto.— Yoongi fue a sacar su teléfono y llamar a la policía cuando el  chico hizo una mueca, haciendo que detuviera su acción.

—Yo no haría eso si fuera tú.— Yoongi miró al hombre, notando el cuchillo que ahora tenía en la mano. —Si haces eso, te mataré, y luego a mí mismo.

—¿Por qué tendría que importarme si mueres?

—Porque Jungkook está actualmente atrapado en un sótano muy pequeño sin comida o agua y algunas ratas muy hambrientas como compañía. Si me muero, Jungkook muere, de una forma muy lenta y dolorosa.— Eso era mentira, pero Yoongi no lo sabía.

—Bien...— Yoongi suspiró. —¿Qué quieres?

—Jungkook y su amor incondicional.— El chico se acercó a Yoongi. —Casi lo tengo, y tú eres lo único que se interpone en mi camino.

—¡Te equivocas!— Yoongi sonrió, sabiendo que había golpeado un nervio. —¡Jungkook siempre me ha amado!

—No, no es así, eres una persona inútil que está sola y no tiene vida, Jungkook no te amaría si fueras la última persona en esta tierra.— Atacó el chico, haciendo una cortada al brazo de Yoongi.

Yoongi siseó de dolor, llevando su mano al corte en su brazo. El chico se acercó para que sus rostros estuvieran muy cerca.

—Jungkook siempre me querrá.— Yoongi podía sentir el frío metal del cuchillo en su cuello. —Sólo tengo que deshacerme de tí.

Yoongi cerró los ojos, esperando que el cuchillo abriera su garganta y terminara con su vida. Las lágrimas salían de sus ojos y caían por sus mejillas.

Y entonces el cuchillo se removió de su garganta.

Yoongi abrió los ojos lentamente, mirando al chico parado frente a él. Luego miró por encima de su hombro, tratando de ver lo que el chico estaba mirando.

El alivio le llenó cuando oyó el sonido de pasos. Eso lo salvó.

Yoongi miró hacia el frente, frunciendo el ceño. Ya no había nadie en el lugar. Miró a su alrededor, tratando de encontrarlo. Nada.

El chico había desaparecido.

BEHIND YOU | JikookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora