En estos momentos de mi vida pienso que estoy enferma o algo. Creo que la resaca ya es parte de mi vida, no tengo sábados normales, necesito vacaciones.

Luego de recoger la basura del día anterior, tomamos nuestras cosas y nos fuimos. En vez de llegar a dormir, al poner un pie dentro de casa mi madre tan linda y amable me obligó a hacer mil cosas.

-Ten, ve a comprarme esto.

La mire mal.

-Rápido.

Me levanté y fui a comprar las verduras rápidamente porque estaba muriendo de sueño, sin exagerar.
Entré en casa y mi madre estaba al teléfono. Deje todo sobre la mesa y me tendió su mano, tomé el aparato y me lo puse en la oreja.

-Diga.
-Faith, ¿Cómo estas?
-¿Bien y usted?
-Bien, ¡Hoy saldremos! Ven para acá y mañana por la tarde te vamos a dejar a tu casa.
-Espereme.

Tape el micrófono para que la hermana de mi madre, la mejor tía del mundo entero, no escuchara y pregunté si me daba permiso. Luego de una afirmativa respuesta volví al teléfono.

-Dijo que sí. Nos vemos.
-¡Adiós!

Luego de dormir un par de horas y comer algo, tome el autobús para llegar a la casa de mi tía. Al anochecer tomamos nuestras cosas y fuimos a una fiesta en casa de uno de los amigos de mi tía.

Esta chica no descansa.

-

-Ten.

Un chico de al menos unos veintiún años me dio una lata de cerveza y le di un trago inmediatamente.
¿Qué? Tenía sed.

-¿Cómo la estas pasando?
-Pues bien, aunque tengo algo de sueño. No he dormido nada.

El chico me guió hasta una habitación y entro junto conmigo.

-Puedes dormir aquí hasta que te sientas mejor. Suelo dormir aquí cuando vengo a visitar a mi amigo.
-Gracias.

Dicho esto dejó la habitación y me permitió dormir sin interrupciones.

-

-¿Hace cuanto dejaste la carne?

Mi tía revolvía la comida mientras yo paseaba a su recién nacido hijo.

-Hace varios meses.

El pequeño comenzaba a llorar así que lo lleve frente al espejo, cosa que le gustaba mucho, y luego de hacerle algo de gracia observe mi reflejo.
Dios, nunca había tenido tantas ojeras.
La noche anterior había dormido unas pocas horas y mi preciado sueño había sido interrumpido a los cinco de la madrugada por mis tíos para finalmente marcharnos.

-¡Hola familia!

Mi tío entró y su hija mayor de seis años corrió a abrazarlo.
Luego besó a mi tía y finalmente camino hacia mi.

-Hija postiza, ¿Qué esperas para venir a saludarme?

Reí y bese su mejilla.

-¡Que comeremos hoy!

Le tendí al infante y me estire, estaba pasado de peso.

-Hay menú de carnívoros y de vegetarianos.
-Apuesto por carnívoro.

Nos sentamos a comer entre risas y decidiendo que pelicula ver. Era tradición de los domingos ver una película mientras se almorzaba.

-¡Quiero ver esta de niños!- exclamo levantándose mi pequeña prima para luego correr por su película.
-No, veremos una de adultos.

La pequeña frunció las cejas y camino pisoteando el suelo hacia la mesa.

-¡Pero yo quiero ver esta!
-Pero yo soy el papá y el papá quiere ver una de acción.

Intertwined Lifes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora