Ha pasado un mes desde que no voy a una fiesta. Siento lentamente correr sangre pura por mis venas.
Ya podrían ingresarme a un convento o algo por el estilo.
Mi nombre comenzaba finalmente a cobrar sentido, la santa Faith.
Alex había estado distante, realmente distante y no me sorprendía.
Nuestra relación era una constante montaña rusa con muchas subidas y bajadas. Un mensaje interrumpió mis pensamientos profundos y lo abrí al instante.

-Hola perra, Era Tess.
-Perra tu, ¿que pasa?
-Mira la foto de esta chica y dime si no es perfecta.
Luego envió una imagen de una, al parecer, modelo y era perfecta.
-Si, si lo es. La vida es cruel

Tess y yo últimamente estábamos más juntas de lo normal, junto a Em y Ben.

Bueno, Em no tanto, más bien yo y estos dos restantes porque Em había estado mucho tiempo con un compañero de aula juntos y no me había contado nada de su relación extraña, por lo tanto me enfadaba.

Tess era una chica con un carácter muy especial. Era fría como el hielo y aveces cruel pero si le agradas y no te comportas como una persona falsa y molesta, es una excelente amiga.
Es alta, de pelo castaño claro y ojos verdes. Tiene la tez blanca y algunas pecas en sus mejillas y nariz.
Si sí chicos y chicas, es linda.

Ben es moreno, delgado, alto y es el mejor alumno del aula.
Si te consideras el más aplicado él llega y te vuela de tu puesto con el dedo meñique.
Además de que es muy divertido y simpático.

Me termine de cepillar el cabello y tome mis cosas rápido, ya que iba tarde, como siempre.
Al llegar al salón entré y la maestra aún no llegaba así que salude a todos mis amigos.

Saludé por último a Lia, la mejor amiga de Tess. Había estado hablando con ella antes de venirme y estaba restregando en mi cara su desayuno.
-Ten, te traje un sándwich.
Lia me tendió su mano con un sándwich de queso en ella.
La observe entre sorprendida y enternecida y susurre un "gracias" hacia ella.

Más tarde en el receso más largó para almorzar Lia se acerco a mi.
-Hey, ¿vamos a dar una vuelta?
No lo pensé dos veces y salí junto a ella. Apenas pusimos un pie fuera del aula exclamó.
-Agh.
Reí.
-Dale, confiésate.
-Estoy triste y confundida. Tess no parece corresponder mis ganas de arreglar las cosas y no se que debo hacer.
-Pues, creo que deberías hablar con ella de como te sientes.
Me miro raro.
-Y creo que eso significa que lo haz hecho muchas veces.
Mientras hablábamos caminamos hasta el césped y nos sentamos en este.
-Si, muchas. Y no soy de esas personas que hablan mucho de lo que sienten pero la verdad es que ya se esta colmando mi paciencia y no se que hacer.
Tome aire para responder con una reflexión de la vida enorme.
-Bien, ustedes son amigas hace mucho y todos saben eso pero forzar una amistad no está bien. Es tóxico y no debes hacerlo. Creo que deberías darle un respiro a su amistad, juntarte con otras personas, con Tess por ejemplo. Están juntas en fútbol y voleibol por lo tanto será fácil y las chicas son un amor. No presiones a Tess para que te hable, sólo deja que las cosas fluyan.

Suspiro.

-Bien, creo que eso haré.

Charlamos otro rato y de pronto le hice la pregunta que rondaba por mi mente desde que salimos del aula.
-¿Me contaste porque estabas colapsada y necesitabas desahogarte o porque te inspiro confianza?
Me miro a los ojos.
-Ambas.
Sonreí. Hablamos de muchas cosas, de verdad me sentía extrañamente en confianza con ella y no debía fingir ser alguien que no soy.
El receso termino y ambas volvimos al aula riendo y empujandonos.
Soy una persona madura sin importar lo que estén pensando.
El resto del día paso rapidísimo y en un pestañeo estaba en mi cama con el uniforme aún puesto y babeando la almohada.

Intertwined Lifes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora