Stay with me (En corrección)

3. La codiciada perla.

Advertencia: Está prohibida su copia parcial o total.

~Ari

━━━━━━ ◦ ✧ ◦ ━━━━━━

Breves aclaraciones de escritura:

- Diálogo.
«Pensamientos».
*(Notas de la autora).

━━━━━━ ◦ ✧ ◦ ━━━━━━

Pequeño aviso:

Este capítulo es de poco más de 7 mil palabras.

━━━━━━ ◦ ✧ ◦ ━━━━━━

Capítulo 3: La codiciada perla.

- InuYasha, lo mejor sería que te adelantases, en caso de que nos alcancen, de esa forma nosotros les podríamos distraer. - sugirió el monje, el han'yō asintió con la cabeza para después aumentar un poco la velocidad al correr, le indicó a la joven que se sujetara bien, ya que empezaría a brincar por los árboles; en caso de toparse con algún lobo, no podrían atacarles tan fácilmente de esa forma al no poder trepar.

- Parece que no nos estaban siguiendo a nosotros, se han ido. - se detuvo en una de las ramas, sus ojos examinaron la zona rápidamente.

No veía a sus compañeros, se habían quedado bastante atrás, pero lo suficientemente cerca para detectar su aroma desde esa distancia.

Pensó por un momento en sí era seguro bajar del árbol; tras no existir señal alguna de peligro lo hizo y continuó su caminar con un poco más de calma.

- ¿No deberíamos esperarlos? - preguntó la joven, quién se encontraba aun en su espalda, miró de reojo hacia atrás, no había señal alguna de los compañeros de ese hombre.

- Tranquila, ellos saben cuidarse solos. - aseguró al notar la preocupación en ella. - Además a la que estarían persiguiendo es a ti. - el semblante la muchacha se volvió triste y su preocupación aumento.

- No quiero que mi culpa ellos pudiesen ser heridos... - susurró, pero InuYasha le escuchó.

Puede que no confiase del todo en ellos, aun así no podía evitar sentirse mal de sólo pensar en que algo malo podría sucederles.

Claramente estaba preocupada por ellos.

A nadie le agradaba la idea de que alguien resultará estar en peligro o herido por su culpa. Y menos sí eran personas que le brindaron su ayuda y le explicaron lo que podría estar ocurriendo y el hecho de que se encontrará en otra época.

- Créeme, ellos saben cuidarse bastante bien, no les subestimes sólo porque se ven algo débiles.

- Aun así, existe la posibilidad de que sufran heridas...

- Heh, te preocupas demasiado.

Algunas ramas empezaron a crujir, así como ruidos similares a un aleteo se escuchaban cerca de ellos.

El inugami estaba en aleta ante cualquier indicio de amenaza.

Sobre la rama de uno de los árboles se detuvo un ser con enormes alas negras, la ojiazul le miró notando similitudes con lo que ella consideraría era un tengu*, el cuál desenfundó su espada, dispuesto a atacar en cualquier momento.

*(Aquí he tomado a tengu como los karasu tengu que tendrían caracteristicas de los cuervos o aves de rapiña, quise aclararlo porque investigué que en ocasiones lo toman como un dios sintoísta).