-¿Y la señorita Donat? -preguntó Erik a Paulo que estaba acomodando parte de la escenografía en el escenario del teatro para el estreno de la semana entrante.
-Lo mismo quisiera saber.
Erik se giró hacia la segunda voz, se encontró con los ojos azules de quien Paulo comentó sería Romeo. Erik achicó los ojos y se pasó la lengua por los labios esperando a que Paulo bajara de la escalera.
-¿Donde esta Christine, Paulo? -insistió el chico.
-Raoul, Erik -comenzó Paulo al bajar de la escalera-. Christine esta un poco indispuesta, ha tenido fiebre desde la madrugada y Meg dice que ha tenido unas pesadillas horribles, así que la he dejado descansar.
-El efecto Destler -murmuró Raoul. Paulo no lo escuchó, así que fue tras bastidores a buscar a las bailarinas.
Erik abrió los ojos de par en par.
-¿Qué has dicho? -preguntó Erik.
-¿Crees que no se quien eres? -elevó la voz Raoul.
-No se de que hablas.
Erik lo miró con desdén fingido y antes de que pudiera dar un solo paso, Raoul volvió a hablar sobre aquel escenario oscuro y vacío.
-Soy Raoul de Chagny, el único que ha llevado el nombre desde mi tatarabuelo -se presentó con un ademán.
-Sigo sin comprender -dijo, aunque lo hacía y empezaba a ponerse nervioso.
-Denon es su nuevo apellido, lo se. Pero mi familia mas bien lo recuerda como Destler, el hombre que casi acaba con mi linaje y todo por esa soprano.
Erik se llenó de furia y lo tomó desprevenido por el cuello de su camisa.
-Esa soprano tiene nombre imbécil, es Christine Daaé -masculló entre dientes.
-Pensé que nunca vería con mis propios ojos al Fantasma de la ópera -reconoció Raoul riendo.
Erik apretó su agarre logrando que Raoul comenzará a toser.
-Espero que sepas todo lo que se dice de mi, no tengo piedad.
-¿Cree que con esa nueva cara casi perfecta logrará hacer que Christine se enamore? Yo haré que ella lo rechacé, como ya lo hizo una vez.
-Tú no la quieres -dijo comprendiéndolo de pronto.
-¡Bingo! -exclamó Raoul riendo.
-Maldito -masculló.
Entonces los pasos y las risas de las bailarinas hicieron que Erik soltara a Raoul y tomara una distancia considerable. Se aclaró la garganta y saludó con un gesto a las bailarinas.
-Ella comenzará a recordar todo -le avisó Raoul-. Y volverá a aborrecerlo con toda su alma.
Raoul se dirigió a su puesto junto a las bailarinas dejando a Erik en medio del escenario. No podía dejar que eso pasara, salió del escenario corriendo hacia su habitación.
* * *
Meg, le pasó con cuidado la taza de té a Christine. Bebió un poco y agradeció el calor bajando por su garganta.
-Mi madre dice que a veces la fiebre provoca alucinaciones, tal vez lo que visite anoche y los sueños han sido producto de la fiebre.
-Meg, no he mentido -aseguró-. Anoche cuando el maestro Denon me pidió que le cantara interpreté Fausto, y nunca había escuchado de ello.
-Bien, te creo Christine, pero los sueños son sueños y ya -Meg tomó la mano de aquella chica que consideraba casi su hermana.
Christine se limitó a asentir. Había soñado con laberintos de piedra, con un hombre misterioso que la guiaba hasta una barca y con una casa elegantemente decorada hacia el final de un lago oscuro. Y después las melodías provenientes de un órgano le llenaron los oídos, primero dulcemente y después la atraparon con un dolor tan agudo que incluso cuando despertó las siguió escuchando y fue entonces cuando comenzó la verdadera pesadilla.
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A time for us/The Phantom Of The Opera.
FanfictionChristine Donat es una bella estudiante de teatro musical, su voz es privilegiada y envidiada por Carlotta Girard, quien ha hecho hasta lo imposible para excluirla múltiples veces dejándola como corista. Sucesos extraños han comenzado a suceder en l...