Fui hacia mi hermano a paso lento, aburrido y éso que a penas llegaba. Me encaminé cubriéndome el rostro con una de mis manos, por el caluroso sol que molestaba un poco, e iba mirando hacia donde estaban para acampar. Me les uní minutos después de llegar con tranquilidad hacia ellos. El clima se estaba poniendo demasiado caluroso, así que fui consiente de que Tom se quitó la ancha playera. Me estremecí de alguna manera, me quede mirándolo embobado un buen rato.
Me ruborice al verlo venir hacia mi y rápidamente voltee mi cuerpo por si llegaba a querer decirme algo vergonzoso frente a nuestro padre.
-¡El ultimo en llegar es gallina!-
Dijo casi gritando y cuando volteé, ví que se lanzo al agua, salpicando agua hacia todas las direcciones, ya que estaba cerca de la orilla. Lo mire y retrocedí sólo a poca distancia, ya que no sabía qué cosa estúpida iba a hacer, estando tan cerca. Cuando me quedé mirándolo con los brazos cruzados, fué cuando Tom comenzó a cantar insoportablemente una canción y hacer sonidos molestos porque ni siquiera quería entrar con él al agua.
-No me meteré, joder! ¡Está demasiado helada!-
Me quejé cruzado de brazos, ni siquiera había había tocado el agua, para decir aquello, pero lo suponía, ya que siempre era así.
-Eres gallina Bill, ga-lli-na.-
Siguió molestando pero nuestro padre llego en el momento indicado, y precisamente a callar al imbécil de mi hermano.
-Tom, ya basta.No pelees a tu hermano-
Dijo y palmeo mi hombro luego me miró con una sonrisa ligera. Siempre terminaba siendo atento conmigo y todas las veces me defendía de Tom. Por ésa razón merecía decirle que era el mejor padre de mundo.
-¿Podrías ir por las cañas de pesca, Bill?-
Dijo mirándome con una sonrisa en sus labios. No podía creerlo. Fui obediente, camine hacia las mismas para entegarselas luego. Empujó un bote y nos subimos todos para ir hacia el centro del agua. En fin, odiaba ésto, odiaba que usara carnada, odiaba que sacara peces del agua. No tenia piedad pero al menos, lo que siempre decía era que debíamos alimentarnos, la naturaleza nos provee alimentos, no tenia porqué sentirme mal. ¡Al demonio con lo que decía!
Rápidamente, desenvolví un dulce, me llevé un caramelo a la boca, y me relaje mirando el agua, mirando hacia otra dirección diferente, para no tener que presenciar aquel acto de crueldad, me quedé mirando el hermoso lugar y la naturaleza en la lejanía.
-¡Papa, ahi! Mira mira!-
Sentí un empujón de mi bruto hermano, casi me tragaba el dulce. Tom se había tirado encima mio para tocarle el hombro a papá y tirar de su playera para tener la atención de él.
Su piel suave sobre mí, me produjo cierta tensión, contuve la respiración un momento ya que recordaba aquella noche, aquéllas caricias que me provocaron escalofríos en todo el cuerpo. Tom se dió la vuelta. Me miro. Olisqueó cerca mío haciendo una mueca y frunció el ceño.
-¿Y tú, qué es lo qué comes?-
Me descubrió.Me ruboricé al instante que estuvo tan cerca de mí. Me tomo del rostro con sus manos y me estremecí por aquel roce.Me miro fijamente y me habló al oído.
-No es justo, Bill, yo también quiero-
Dijo y revisó mis bolsillos. Al no encontrar nada, simplemente me miró. Sus ojos cafés me provocaron pensar en blanco.
-Bill! ¡No te hagas el tonto!-
Dijo con sus ojos entrecerrados.
-Tengo sólo uno y esta en mi boca ¡No me molestes!-
Me queje tratando de parecer molesto.Aunque no podía contra ésta nueva manera de provocación. Estaba siendo completamente débil contra su mirada.
-Papa, Bill no quiere compartir-
Me acusó y me miró enfadado desde donde se encontraba.
-Es mentira, papá, ¡no tengo nada!-
Me quejé dándome la vuelta para tratar de ignorarlo completamente, quizás pensar en otro tipo de cosas, de cómo está el día.. tal vez. Pero no podía contra Tom, desde ya, pero debía ignorarlo.
-Si yo no tengo, entonces tu tampoco.-
Me dijo, me tomó de las manos con fuerza. Su respiración chocó con la mía dándome un pequeño escalofríos. Con una fuerza superior a la mía, me sostuvo las dos manos con una de las suyas y después sostuvo mi mandíbula con fuerza.
-¡Tom!¡Ya para!-
Me quejé forcejeando contra él. No podía contra él. Tampoco podía contra su cercanía, ni contra ésa cruel tentación que sentía cuando estábamos tan juntos.
-Escúpelo en mi mano-
Dijo exigiendo, amenazante y comenzó a poner presión, aún más, él sabia que no era totalmente fuerte.Mi punto débil.
-No, tom, dejame-
Le hablé quejándome, impidiendo que pudiera mirarme. Traté de quitármelo de encima y me apretó las muñecas tan fuerte que tuve que obedecer del dolor provocado.
-Chicos dejen de pelear-
Exigió papá mirándonos y al mismo tiempo se giró para enredar el hilo en donde quizás traía algun pez. Lo odiaba en ésos momentos.
-AGHH, ¡imbecil!-
Me quejé. Me soltó y nuestro padre se giró para vernos otra vez. Cuando volví la mirada a Tom, él me sonrió con malicia y el muy imbécil se metió el caramelo a su boca. Le saqué la lengua, me dí la vuelta y después me volteé para mirar qué era lo que cayó dentro del bote y en éso ví cómo papá había tirado el pez que se movía hacia todos lados. Tapé mi boca con una mano, tenía el anzuelo en la boca y después pegué un grito cuando ví que lo masacró al instante.
- ¡Aún está vivo!¡Joder, Papá ¡No!..-
Me quedé en shock. No era la única vez que lo hacía, pero sí la primera vez que lo veía en frente mio, ya que las pocas veces que veníamos a éste sitio, siempre terminaba evitando ver cuando mataba un pez. Mi rostro de repulción se hizo notable cuando Tom comenzó a reírse de mí.
-No es gracioso Tom-
Me quejé molesto. Me dí la vuelta y me distraje con cualquier cosa que no sea mirarlo.
-No tengas miedo, es sólo un pez, oh no, es un cadáver ahora-
Tom susurró en mi oído, quizás estaba demasiado idiota o él estaba insinuándome algo.
Después de eso, comenzó a reír.
-Tom, calmate-
Dijo nuestro padre, Tom siguió con lo suyo provocándome con bromas molestas. Después de un buen rato, donde papá atrapó los suficientes peces, nos volvimos hacia la orilla para encender una fogata.
...
-¡No voy a comer éso!-
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Arthur... Are you there?
FanfictionTodo comenzó cuando Bill Kaulitz entraba en la etapa de la adolescencia, donde él comenzaba a sentir atracción por su propio hermano gemelo. Era tanta la atracción que sentía conforme pasaba el tiempo, que se volvió incontrolable, tanto que una gr...