Protegeme [Sasusaku] TERMINADA

Capitulo 4.

Sakura intentaba dar patadas, pero Sasuke la tenia cogida por los muslos, encima de su hombro.

- Estate quieta muñeca, no me gustaría tener que abusar de mi fuerza. – pero ella no hizo caso. Sasuke le dio una nalgada en una de las nalgas, cubiertas solo por aquellas excitantes braguitas negras. Ella abrió los ojos y paró de patalear en el pecho de Sasuke– Veo que me entendiste. –

Sonrió y la dejó con cuidado en el copiloto. Sakura lo miraba con lágrimas en los ojos, de los nervios, de la rabia, de todo . Sasuke se puso las gafas de sol y metió las llaves por el cerrojo del coche. Le echó un último vistazo a Sakura.

- No me llores ¿eh? – dijo negando con la cabeza - ¿confío de que te puedo desenmordazar? Ella asintió rápidamente .Sasuke le quitó la mordaza. Sakura respiró hondo y profundamente. Sasuke arrancó el coche, sin una simple sonrisa, ni siquiera una tierna mirada. Frio como él sabía ser. Sakura se lo observó. La chaqueta de cuero le daba un aire supererotico, arrapado a sus musculosos brazos igual que ese jersey negro en sus abdominales. Los pantalones, ni estrechos ni anchos daban mucho a la imaginación, aun que ella ya sabía el par de piernas que escondían. Y las botas a lo militar, terminaban de rematar la virilidad de aquel personaje. Se sonrojó sin saber por qué. Vio el pantalón rasgado, y como de él salía sangre sin cesar.

- Te sangra la pierna. – dijo moviéndose en su asiento, como señal de que la desatara.

- Ya estoy acostumbrado. Esto es solo un rasguño.

- ¿Un rasguño? Quizás hacen falta puntos y todo… - Sakura consiguió desatarse las manos y se inclinó, ante la pierna de Sasuke.

- Eh, ¿Qué diablos haces? Quieres que tengamos un accidente…

- Cállate. – le ordenó ella. Sasuke por primera vez se sintió dominado.

¿Por qué? Él era el que dominaba a las mujeres, nunca al revés. Y aquella mujer lo había hecho callar.

– Estudié algo de primeros auxilios.

Le subió el pantalón a Sasuke, mientras apoyaba la frente a la rodilla derecha de él. Se mojó un par de dedos con saliva y mojó la herida. A Sasuke le escoció esa herida. Se tensó y en su cara se expresaba dolor. Aunque no para todos pareció ser dolor… Un policía le mandó que parase.

- Bueno, pero que tenemos aquí. – dijo cuando Sasuke bajó la ventanilla y Sakura se volvió a incorporar en su asiento, habiendo cubierto la herida de Sasuke con un pañuelo – Dando espectaculos de sexualidad en plena carretera.

- No, agente, no es lo que parece. – se intentó disculpar Sakura.

- Claro, nunca es lo que parece. – la miró, comiéndosela con los ojos, ya que la chica solo iba cubierta por ropa interior. Sasuke se percató y le lanzó su chaqueta de cuero a Sakura. Ella se tapó rápidamente.

- Agente…

- Nada de peros ni quejas. – sonrió – espero que haya disfrutado su encuentro, señor…

- Sasuke. Sasuke Uchiha– dijo Sasuke pasándose la mano por el pelo – aunque se equivoca.

- Ya claro… - sonrió de nuevo – por esta vez solo serán doscientos dólares, porque la señorita también iba desabrochada.

Sasuke sacó su billetera y haciendo de la multa que le dio el policía, una bola tirada en el maletero del Lamborgini, pagó de mala gana. Asegurándose de que esta vez Sakura se abrochaba, arrancó de nuevo.

- Lo siento… - murmuró Sakura, apenada por el gasto. – No debí moverme.

- No, no debiste. – dijo Sasuke gruñendo. – podríamos haber tenido un accidente.

Sakura se sorprendió.

- Pero no me refiero a eso… a la multa…

- Por eso no te preocupes. No es nada.

- Si lo es...

- ¿Tienes que tener siempre la última palabra? – dijo Sasuke mirándola por encima de las gafas de sol.

Ella no dijo nada más, volvió la mirada hacia la ventanilla. Sasuke se fijó en la deliciosa comisura de sus rosados labios. Y como desearía que el policía hubiera tenido la razón.

Sakura se sonrojó. En cambió observó a Sasuke por el rabillo del ojo. Él no estaba ruborizado, para nada. Después de la acusación del policía... se imaginaba ¿y si aquello hubiera sido cierto?. Sin pensarlo, se aferró más a la chaqueta de Sasuke. Olía bien, olía a hombre, mezclado con un perfume viril y exquisito.

- ¿A dónde vamos? – preguntó Sakura pensativa.

- A una casa que tengo en mi privada. – dijo orgulloso. Sakura supo que a aquel individuo que la había raptado le sobraba el dinero.

- ¿Por qué no me llevas a mi casa y olvidamos lo sucedido? – suspiró – yo como si no te hubiera visto nunca.

- Nena, eso es imposible. – en su rostro se dibujó una sonrisa espectacular. La ronca voz estremeció la espina dorsal de Sakura, produciéndole un delicioso escalofrió. – Además, los secuaces de Deidara, una de las bandas de una mafia rusa, te estarán buscando, ahora que ya has tenido trato con él.

- ¿Pero por qué? Yo no hice nada.

- Bastó con las relaciones que tuviste con Deidara, para que te involucraran con él. Ahora eres tú a la que buscan. Son así de sádicos... – Sasuke tragó saliva, a Sakura le extrañó, y con un hilo de voz terminó la frase – los rusos...

A Sakura se le llenaron los ojos de lágrimas.

- No me llores, ya te he dicho que no me gustan las lágrimas. – Dijo Sakura entrando en un gran subterráneo donde había un BMW plateado, igual de bonito que el caro Lamborgini. – Conmigo estás a salvo, mi jefe me encomendó que te protegiera e intentara sacar de ti más información sobre la mafia de los Akatsuki. Y así lo haré.