Capitulo 3.

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- Sakura... – Ino la llamó por enésima vez por el telefonillo de la oficina.– Deidara vuelve a estar aquí… trae bombones.


- Ahora no lo puedo atender, estoy con otra clienta.


- Ha entrado… ya está por el pasillo.


- ¡Mierda! – fue hacia la sala de masajes – un minuto, Shizune, vuelvo enseguida. – la señora asintió desde la camilla, tumbada boca a bajo. Sakura salió, muy enfadada.


- Deidara, no vuelvas más, te lo digo enserio. Si quieres algo, ve a mi casa, ya sabes, pero esto es el trabajo, no quiero nada íntimo por aquí. – se tapó la boca. Se había alterado demasiado.


- De acuerdo. – Deidara tiró la caja de bombones, a lo bestia. – Entonces, tendré que convencerte… no por las buenas. – Le tapó la boca y la nariz con un trapo, y Sakura enseguida cayó rendida, anestesiada, en brazos de Deidara. – Lo harás por las malas.


La cargó en su hombro y se la llevó hacia a fuera. Apuntó a Ino con una pistola. - Como diga algo, despídase de su vida, rubia. – ella asintió, temerosa, dejando a Deidara marchar, llevándose a Sakura hacia quien sabe dónde..



Sasuke se levantó de la cama. Aun no entendía como las patas no se habían roto después de la cabalgata que Mei le había dado. Por lo menos él se había podido desahogar. Y ella se había corrido como mínimo seis veces. Fue a buscar algo para beber, una cerveza, champagne frio… cuando vio el portátil.


- Mierda – se quejó. – me olvidé de vigilar a Sakura.


Ya eran las cinco de la tarde y el...

centro de masajes debería estar abierto. En cambio, había policías por todos lados. La rubia secretaria de la mañana lloraba desconsolada, hablando con un inspector.


- ¡Mierda! – no veía a Sakura por ningún sitio.


Ella era la involucrada, le había pasado algo. Y por una puta distracción, la había perdido. No podía dejar que la policía se encargara de ese caso. Echó la cámara un par de horas atrás. Vio que Deidara estaba allí de nuevo.


– Te tengo. – murmuró sonriendo y dando un trago a su bebida. – Se dónde vives Deidara te vas a cagar. – dijo para sí mismo.


Mei lo rodeó por atrás.


- Vuelve a la cama conmigo… - dijo dejándole un rastro de besos por el hombro.– Vamos...


Protegeme [Sasusaku] TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora