4. "¿Por qué?"

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Alex.

Estaba caminando por Osadía pensando en todo y a la vez en nada. Cuando llegué al abismo vi algo... Ví a Eric sentado con las piernas colgadas. Tomé valor y me senté junto a él.

—¿Por qué elegiste Osadia? —preguntó repentinamente.

—Porque me gusta la libertad que ustedes tienen aquí. Porque quería cosas nuevas... Y porque el pan me daba mala espina. —respondí y él sonrió de lado. Quien lo diría... Malévolo cucarachón tiene más emociones que odio hacia todo el mundo.

—No todo aquí es bueno. —me miró.

—Lo sé, pero puedo con ello.

Se quedó pensativo, mirando el abismo y eso es raro en él.

—¿Estás bien? —pregunté, él se levantó y me observó un segundo

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—¿Estás bien? —pregunté, él se levantó y me observó un segundo.

—¿Por qué te comportas así conmigo? He sido malo contigo.

—Porque eres humano, todos tenemos razones para ser como somos. —sonreí de lado. Me observó un momento y me estiró su mano, la tome y me ayudó a levantarme.

—Tal vez tienes razón. —dijo observándome.

—La tengo, fortachón

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—La tengo, fortachón.

Él sonrió.
Me puse seria y lo notó.

—¿Por qué estás hablando conmigo, Eric? —pregunté

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—¿Por qué estás hablando conmigo, Eric? —pregunté.

—Honestamente... no lo sé, iniciada. —respondió él ésta vez. Gruñí.

—Alex. Me llamo Alex. —corregí molesta y él sonrió. Me giré y me llamó.

—Hablo contigo porque eres la única que no me tiene miedo. Eres honesta y directa, por eso hablo contigo.

 Eres honesta y directa, por eso hablo contigo

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Sonreí.
Me giré y hablé:
—Eso ya es un avance, fortachón.

Hubieron segundos de silencio.
Ninguno decía nada pero no era molesto, era agradable.

—¿Quieres unas cervezas? —ofreció y yo asentí. —Vamos a mi cuarto.

Comenzamos a caminar y cuando llegamos me dejó entrar primero como buen caballero. Todos sabemos que solo es para observarme de pies a cabeza.

Observé su departamento y es muy limpio. Él se fue a la cocina y yo fui a sentarme a uno de los sillones.

—Traje cerveza y un poco de tequila. —me mostró. Los dejó en la mesa del centro y nos sirvió un shot a ambos. —Salud. —chocó su vaso con el mío.

Nos tomamos el shot. Hice una mueca y él carcajeó. Nunca había escuchado su risa, es linda. Irónico.

—Juguemos a algo.

Asentí.
—¿A qué? —pregunté curiosa y él sonrió de lado.

—Verdad u Osadía.

—Vale, tú primero. —señalé.

—¿Verdad u Osadía?

Uhmm... Osadía. —contesté y su mirada seductora no se la quitaba nadie.

—Has una vuelta hacia atrás.

Me paré en el brazo del sillón y salté.
—Pan comido. —dije orgullosa y me volví a sentar. —¿Verdad u Osadía? —pregunté yo ésta vez.

—Osadía. —contestó sonriendo. Lo pensé por un segundo y lo miré. —Usa algo que no sea negro. —reté y él hizo una mueca.

—¿Y si no tengo nada?

—Tendrás que usar mi sujetador rojo. —le encontré la solución a su dilema.
Eric se levantó y fue a su armario; se quitó su playera y se puso una de tirantes blanca. Regresó y se sentó junto a mi.

—¿Verdad u Osadía? —preguntó.

—Verdad. —contesté y me tomé otro shot.

—¿Te gusta Cuatro? —preguntó serio.

Naah... Él es de Tris. —sonreí.
El hombre junto a mi me observó y después de unos segundos sonrió.





No se cuanto tiempo pasó.
No se cuanto bebimos...
Pero cuando desperté, lo hice desnuda.

—Dios, mi cabeza. —me quejé y me senté lentamente. Bajé la mirada a mi cuerpo y cerré los ojos por el dolor intenso que recorría mi corteza cerebral. —Mierda. —susurré.

—Hola. —escuché su voz masculina.

—Hola. —contesté y abrí los ojos para observarlo. Él sonrió de lado.

—¿Estás bien? Fui... ¿rudo? —preguntó y sonreí.

—Si, estoy bien. Solo... tengo mucha sed. —tragué saliva.

Lo miré ponerse de pie e ir a la cocina. Se demoró a lo más quince segundos y regresó con un vaso con agua. Me lo entregó.

—Gracias. —lo tomé.
Bebí mi agua, dejé el vaso a un lado y me volví a recostar.

Eric me sonrió como nunca.
Le devolví la sonrisa y me abrazó.

Nunca pensé que Eric fuera así...
Pero me gusta.

New Beginning. ❀ Eric&AlexWhere stories live. Discover now